Dentro del organismo humano se encuentra la médula espinal, un extenso cordón que se encarga de transportar los impulsos nerviosos desde el encéfalo al resto del cuerpo y viceversa. Gracias ella podemos desde realizar cualquier movimiento, mantenernos en pie o percibir todo tipo de sensaciones tanto internas como externas.
No obstante, cuando esta se lesiona o sufre algún tipo de patología aparecen los síndromes medulares o mielopatías. El término de síndromes medulares agrupa toda una variedad de afecciones de la médula con consecuencias que afectan tanto a las habilidades motoras como a las capacidades sensitivas.
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¿Qué son los síndromes medulares?
Los síndromes medulares, o enfermedades de la médula espinal, hacen referencia a un conjunto diverso de síntomas y signos que pueden variar según la localización de la lesión en la médula espinal.
A pesar de que estas afecciones no suelen presentarse con mucha frecuencia, tienden a provocar graves efectos y consecuencias en la salud de la persona, conllevando, en muchos casos, algún tipo de discapacidad.
Este es el motivo por el que un diagnóstico apresurado de estos síndromes medulares, así como una intervención terapéutica eficaz, es esencial para disminuir o compensar de la mejor manera la sintomatología propia de estas afecciones.
Podemos distinguir varios tipos de síndromes medulares basándonos en los síntomas que cada uno de ellos presentan. Estos síntomas están a asociados a procesos etiológicos concretos; es decir, a las causas que han provocado el daño o la lesión. Estos daños pueden afectar a todo el cilindro medular o, por el contrario, perjudicar solamente a una parte de la médula en su sección trasversal.
En el momento en el que el profesional médico tenga que realizar el diagnósticos de uno de estos síndromes medulares, debe tener en cuenta la posibilidad de que se trate de alguna de las afecciones, como algunas enfermedades autoinmunes, musculares o psiquiátricas, que poseen una sintomatología similar. Un diagnóstico diferencial exhaustivo será la clave para poder llevar a cabo un tratamiento satisfactorio del paciente.
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Tipos de síndromes medulares
Tal y como se menciona anteriormente, existe una gran variedad de síndromes medulares clásicos. La principal forma de clasificarlos es teniendo en cuenta sus síntomas, así como el patrón temporal de estos.
1. Lesión medular completa
En aquellos casos de lesión medular completa, o mielopatía transversa, la persona experimentará la desaparición de todas las modalidades sensitivas, así como una alteración bilateral de las vías motoras que se encuentren por debajo de la lesión.
Este síndrome se caracteriza por presentar síntomas sensitivos y síntomas motores. Los síntomas sensitivos propios de una lesión medular completa son:
- Parestesias o sensaciones anormales de cosquilleo y de cambios de temperatura corporal. Estas sensaciones se dan en la sección que se corresponde al nivel de la lesión.
- Dolor localizado en las vértebras.
- Dolor radicular según la locación de las lesión. Si se trata de una lesión cervical, la persona experimentará dolor en los brazos, mientras que si es torácica o lumbar, el dolor se centrará en el tórax y abdomen o en las piernas.
- Umbral sensitivo bajo o pérdida de todas las modalidades sensitivas.
Por otra parte, los síntomas relacionados con las funciones motoras incluyen:
- Lesiones en las neuronas motoras inferiores que provocan atrofia muscular, fasciculaciones o pequeñas contracciones musculares que se pueden observar bajo la piel e hiporreflexia o disminución de la respuesta refleja.
- Paraparesia/paraplejia o tetraparesia/tetraplejia. La persona experimenta parálisis o problemas de movilidad, ambas en grado variable, en las extremidades inferiores o en las cuatro extremidades.
2. Lesión medular incompleta
En los casos de la los síndromes o lesiones medulares incompletos, la médula espinal no está completamente dañada a nivel transversal, por lo que la persona no experimenta ni una parálisis total, ni una pérdida total de la sensibilidad.
Igualmente, existen varios tipos de lesiones medulares incompletas que difieren según el conjunto de síntomas que provocan.
Hemisección medular o síndrome de Brown-Séquard
En esta caso la persona sufre una alteración o daño en la hemimédula. No obstante, es muy complicado que esta lesión de dé justo en la línea media de la médula o que aparezca de manera puramente unilateral.
La hemisección medular puede estar causada por algún tipo de infección o por una lesión en dicho punto concreto. Asimismo, ciertos cuerpos tumorales o enfermedades degenerativas también pueden provocar este tipo de síndrome.
Los síntomas propios de esta afección suelen aparecer a nivel ipsilateral y por debajo del nivel de la lesión, siendo lo más importantes la parálisis de la primera motoneurona homolateral y la falta de sensibilidad al dolor y la temperatura.
La sintomatología de la hemisección medular incluye:
- Parálisis homolateral.
- Termoanalgesia o insensibilidad a la temperatura contralateral.
- Debilidad muscular y parálisis.
- Pérdida o mengua de la sensibilidad y de la percepción sensorial.
- Alteraciones en la percepción de la postura y la posición (sistema propioceptivo).
Síndrome centromedular
En la afección de tipo centromedular, el daño se encuentra en la materia gris central y en los tractos espinotalámicos que atraviesan la zona central de la médula. Además, esta lesión puede disiparse de manera centrífuga afectando a otras vías anatómicas.
Entre los síntomas sensitivos encontramos una pérdida de la sensibilidad al dolor y la temperatura. Mientras que a nivel motor la persona puede experimentar atrofia muscular, fasciculaciones, debilidad muscular e hiporreflexia.
Lesión combinada de cordones posteriores y laterales
En este tipo de lesión la persona puede experimentar síntomas motores como debilidad muscular, espasticidad o contracción muscular constante, hiperreflexia y reflejo de Babinski, que consiste en la extensión dorsal del dedo gordo del pie.
A nivel sensitivo, los síntomas incluyen alteraciones en el sistema propioceptivo y en la sensibilidad a la vibración.
Lesión aislada de cordones posteriores
En este caso el daño se ocasiona solamente en ciertos cordones o fibras posteriores. Esta lesión ocasiona en la persona una alteración de la sensibilidad propioceptiva y vibratoria, así como ataxia o dificultades en la coordinación de los movimientos. Además, la persona puede también experimentar un dolor punzante en las piernas e incontinencia urinaria.
Síndrome de astas anteriores
En comparación con el resto de afecciones, en el síndrome de astas anteriores solamente aparecen síntomas motores puros propios de una atrofia en la segunda motoneurona. Estos síntomas incluyen fasciculaciones, debilidad muscular, hipotonía e hiporreflexia en uno o varios grupos musculares. Además, también provoca ausencia de reflejos.
Síndrome de vía piramidal y asta anterior combinada
En este último síndrome de naturaleza medular incompleta, también aparece solamente sintomatología motora; con la diferencia que se desarrolla simultáneamente síntomas de la primera y la segunda motoneurona dentro del mismo grupo muscular. La causa es una anomalía presente en los tractos piramidales y en las astas anteriores.
3. Síndromes vasculares medulares
A diferencia de los síndromes propios de las lesiones medulares completas e incompletas, en los síndromes vasculares medulares el origen de la anomalía se encuentra en una anomalía del flujo sanguíneo en cualquier zona de la médula.
Síndromes de isquemia arterial medular
En este caso, la suspensión del riego sanguíneo arterial en la medula tiene como resultado directo la aparición de ictus o accidentes isquémicos transitorios.
Síndrome de isquemia venosa medular
Este tipo de síndromes son mucho más infrecuentes que los anteriores. Además, tienden a afectar a las extremidades inferiores, produciendo síndromes bilaterales o síndromes transversos completos casi siempre de manera asimétrica.
La principales causas de este tipo de patologías son las malformaciones arteriovenosas, las embolias fibrocartilaginosas y los efectos de una descompresión.
Síndromes de hemorragia medular
En estos síndromes podemos diferenciar entre la hemorragia intramedular y la hemorragia extramedular. La intramedular se produce por una ruptura vascular provocando dolor raquídeo, paresia y alteraciones sensitivas por debajo del nivel de la lesión.
En cuanto a la hemorragia extramedular, esta es mucho más infrecuente. En este caso la persona experimenta un agudo dolor raquídeo en el lugar donde se encuentra el derrame, unido a síntomas similares a los de una hemorragia subaracnoidea cerebral. Entre los que se incluyen entumecimiento en una parte del cuerpo, convulsiones tensión cervical, problemas de visión, náuseas o dolores musculares.