En la actualidad existe un aumento de casos relacionados con la adicción a los juegos de azar, y esto se debe en buena parte a la popularización de las plataformas online que se ofertan como “casinos digitales”.
Esto ha dado lugar a una forma de ludopatía asociada a las nuevas tecnologías, un fenómeno que afecta a personas cada vez más jóvenes y que puede ocasionar graves daños tanto a niel emocional como a nivel comportamental y social.
En este artículo veremos en qué consiste esta clase de alteraciones psicológicas encuadradas dentro de la ciberludopatía o juego patológico asociado a apuestas online, un tipo de adicción sin sustancia que no por ello es menos peligroso, y el modo en el que acudir a terapia ayuda a superar el trastorno y pasar página.
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Las principales características de la ciberludopatía
La ciberludopatía opera en la persona afectada de la misma forma en la que lo hace cualquier otro trastorno adictivo, ya que en ella intervienen los mismos circuitos de recompensa, que son estimulados cada vez que se lleva a cabo la acción hacia la que la persona desarrolla dependencia.
Estos circuitos cerebrales son los encargados de generar una sensación de placer o de bienestar en la persona que presenta dicha adicción, así como de mantener la conducta adictiva de manera sostenida en el tiempo para obtener la sensación buscada y evitar el malestar por no recaer. A su vez, se produce lo que se conoce como tolerancia: la persona cada vez necesita profundizar más en la adicción para obtener la experiencia buscada. En el caso de la ludopatía o la ciberludopatía, esto pasa por apostar cada vez más, lo cual lleva, en la mayoría de los casos, a endeudarse.
En el caso de las ciberludopatías la conducta adictiva se presenta de diversas formas y puede ser tanto las apuestas deportivas como las tragaperras online y otros juegos de azar digitales.
Dicho esto, veamos cuáles son las características principales de la ciberludopatía.
1. Pensamientos obsesivos
La característica esencial de las personas con ciberludopatía, al igual que en el resto de adicciones, son los pensamientos constantes y recurrentes acerca de volver a realizar aquella acción que les genera bienestar.
Las personas con esta adicción acostumbran a estar todo el día anticipando el momento en el que podrán volver a apostar, jugar o realizar cualquier tipo de acción, y de igual manera, experimentan un sentimiento de malestar mientras no están jugando.
Además, llega un punto en el que este tipo de pensamientos les mantiene ocupados a lo largo de todo el día y les impide realizar debidamente cualquier otra actividad o trabajo remunerado, poniendo así en peligro su vida social y profesional.
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2. Cambios de humor
Las personas que presentan un caso de ciberludopatía o ludopatía clásica pueden sentirse irritables o inquietos cuando no están jugando o apostando. Esto sucede también al intentar reducir la frecuencia de apuestas, algo que generalmente no acaban consiguiendo por sí solos.
Los cambios en la personalidad y en el humor de la persona son otro de los síntomas clásicos que indican que nos encontramos ante un caso de adicción y estos se magnifican a medida que la persona se va hundiendo más dentro de su alteración.
El mal humor, las contestaciones desagradables o salidas de tono, la agresividad hacia otras personas e incluso la violencia física son signos frecuentes y muy distintivos de este tipo de alteración basada en la adicción.
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3. Perfiles diversos
Aunque habitualmente se tiende a pensar que la ludopatía afecta más a hombres adultos o de mediana edad, lo cierto es que las nuevas modalidades de juego online han propiciado la aparición de nuevos perfiles de personas adictas, principalmente adolescentes, muchos de ellos menores de edad.
La inmediatez de las nuevas tecnologías y la posibilidad de apostar en cualquier momento las 24 horas del día es un elemento que favorece la aparición de nuevas personas adictas casi a diario.
4. Afectación en las relaciones sociales
Estos cambios de humor repentino suelen afectar también a las personas que se encuentran a su alrededor, quienes acostumbran a pagar la frustración y el malestar que siente la persona que está pasando por una situación de adicción.
Es habitual que una persona con ludopatía vea afectadas de manera progresiva sus relaciones sociales tanto en el ámbito de las amistades como en el trabajo, así como también las relaciones familiares o de pareja.
Esta situación acaba favoreciendo que dicha persona se aísle de su entorno social, así como de sus seres queridos, llegando incluso a separarse o divorciarse de su pareja.
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5. Afectación en el ámbito laboral
De igual manera, con una situación de ciberludopatía existe una alta probabilidad de que la persona acabe perdiendo su empleo, ya que durante el día solo puede concentrarse en su adicción y en el malestar que le provoca estar sin jugar o sin apostar.
Como se ha indicado, la relación con los compañeros de trabajo también se ve afectada, quienes a menudo pueden ser capaces de detectar dicha adicción, en los casos en los que esta ya está en fases muy avanzadas.
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6. Evasión de los problemas diarios
Todos los problemas anteriormente mencionados afectan muy negativamente al bienestar emocional de la persona, hecho que le empuja a seguir realizando la actividad a la que es adicto con el objetivo de evadirlos.
De esta forma se produce una dinámica de retroalimentación en la cual cuando peor es la situación de la persona adicta mayor se vuelve su conducta adictiva y viceversa.
7. Percepción alterada de la realidad
Es habitual que la mayoría de personas con ciberludopatía vean alterada su percepción de la realidad de manera inconsciente y se sientan capaces de controlar su problema de adicción, cuando en realidad no es así.
En otros casos consideran que son expertos en el funcionamiento de los juegos de azar o que son capaces de detectar cuando la máquina está “caliente” o a punto de dar el premio.
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8. Apostar cada vez más
Las adicciones suelen provocar una situación de tolerancia en la persona, consistente en que ésta cada vez necesita más dosis de la sustancia a la cual es adicta o una cantidad mayor de recompensa para sentir el mismo bienestar.
En el caso de la ludopatía o ciberludopatía sucede exactamente lo mismo; es decir, la persona afectada tiende a apostar cada vez más para seguir sintiendo la misma emoción que al inicio.
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¿Cómo se interviene en terapia?
El proceso de recuperación tras haber desarrollado una adicción lleva varios meses y pasa por acudir cuanto antes a profesionales de la salud mental especializados en trastornos adictivos.
En el caso de la ciberludopatía, el apoyo durante las primeras horas y días sin jugar es crítico, pues en esta primera etapa el malestar se dispara rápidamente; sin embargo, en terapia se ayuda a la persona a gestionar la ansiedad y el resto de emociones y sentimientos desagradables asociados a la evitación de la recaída.
En la segunda fase del tratamiento, los profesionales de la salud mental ayudamos a la persona a hacer frente a las creencias disfuncionales que estaban desgastando la autoconfianza de la persona, y también se la ayuda a detectar pensamientos trampa que preceden a la recaída (las excusas que muchos pacientes se dan a sí mismos sin darse cuenta con tal de poder caer en la adicción de nuevo sin sentirse muy mal por ello).
Además, entre otros procesos terapéuticos, se ofrecen pautas y rutinas para hacer que el entorno cotidiano y social de la persona le exponga a menos riesgos de volver a jugar a juegos de azar. En el caso de la ciberludopatía, esto puede pasar por usar trucos para dejar de tener fácil acceso a ciertas webs o estímulos, y por aprender a segmentar metas en sub-metas más pequeñas para saber en todo momento si se progresa o no, así como para auto-motivarse mejor.
En caso de ser necesario, también se puede contar con el apoyo de psicofármacos para el manejo de la ansiedad, aunque en estos casos siempre debe hacerse bajo supervisión médica y siguiendo las pautas del equipo de expertos en salud mental.
En la última etapa de la intervención, se realizan sesiones de seguimiento para resolver dudas, saber del progreso de los efectos del tratamiento, y detectar situaciones de riesgo que aumentan las probabilidades de recaída, para actuar a tiempo.