Desde hace unas décadas, las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida y han provocado cambios importantes en nuestra manera de relacionarnos con el entorno y con los demás. Debido a los avances tecnológicos, las redes sociales y la presencia de internet pasamos muchas horas conectados a los dispositivos tecnológicos, ya sea nuestro ordenador y nuestro teléfono móvil.
Tal ha sido el impacto que algunas personas pueden sentirse perdidas en este mundo dependiente de las nuevas tecnologías si no tienen acceso a estos gadgets. Los expertos afirman que si no se hace un uso adecuado de las nuevas tecnologías, pueden aparecer fenómenos como la adicción a internet, la nomofobia o el síndrome FOMO.
Qué es la tecnoadicción
La tecnoadicción es el deseo incontrolable de estar conectado a las TIC a todas horas, y un comportamiento que puede causar malestar y un deterioro en la vida del individuo. Es un fenómeno relativamente nuevo, que suele describirse como la incapacidad de controlar el uso de diversos tipos de tecnología, en particular internet, los smartphones, tabletas y redes sociales, como por ejemplo: Facebook, Twitter e Instagram.
Este fenómeno se ha agudizado con la proliferación del uso de los smartphones, pues el acceso a internet y las las redes sociales ahora puede realizarse desde casi cualquier lugar y en cualquier momento. Muchos de nosotros pasamos conectados a los dispositivos tecnológicos prácticamente todo el día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. El uso de la tecnología por sí sola no es malo, pero si se utiliza de manera inapropiada puede causar problemas serios para el bienestar de una persona.
Gran parte del problema reside en la educación de los individuos, que al ser una fenómeno tan actual, incluso los mismos padres son los primeros afectados por este problema y son incapaces de educar apropiadamente a sus hijos en este sentido.
¿Es un trastorno?
Algunos expertos han catalogado a este problema como un trastorno por sus consecuencias negativas y el impacto que puede tener la vida de una persona. La tecnoadicción no es un trastorno reconocido por el DSM, pero sí que es una problemática que ha despertado mucho interés entre los profesionales de la salud desde la década de 1990.
En 1995, Kimberly Young, una psicóloga estadounidense, creó el Centro para la Adicción a Internet y el primer plan de tratamiento para la adicción a la tecnología basado en las técnicas de terapia cognitivo conductual. Ese mismo año, el término "trastorno de adicción a Internet" fue acuñado por el psiquiatra Dr. Ivan Goldberg.
Ahora bien, el concepto de tecnoadicción engloba diferentes fenómenos, entre los que destacan la nomofobia y el síndrome FOMO.
Qué dicen las investigaciones
Los estudios científicos muestran que, en el caso de la adicción a internet, en Estados Unidos y Europa el 8,2% de la población sufre adicción a Internet. En 2006, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford realizaron una encuesta telefónica que descubrió que uno de cada ocho estadounidenses se siente adicto a las nuevas tecnología.
La adicción a la tecnología se reconoce como un problema de salud generalizado en otros países, como Australia, China, Japón, India, Italia, Japón, Corea y Taiwán, que han establecido clínicas dedicadas para abordar este creciente problema.
Igual que otros tipos de adicción, la adicción a la tecnología puede variar de moderada a severa, y algunos investigadores afirman que la dependencia es psicológica y no física. Eso sí, estar sin acceso a internet o sin posibilidad de utilizar el smartphone puede causar serios problemas como ansiedad o malestar. La dependencia a las nuevas tecnología es tan grande hoy en día, que las personas con tecnoadicción se sienten perdidas en el mundo físico. Las nuevas tecnologías afectan a nuestra vida cotidiana, las relaciones interpersonales, el desempeño académico o laboral…
Síntomas frecuentes
La adicción la tecnoadicción es un fenómeno heterogéneo que incluye tanto la adicción a los dispositivos tecnológicos como la necesidad de estar en contacto con el mundo virtual; no obstante, ambos están relacionados. En general, la tecnoadicción se manifiesta de las siguiente manera:
- Comprobación compulsiva de mensajes de texto y chats
- Cambio frecuente del estado de Facebook y exceso de selfies para subir a la red
- Ansiedad y estrés al quedarse sin acceso a internet o los dispositivos tecnológicos
- Aislamiento social
- Necesidad de comprar las últimas novedades tecnológicas del mercado, aunque no sean necesarias
- Pérdida de interés en actividades que no involucren un ordenador, teléfono u otro gadget tecnológico
- Sentimientos de inquietud cuando no pueden ir en línea
- En ocasiones, las personas pueden desarrollar trastornos del sueño y depresión
El problema no es la tecnología, sino su mal uso
La aparición de este fenómeno no tiene su causa en el uso de la tecnología en sí, pues como cualquier adicción, su origen puede estar en la falta de habilidades sociales de la persona o su baja autoestima. Las nuevas tecnologías nos aportan múltiples beneficios, pues nos permiten estar conectados con cualquier lugar del mundo y disponer de información prácticamente al instante.
El psicólogo Jonathan García-Allen sugiere que la educación es clave para prevenir este fenómeno, pues explica que “el problema principal no son las nuevas tecnologías, sino el uso patológico de las mismas, que puede materializarse tanto en adicción como en usos que pueden generar problemas psicológicos”.
En este sentido, la respuesta a esta problemática no está en prohibir uso a internet o retirar los smartphones de la vida de los niños o los adolescente, sino que lo importante es hacerles entender que su mal uso trae consigo consecuencias perjudiciales para su salud emocional. Es tarea de todos los educadores y padres, educarlos desde edades tempranas para evitar los usos indebidos y patológicos de las nuevas tecnologías.
Nomofobia y síndrome FOMO
Dos fenómenos asociados a las nuevas tecnologías que mayor repercusión mediática han tenido en los últimos tiempos son el síndrome fomo y la nomofobia. El primero está relacionado con la formación de la identidad y le repercusión que tienen las redes sociales a la hora de relacionarnos con los demás. La nomofobia es la adicción a los teléfonos inteligentes o smartphones.
Puedes profundizar en ambos fenómenos en nuestros artículos: