Vivir o convivir con alguien que tiene Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) no es nada sencillo. No solo porque la persona misma lidia con emociones muy intensas y cambiantes, sino porque sus relaciones tienden a ser impredecibles y, a veces, caóticas.
El TLP afecta mucho cómo se sienten consigo mismos, cómo ven a los demás y cómo reaccionan ante las situaciones. Todo esto hace que sea muy complicado establecer límites claros y saludables sin que se genere un conflicto o malestar. Pero aunque es todo un reto, hay maneras de lograrlo de forma efectiva. Vamos a ver por qué es tan complicado y cómo se pueden establecer esos límites que tanto necesitamos.
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Hablemos del Trastorno Límite de la Personalidad
El TLP es un trastorno que afecta principalmente la forma en que una persona maneja sus emociones y sus relaciones. Las personas con este trastorno experimentan una montaña rusa emocional: desde sentir una euforia extrema hasta sumergirse en una desesperación profunda en muy poco tiempo.
Esta inestabilidad emocional se acompaña de una imagen de sí mismos que cambia constantemente, a veces sintiéndose vacíos o desconectados de quiénes son. Las relaciones con los demás pueden ser intensas y desbordantes, oscilando entre idealizar a alguien y luego rechazarlo por completo, todo en un mismo ciclo.
Además, un aspecto central del TLP es el miedo al abandono. Este miedo es tan fuerte que cualquier gesto que se perciba como un rechazo o una amenaza de distanciamiento puede causar una reacción emocional desmedida.
Por todo esto, las personas con TLP viven en un estado constante de alta sensibilidad emocional, lo que afecta no solo a cómo se relacionan con los demás, sino también a cómo perciben sus propios sentimientos y la realidad en general.
Síntomas
Aunque no todas las personas con TLP experimentan los mismos síntomas o con la misma intensidad, hay algunas características comunes. Entre ellas:
- Relaciones inestables: Las personas con TLP pueden pasar rápidamente de idealizar a alguien a devaluarlo, lo que hace que sus relaciones sean intensas pero volátiles.
- Miedo al abandono: Experimentan un temor constante al rechazo, que puede llevarlos a hacer esfuerzos desesperados para evitar que alguien se aleje.
- Cambios de humor extremos: Desde sentirse eufóricos hasta entrar en crisis o desesperación en poco tiempo, lo que hace que su estado emocional sea impredecible.
- Problemas con la autoimagen: La sensación de vacío y de no saber quiénes son puede ser recurrente, lo que hace que su identidad cambie constantemente.
- Impulsividad: Se puede manifestar en conductas como el abuso de sustancias, decisiones impulsivas de gasto o conductas arriesgadas en el sexo.
- Comportamientos autodestructivos: A veces, las personas con TLP recurren a autolesiones o intentos de suicidio como una forma de lidiar con el dolor emocional.
- Ira intensa: Experimentan episodios de ira descontrolada, que suelen ser desproporcionados en relación con la situación que los provoca.
- Vacío persistente: Muchos sienten que les falta algo dentro, como si su vida careciera de un propósito claro.
- Desconexión de la realidad: En momentos de estrés, pueden tener episodios de paranoia o sentir que están desconectados de su entorno.
Este cóctel de síntomas puede hacer que las personas con TLP no solo tengan dificultades para manejar sus emociones, sino que también les sea muy complicado mantener relaciones estables y saludables.
Cómo es convivir con una persona que tiene TLP
Tener una relación con alguien que tiene TLP puede sentirse como estar en una montaña rusa emocional. Un momento puede haber mucha cercanía y conexión, y al siguiente puede haber una explosión de ira o una desconexión total. Esta inestabilidad puede hacer que te sientas agotado y confundido.
La otra persona, por su parte, puede volverse dependiente de tu presencia, a veces pidiendo más de lo que puedes dar, o incluso creando situaciones de conflicto por un simple malentendido. Esta montaña rusa de emociones hace que, para cualquier persona, sea difícil poner límites claros.
Además, muchas veces el miedo al abandono por parte de la persona con TLP puede hacer que te sientas culpable si intentas establecer un límite. Si se sienten rechazados, su respuesta emocional puede ser tan intensa que uno podría sentir que, al decir “no” o “esto no me gusta”, está desencadenando algo mucho mayor. Sin embargo, es importante entender que estos momentos de crisis no son manipulaciones, sino expresiones de su sufrimiento interno.
Y es aquí donde entra el desafío de establecer límites. El miedo al rechazo y la tendencia a idealizar o devaluar a los demás dificultan mucho la tarea de marcar fronteras claras.
Cualquier intento de poner un límite puede ser interpretado como un rechazo total, lo que, en su mente, puede activar una especie de alerta de abandono. Y por supuesto, eso no solo genera tensiones, sino que pone en peligro tu propio bienestar emocional si no se manejan adecuadamente.
Los límites y las personas con TLP: ¿Cómo establecerlos?
Aunque poner límites con alguien que tiene TLP puede ser una de las tareas más difíciles, es necesario hacerlo para poder mantener relaciones más equilibradas y saludables. Aquí te explicamos cómo hacerlo de manera más efectiva:
1. Comunicación clara y directa
Es muy importante ser claro y directo al comunicar lo que necesitas, y esto no significa ser rudo ni insensible, pero sí evitar rodeos o ambigüedades.
Las personas con TLP pueden interpretar cualquier duda o vaguedad como una oportunidad para empujar los límites, así que ser firme y explícito en lo que uno necesita es clave para evitar malentendidos.
2. Validar sus emociones sin ceder a sus demandas
Cuando alguien con TLP expresa dolor o frustración, es importante validar esos sentimientos, reconocer que lo que están experimentando es real para ellos. Esto no significa que uno tenga que ceder siempre a lo que piden, pero sí reconocer su emoción sin ignorarla o minimizarla.
La validación ayuda a que la persona no se sienta rechazada, aunque el límite no se modifique.
3. Mantener la calma ante reacciones emocionales intensas
Cuando una persona con TLP reacciona con ira o tristeza extrema, lo más fácil es caer en el juego y empezar a discutir. Sin embargo, la clave es mantener la calma. Al no engancharse en una discusión emocional, se evita que la situación escale aún más.
Responder con serenidad ayuda a evitar un conflicto innecesario y demuestra que, aunque se está firmando un límite, no hay hostilidad ni falta de empatía.
4. Ser consistente con los límites
Uno de los puntos más importantes es ser consistente. Las personas con TLP pueden intentar persuadir o manipular emocionalmente para hacer que cambies de opinión.
Si no eres constante en la aplicación de los límites, solo conseguirás que sigan atravesándolos una y otra vez. Mantenerte firme es vital, aunque esto puede ser emocionalmente agotador.

Esther Tomás Ruiz
Esther Tomás Ruiz
Psicóloga, coach y terapeuta de familia y parejas
5. Cuidar de ti mismo
Establecer límites no solo es importante para proteger tu bienestar emocional, sino también para que la relación sea más saludable para todos los involucrados. Si te sientes agotado o demasiado afectado, es importante buscar apoyo.
De hecho, hablar con un terapeuta especializado en este trastorno o con personas de confianza puede ofrecerte herramientas y perspectivas adicionales para manejar la situación.