La terapia basada en fortalezas se centra en destacar y entrenar las características positivas que tiene el individuo, es decir, sus habilidades y capacidades para que de este modo pueda hacer frente a las distintas situaciones que se encuentre en su vida.
Esta terapia es compatible con otro tipo de intervenciones, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual, también se ha visto útil para un amplio rango de sujetos, sin o con distintos tipos de patología y de distintas edades para lograr aumentar su autoestima su confianza y su funcionalidad en los diferentes contextos de su vida.
Es eficaz, ya que se ha observado que si el paciente muestra una mentalidad de constructiva es más probable que destaque sus habilidades positivas. Del mismo modo, es fundamental que el sujeto se perciba como un superviviente, como alguien que supera sus adversidades y problemas y no como una víctima, porque el rol que adopta es esencial para que su comportamiento sea activo.
En este artículo te presentamos la terapia basada en fortalezas, cuáles son sus características, en qué consiste, cómo aplicarla, cuáles son sus objetivos, a qué sujetos va dirigida y qué estrategias y técnicas se utilizan para la mejora del paciente.
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¿Qué es la Terapia Basada en Fortalezas?
Es habitual relacionar terapia psicológica con mejora y trabajo de los síntomas o problemas que tiene el paciente; es decir, normalmente se tratara las dificultades o problemas que tiene el sujeto poniendo el foco en los aspectos negativos de cada individuo. Es por esta razón, por cómo se plantea típicamente la terapia basándose en lo negativo, que ha aparecido una nueva forma de afrontar las alteraciones o trabajar con el paciente centrándonos en reforzar sus capacidades y habilidades.
Así pues, mediante la terapia basada en las fortalezas se propone una intervención personalizada, adaptada a cada sujeto para poder trabajar concretamente sus habilidades más destacables y así poder tener una mejor visión de sí mismo y del entorno que le rodea.
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Objetivos de la terapia
La finalidad de la terapia es mejorar el estado de la persona trabajando y mejorando sus fortalezas, para que conozca qué capacidades y habilidades posee para hacer frente a las distintas dificultades que se pueda encontrar a lo largo de su vida. Esta terapia está muy vinculada con el concepto de resiliencia, que se entiende como la capacidad que tiene un sujeto de superar los distintos problemas que le surgen y poder seguir adelante, desarrollando y llevando una vida funcional pese a las adversidades de su entorno.
Es decir, se concebirá y se transmitirá la idea al paciente de que es un superviviente, una persona que ha superado sus dificultades y no como una víctima. Esta denominación que puede parecer que no tenga mayor importancia, sí que puede afectar a cómo percibe o afronta el problema el sujeto, ya que en muchas ocasiones el rol que actuamos, el papel que nos dan o escogemos, será relevante o fundamental para determinar cuál será nuestra actuación.
Si nos definen como una víctima es probable que nos sintamos más débiles, más pasivos y con pocas posibilidades para mejorar nuestra situación; en cambio, si nos presentamos como un superviviente, como un luchador, aumenta nuestra sensación de fortaleza y nos vemos más capaces de superar cualquier situación de dificultad.
Asimismo se trabajará para que la persona desarrolle una mentalidad de fortaleza, ya que es de este modo que se consigue que se centre y afronte la vida teniendo en cuenta sus capacidades y rasgos positivos, contrariamente si su mentalidad es débil tiende a desarrollar un modo de hacer frente focalizándose en sus defectos y deficiencias.
Sabemos pues, que la mentalidad que muestre el sujeto, si es positiva o negativa, influirá en su manera de pensar, en cómo se percibe a sí mismo y a los otros, y en su manera de actuar. Así pues, en la terapia se pretende conseguir remarcar y enfatizar los pensamientos positivos del paciente, la focalización en sus cualidades positivas, en vez de trabajar los pensamientos negativos.
Es muy importante que el trato que el terapeuta tenga con cada paciente sea individualizado y que, por tanto, tenga en cuenta qué es mejor para cada uno según sus características y no por el trastorno que presenta. Lo importante es trabajar las capacidades que resaltan en cada sujeto independientemente de la alteración que tenga, puesto que como es obvio cada persona somos diferentes y, por tanto, las técnicas que le vayan bien a uno puede que no funcionen con otro por más que tengan el mismo diagnóstico.
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Qué pacientes pueden recibir esta terapia
Se ha comprobado que el grupo de personas que se pueden beneficiar de este tipo de terapia es amplio y variado, dicho de otra manera, no va dirigido a unos sujetos en específico, sino que se puede utilizar con casi todos los individuos. Así pues, se ha visto efectiva como intervención para sujetos con una baja autoestima, aunque estos no tengan mayor afectación.
Pero del mismo modo también es útil para tratar a pacientes con afectaciones más graves como trastorno por depresión mayor, esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático o ansiedad con la finalidad de mejorar su calidad de vida, aumentando la confianza y seguridad en ellos mismos y vivir más adaptados a su condición de vida sin que su diagnóstico les genera mayor estrés.
También se ha probado útil para intervenir a individuos de todas las edades, lo importante consistirá en adaptar las técnicas y la intervención a las características de cada uno. Similar pasará con el número de personas a tratar, ya que aparte de la terapia individual también se ha visto útil para tratar parejas y familias.
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Cómo aplicar la Terapia Basada en Fortalezas
Pese a plantear y centrarse en una visión distinta a la habitual en terapia psicológica, dando mayor importancia a las características y pensamientos positivos, no significa que sea contraria o incompatible a terapias más comunes como la cognitivo-conductual. De este modo se puede utilizar de forma complementaria para que el trabajo sea más global y como resultado beneficie más al paciente.
Otro aspecto fundamental en el modo de aplicar o plantear la intervención es que el sujeto se muestre activo, es decir, que colabore con el terapeuta para descubrir cuáles son sus habilidades y capacidades y cómo estas se pueden potenciar para ser útiles ante distintas situaciones y problemas que surgirán en su vida.
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Técnicas que utiliza este tipo de terapia
Ahora que ya sabemos que la terapia basada en las fortalezas se ha visto eficaz no solo como única terapia, sino también utilizada de manera complementaria con otro tipo de tratamientos, para lograr mejorar la autoestima, la confianza en uno mismo y potenciar nuestras fortalezas para afrontar mejor los diferentes acontecimientos de la vida, veamos qué técnicas o qué modo de actuación plantea esta terapia.
De esta forma, el primer paso o técnica consistirá en que cada persona identifique cuáles son sus fortalezas, sus puntos fuertes, sus habilidades, todos tenemos características positivas, habilidades, creencias positivas que podemos potenciar. El tener un diagnóstico no significa que el paciente no tenga capacidades y quede limitado a ese problema. El terapeuta ayudará a que el paciente verbalice y sea más consciente de las cosas y aspectos positivos de él y de su vida, ya que será fundamental para afrontar la terapia.
Una vez hemos indagado en las fortalezas planteamos cuáles son las metas u objetivos que tiene el sujeto, que quiere conseguir, porque dependiendo de sus propósitos planteamos la línea de trabajo, el cambio a realizar para que el sujeto logre desarrollarse y superar las dificultades que se encuentra en el camino.
Si somos conscientes de nuestras habilidades y fortalezas será más fácil que encontremos la solución, cómo afrontar los distintos problemas que nos surgen. Una técnica o estrategia utilizada habitualmente en la terapia de fortalezas consiste en plantear las distintas circunstancias tanto positivas como negativas en forma de pregunta, es decir, entrenar la interrogación, para que el paciente lo pueda utilizar en su día a día y le sea más fácil comprender, tomar conciencia y saber cómo puede actuar.
Presentado en forma de pregunta las diferentes situaciones y los distintos objetivos que tiene el sujeto, es un modo útil para que el paciente vea con más claridad cómo proceder, seleccione cuál es la mejor alternativa o la fortaleza que mejor funciona con tal circunstancia y así no se quede estancado en el problema.
Finalmente, otra estrategia que se ha visto útil es tener una libreta donde escribir las fortalezas de cada uno, así como las situaciones donde han quedado plasmadas en las acciones de uno mismo. De este modo, llevando este registro la persona será mucho más consciente de todas las capacidades y habilidades que tiene, en qué momentos las ha utilizado y en qué circunstancias las puede utilizar, siendo más probable que haga uso de ellas y no se olvide de ello.