El mobbing, también conocido como acoso laboral, es toda conducta o gesto dirigido a dañar directa o indirectamente a una persona con la que compartes el entorno laboral. Principalmente, el mobbing se suele clasificar en dos tipos: mobbing vertical y horizontal. El mobbing vertical ocurre cuando un superior acosa a un subordinado o viceversa, mientras que el mobbing horizontal se da entre compañeros de trabajo del mismo nivel. Ambos comparten el objetivo de desestabilizar y perjudicar a la víctima.
Varios factores contribuyen al mobbing en el ambiente laboral. Un entorno laboral tóxico, en el que prevalezca la competitividad extrema y la falta de colaboración, es en general un caldo de cultivo para el acoso. Además, las deficiencias en la gestión del personal, como la falta de políticas claras contra el acoso, la mala comunicación y la ineficacia en la resolución de conflictos, aumentan la probabilidad de que el mobbing perdure en el tiempo.
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Conductas de una persona que sufre mobbing
En este artículo, vamos a comprender en mayor profundidad el fenómeno del mobbing entrando en comprender comportamientos concretos de personas que experimentan y sufren mobbing en sus propias vivencias.
Señales y comportamientos
Identificar a una persona que está sufriendo mobbing puede ser crucial para intervenir a tiempo y proporcionar el apoyo necesario. Las víctimas de mobbing exhiben una serie de señales y comportamientos que reflejan el impacto psicológico y emocional del acoso continuo.
1. Cambios emocionales
Las personas que sufren mobbing a menudo experimentan cambios significativos en su estado emocional. Pueden volverse más ansiosas, mostrando signos de nerviosismo, preocupación constante y temor por ir al trabajo. La depresión también es común, manifestándose en sentimientos de tristeza profunda, falta de energía y pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban. Estos cambios emocionales pueden afectar negativamente su rendimiento laboral y su calidad de vida en general.
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2. Cambios físicos
El estrés prolongado debido al mobbing puede tener un impacto físico considerable en las víctimas. Problemas como el insomnio, dolores de cabeza recurrentes, fatiga crónica y trastornos gastrointestinales son comunes. Estos síntomas físicos no solo son molestos, sino que también afectan la capacidad de la persona para concentrarse y realizar sus tareas diarias de manera efectiva.
3. Comportamientos en el trabajo
A nivel laboral, las víctimas de mobbing a menudo muestran cambios en su comportamiento y desempeño. Pueden experimentar un descenso en su productividad debido a la distracción y la preocupación constante por los ataques o la intimidación. El absentismo también puede aumentar, ya sea debido a enfermedades relacionadas con el estrés o simplemente para evitar enfrentarse a los acosadores en el trabajo.
4. Relaciones interpersonales
El mobbing puede llevar a la víctima a aislarse socialmente. La desconfianza hacia los demás y el temor a ser juzgado o traicionado pueden hacer que prefieran evitar interacciones sociales en el trabajo y fuera de él. Esto puede generar un profundo sentimiento de soledad y desamparo, exacerbando aún más los efectos negativos del acoso.
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Consecuencias del mobbing
Las consecuencias del mobbing pueden ser devastadoras tanto a nivel personal como profesional para quienes lo experimentan. A nivel de salud mental, las víctimas pueden desarrollar trastornos graves como ansiedad crónica, depresión severa e incluso trastorno de estrés postraumático (TEPT). Estos problemas pueden persistir mucho después de que cese el acoso, afectando negativamente la calidad de vida y la capacidad para funcionar en el trabajo y en la vida cotidiana.
Físicamente, el mobbing también puede causar estragos en la salud de la persona afectada. El estrés continuo y la ansiedad pueden manifestarse en síntomas físicos como dolores de cabeza persistentes, problemas gastrointestinales, fatiga crónica e insomnio. Estos síntomas no solo son incómodos, sino que también contribuyen a un ciclo de estrés y deterioro físico que puede ser difícil de romper sin intervención.
Además de los efectos directos en la salud, el mobbing puede tener consecuencias significativas en la vida profesional y social de la víctima. El rendimiento laboral puede disminuir debido a la distracción y la falta de motivación, lo que potencialmente conduce a una reducción en la calidad del trabajo y a una disminución en las oportunidades de desarrollo profesional. Las relaciones interpersonales en el trabajo y fuera de él también pueden verse afectadas, ya que la persona puede volverse más retraída y desconfiada, dificultando la construcción de relaciones significativas y de apoyo.
Norma Conde
Norma Conde
Psicoterapeuta, Tratamiento del Estrés, Ansiedad, Depresión, Duelo, Autoestima, Gestión emocional, Terapia de pareja.
En conclusión, el mobbing representa un grave problema que va más allá de simples conflictos laborales, afectando profundamente la salud física y mental de quienes lo sufren. Las señales de alerta como cambios emocionales y físicos, así como el impacto en el desempeño laboral y las relaciones interpersonales, deben ser reconocidas y abordadas con urgencia. Las consecuencias a largo plazo incluyen trastornos psicológicos severos y un deterioro significativo en la calidad de vida tanto personal como profesional.
Es crucial que las organizaciones implementen políticas claras contra el acoso, fomenten un ambiente laboral saludable y brinden apoyo adecuado a las víctimas. Asimismo, es responsabilidad de todos los empleados estar alertas y actuar en solidaridad para prevenir y detener el mobbing. Solo mediante un compromiso conjunto podemos crear entornos laborales seguros y respetuosos, donde cada individuo pueda desarrollarse sin temor ni intimidación.