El miedo al cambio o a la incertidumbre es una de las dificultades psicológicas y emocionales más frecuentes en los seres humanos. Tememos al futuro, a lo incierto, a lo que puede ocurrir, y sobre todo dudamos de si vamos a ser capaces de afrontarlo. El miedo al cambio o a la incertidumbre nos causa ansiedad, angustia, y con el tiempo desánimo. ¿Cómo podemos solucionarlo?
Vivir con cierto miedo al cambio es natural. Los seres humanos somos seres sociales, de hábitos y rutinas. Necesitamos una cierta rutina para construir seguridad y estabilidad. Sin embargo, vivimos en un contexto cada vez más incierto y dinámico, donde cada vez nos sentimos más inseguros.
No podemos evitar el miedo al cambio, pero sí puedes aprender a gestionarlo para que no sea tan intenso, frecuente y duradero, de tal forma que no te limite tanto y puedas vivir con más aceptación y confianza.
Ahora que se aproxima un fin de año siempre es una buena oportunidad para reflexionar y buscar el cambio que necesitas, pero no un cambio en lo que ocurre fuera, sino un cambio en ti, que sea profundo y estable.
¿Por qué nos da tanto miedo el cambio y la incertidumbre? ¿A qué te está llevando? ¿Cómo puedes resolverlo para vivir con más bienestar?
Vamos a buscar soluciones a esas respuestas desde las experiencias que consiguen las personas a las que acompaño en sus procesos de cambio. Vamos a por ello.
¿Por qué nos da miedo el cambio y la incertidumbre?
Sentir miedo en ciertos momentos de nuestra vida es natural. Puede ocurrir en las relaciones de pareja, ante posibles crisis o rupturas, o a la hora de pensar en el futuro: qué ocurrirá con los hijos, las relaciones, el trabajo...
El miedo es en realidad una emoción positiva (como toda emoción si sabes gestionarla de forma adecuada), ya que nos protege. El problema llega cuando no sabemos entender y gestionar esas emociones.
Al actuar el miedo como una emoción protectora, trata de paralizarnos ante posibles riesgos. Sin embargo, esos riesgos son siempre interpretaciones subjetivas. De esta forma, el miedo nos paraliza mediante las dudas, con pensamientos intrusivos, haciendo que no tomemos decisiones o, por el contrario, evitando demasiado ciertos contextos o incluso tratando de controlar otras situaciones (como ocurre con las relaciones).
De esta forma, nos da miedo todo aquel pronóstico que nos hace sentir inseguridad y riesgo. Puede ocurrir debido a varios factores.
Lo que nos causa el miedo al cambio
Estos son los efectos de este fenómeno:
- Ansiedad: cuando el miedo se generaliza en tu vida, surge la ansiedad como una sensación psicológica, emocional y también fisiológica muy desagradable. Se siente presión en el pecho, cansancio y falta de aire. La ansiedad hace que estemos en un estado de alerta, e interpretamos todo lo que ocurre como un posible riesgo (sin que realmente lo sea)
- Pensamientos intrusivos: pensar de forma repetida en los posibles riesgos (lo que llamamos "rumiar") es también una consecuencia de la ansiedad y de su estado de alerta. Por esta razón necesitamos disminuir la ansiedad (sin fármacos, sino de forma natural a través de tu respiración)
- Confianza y creencias sobre ti: cuando tu valoración sobre ti está enfocada en posibles riesgos en lugar de en tus posibilidades, se genera más desconfianza y temor.
- Gestión disfuncional del miedo: cuando vivimos experiencias desagradables, sentimos miedo a que puedan suceder de nuevo. De esta forma, el miedo te condiciona y tu conducta, así como interpretaciones, creencias, comunicación, etc., se orienta a protegerte de forma excesiva, bien sea evitando situaciones o mediante el control (lo cual se expresa con ira, celos, etc.).
A pesar de que el miedo al cambio parezca el problema, en realidad se trata de la forma en la que lo entiendes y gestionas.
Factores psicológicos: ansiedad y desánimo
Finalmente, cuando el miedo al cambio o a la incertidumbre es demasiado constante, se genera ansiedad. La ansiedad es tan agotadora que con el tiempo genera desánimo. Nos desanimamos por llevar demasiado tiempo viviendo con un estado ansioso.
La ansiedad es un estado de alerta, lo cual condiciona tu forma de interpretar las situaciones y de actuar. A su vez, la ansiedad está relacionada con tu forma de respirar. Cuando entras en un estado ansioso, se respira de forma rápida y superficial, de tal forma que el diafragma se dilata poco y se mueve rápido. Este movimiento causa esa presión tan desagradable en el pecho.
Si tu miedo al cambio o a la incertidumbre te ha llevado a un estado ansioso, es imprescindible en primer lugar disminuir la intensidad de la ansiedad. Aunque sea habitual hacerlo con fármacos, esto solo es útil en momentos de crisis. A largo plazo, lo realmente funcional es aprender a respirar de forma completa, para así disminuir la intensidad de la ansiedad y no depender de fármacos que con el tiempo generan tolerancia.
Ahora bien, ¿para qué nos sirve ese miedo? ¿Cómo puedes gestionarlo para que no te condicione tanto?
¿Para qué sirve el miedo?
El miedo, como hablamos, es una emoción práctica. Lo sentimos a lo largo de nuestra vida para protegernos, generar seguridad y autonomía. Sin embargo, a medida que somos adultos vivimos experiencias desagradables (rupturas, objetivos que no se consiguen, conflictos en las relaciones, etc.). La misión del miedo es protegernos, pero si no sabemos entenderlo y gestionarlo de forma funcional, termina por ser demasiado intenso, frecuente y duradero.
No se trata de tener miedo a algo concreto, sino de vivir condicionados por el miedo. El miedo, como estado de alerta, nos avisa constantemente de posibles riesgos, pero realmente dependen de nuestra interpretación de los hechos.
Una de las interpretaciones más habituales es que tenemos miedo del pasado por lo que hemos vivido. En realidad, cualquier experiencia pasada solo nos condiciona según cómo gestionas esas emociones.
Es decir: nuestro miedo a lo que puede ocurrir está condicionado por lo que hacemos e interpretamos, no por el pasado. Si aprendes a entender y a gestionar lo que sientes, ninguna experiencia pasada será un poso tan difícil de superar. Vamos a ver cómo puedes conseguirlo.
Cómo afrontar lo incierto: un cambio en ti
Nuestra vida y futuro es pura incertidumbre, y no podemos controlar los factores externos que llegarán a nuestra vida. Las personas construimos rutina y hábitos para generar seguridad. Sin embargo, el paso del tiempo hace que cada vez vivamos con más miedo y estrés.
El problema no está en esas emociones o en el miedo (sin el cual no sería posible vivir) sino en la forma en la que lo entiendes y gestionas. Por este motivo, el cambio debe venir desde ti, de forma profunda y a su vez práctica. No se trata de no tener miedo, sino de saber manejarlo para vivir con más confianza y aceptación.
Para esto es necesario contar con estas claves y aprendizajes:
- Disminuir la ansiedad y los pensamientos intrusivos: cuando aprendemos a respirar de forma completa, la ansiedad disminuye, y por lo tanto, será más fácil manejar los pensamientos intrusivos y negativos que nos paralizan constantemente
- Aprender a gestionar tus emociones: mediante tus propios comportamientos, para entender qué sientes, cómo lo interpretas, y cómo lo pudieras gestionar diferente (con acciones concretas) para generar más aceptación (saber qué está en tu mano y qué no) y confianza (tomar decisiones y acciones importantes para ti)
- Que tu bienestar dependa principalmente de ti: aunque el mundo siempre nos afecte, todo cambia cuando tu bienestar depende principalmente de ti, de tus acciones, decisiones e interpretaciones. Esto es lo que nos ayuda a construir una autoestima que funciona de forma estable
- Que sea un cambio profundo y ante todo estable: para que, a pesar de la incertidumbre y del miedo que podamos tener al cambio, afrontemos nuestra realidad con confianza y calma
Existen a su vez una serie de claves para gestionar el miedo y que funcione al 100%. Vamos a ver cuáles.
Claves para gestionar el miedo
Como hablamos, el miedo en sí mismo es una emoción positiva, ya que protege nuestra vida. Tratar de "vivir sin miedo" (como se suele decir hoy día) no tiene sentido. Sin embargo, sí podemos aprender a gestionar el miedo para que tenga la intensidad justa y no limite tu vida.
Las claves para gestionarlo de forma funcional y sobre todo estable son las siguientes:
- Aprender a entender cómo gestionas ahora tu miedo: qué interpretas, cómo te valoras, cómo proyectas el futuro, etc. Si descubrimos cómo gestionas ahora tus miedos, inseguridades y emociones, podremos trabajar con el cambio que necesitas
- Ver de qué forma limita tu vida: el miedo nos condiciona más de lo que creemos, y además es la raíz de otras emociones, como la ira, la culpa o la frustración
- Contar con un plan de acción concreto: que te lleve hacia los cambios que necesitas de forma práctica. La única forma de conseguir cambios reales es con acciones, no solo con la reflexión.
- Trabajar con todas las partes de tu personalidad: con tus emociones, pero también con tu autoestima, sistema de creencias, comunicación, forma de relacionarte, etc., ya que todas las partes se condicionan mutuamente.
Concluyendo…
La clave más importante para conseguir el cambio y aprendizaje que necesitas al 100% es contar con compañía experta y sobre todo constante. Por este motivo, como psicólogo y coach no acompaño solo con sesiones eventuales, sino con constancia, cada día, y para cualquier necesidad que tengan las personas. También trabajamos con sesiones y herramientas semanales, para que consigamos cambios desde el principio y podamos interiorizar ese aprendizaje.
Si es lo que quieres, recuerda en empoderamientohumano.com o en mi perfil de Psicología y mente puedes encontrar la opción para contactar conmigo. Lo que necesitamos no es dejar atrás al miedo, sino tener el firme compromiso de conocerlo y gestionarlo para que sea cada vez más pequeño y puedas vivir con más libertad, paz y bienestar.