Muchos psicólogos coinciden en que la gran mayoría de personas sufren depresión en algún momento de la vida.
No resulta extraño este dato con el ritmo de vida de la sociedad actual, en la que somos vulnerables a la soledad, el rechazo, las dificultades económicas... Sin embargo, es relativamente frecuente confundir un trastorno depresivo con episodios de tristeza coyunturales, tales como la Distimia.
Depresión y suicido: investigando su relación clínica
Suele observarse como en los cambios de estación surgen algunos síntomas vinculados de forma directa o indirecta con el trastorno depresivo: por ejemplo, la depresión primaveral es la denominación que recibe el breve episodio depresivo que muchas personas padecen.
El tratamiento de la depresión se basa en las indicaciones y las pautas que el psicólogo pone sobre la mesa a fin de que el paciente pueda superar su trastorno depresivo. Existen también una buena variedad de antidepresivos naturales, ciertamente desconocidos y que poseen propiedades que alivian los síntomas y ofrecen una ayuda complementaria a la del tratamiento psicológico.
No es raro oír en nuestro tiempo que alguien se ha suicidado, y detectar que detrás de ese trágico suceso se encuentre una depresión mayor. ¿Qué vínculo hay entre depresión y suicidio?
Las dos principales causas de la depresión son, por un lado, la ausencia de esperanza u optimismo ante el futuro, y, por otra parte, la pérdida de autonomía frente a su vida y sus sentimientos.
Puesto que la depresión hace que las esperanzas puestas en nuestras posibilidades se debiliten, la realidad resulta alterada, hasta el punto que la persona con depresión rechaza la ayuda de familiares y amigos, así como la atención de un profesional cualificado.
Es por esta razón, sumada a la tendencia de las personas con depresión a centrarse más en los aspectos negativos de la vida, que no pueden concebir un futuro más allá de su propia muerte.
Es en ese momento cuando se generan ideas suicidas. El único tratamiento ante estos casos es el seguimiento estricto de terapia enfocada a recuperar la confianza, la esperanza y el control sobre la vida y las emociones.
Síntomas asociados con la depresión y suicidio
Existen un total de tres síntomas de la depresión vinculados fundamentalmente con el suicidio, y son los siguientes:
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Incremento del abandono en el cuidado personal.
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Insomnio, dificultad para descansar.
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Deterioro cognitivo.
Tratamiento de la depresión vinculada al suicidio
En el momento en que el terapeuta elija el tratamiento más adecuado a los casos de depresión con riesgo de suicidio, ha de tener en cuenta que el paciente con depresión suele ser escéptico de las posibles soluciones a sus problemas, tanto los materiales o emocionales (externos a su control) como los psicológicos.
El tratamiento a seguir puede variar según el tipo o grado de depresión que presente el paciente. Por ejemplo, si estamos ante un caso de gravedad, es muy recomendable que el paciente sea internado de forma inmediata pues el riesgo de suicidio es muy grande. Cabe recordar que el profesional tiene la facultad de tomar esa decisión.
La depresión mayor o depresión severa requerirá un tratamiento tanto psicológico como farmacológico, para ayudar al paciente a controlar la ansiedad y el malestar que habitualmente viene asociado al cuadro depresivo.
No obstante, si el caso es leve, la terapia más recomendable suele ser un seguimiento psicológico que acompañe al paciente a superar su trastorno.
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