Algunos niños pueden tener algunas dificultades en su vida diaria. Estas limitaciones pueden deberse a simples diferencias individuales, dado que hay niños que se les da mejor unos aspectos mientras que otros les resulta más difíciles.
Pero a veces, los problemas pueden ser realmente preocupantes, especialmente si un trastorno los explica. Es por eso que la intervención enfocada en mejorar las debilidades que pueda presentar un niño es algo fundamental para lograr un desarrollo intelectual y motor óptimo.
La terapia ocupacional infantil se encarga de detectar las limitaciones que puede manifestar un niño, analizar cómo corregirlas e iniciar un programa enfocado a esta mejora, con la intención de lograr que pueda desenvolverse plenamente tanto en el hogar como en la escuela y socialmente.
En este artículo vamos a hablar de este tipo de terapia, explicándola más a fondo cómo se realiza y cuáles son las características esperables en aquellos profesionales que la realizan.
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¿Qué es la terapia ocupacional infantil?
La terapia ocupacional infantil es un tipo de intervención que está especializada en hallar cuáles son los problemas que puede manifestar un niño que le dificultan poder tener un ritmo de desarrollo y plenitud vital esperables en otros niños de su misma edad. Este tipo de terapia pretende, una vez detectadas las limitaciones que padece el infante, iniciar un proceso de superación de éstas y fomentar una mayor autonomía en el niño.
Aunque normalmente se enfoca en aquellos problemas relacionados con la motricidad, como pudieran ser problemas a la hora de caminar o de coger objetos, lo cierto es que pretender ir un poco más allá de esto, y ver si se pudieran dar problemas en la esfera de lo cognitivo o incluso de la percepción. Se pretende mejorar las habilidades motoras finas, las habilidades motoras gruesas y la planificación motora, además de los problemas de autorregulación y procesamiento sensorial.
Son varios los motivos que pueden estar detrás de que un niño sufra algún tipo de problema que afecte a su conducta e interacción con el mundo que le rodea, siendo especialmente significativos los trastornos del desarrollo y las enfermedades médicas.
Uno de los trastornos en los que más se precisa este tipo de intervenciones son la dispraxia, en el que se dan problemas de coordinación, aunque también se puede aplicar en personas que sufran algún trastorno del espectro autista, parálisis cerebral y otros problemas del desarrollo.
Con la palabra “ocupacional” se viene a indicar que este tipo de terapia se enfoca en dotar al niño de las herramientas necesarias para poder lograr cumplir con las actividades cotidianas como, por ejemplo, cordarse los zapatos, utilizar correctamente el lápiz o las tijeras o preparar la mochila.
Todas estas acciones cotidianas están dentro de varias esferas de fundamental importancia para la salud mental y física del infante, como lo son el cuidado de uno mismo, el ocio, la interacción social y la participación en actividades de forma conjunta con otros niños.
Así pues, la terapia ocupacional infantil es un tipo de intervención cuyo objetivo es lograr que el niño sea lo independiente y autónomo que se espera a su edad y, así, lograr que el resto de aprendizajes que puedan ocurrir de forma natural se den con mayor facilidad. Esta terapia enfocada en la infancia se puede realizar en la escuela, el propio domicilio del niño, el hospital y en centros de salud especializados.
¿Cómo se realiza?
El aprendizaje, durante los primeros años de vida, se da sobre todo a través de la interacción con el entorno. Los niños se relacionan con el mundo que los rodea y se familiarizan con éste. Esta interacción niño-mundo es lo que permite que el infante se vaya desarrollando, especialmente en lo que a la motricidad e inteligencia se refiere.
Cada niño es un mundo y si a esto le sumamos que cada faceta tanto conductual como intelectual se puede desarrollar de forma diferente, es posible que hayan niños más avanzados en unos aspectos mientras que en otros están bastante atrasados.
El entorno en el que se ha criado y los estímulos que ha recibido por parte de las personas que configuran su entorno cercano pueden ser factores clave para explicar el por qué el niño tiene alguna limitación.
Es por este motivo que, por poner un ejemplo, se recomienda ya desde el momento en el que nace, hablarle al niño, aunque no tenga la capacidad de poder si quiera pronunciar “mama” o “papa”. El haber recibido este tipo de estimulación ya desde el momento en el que llegó al mundo contribuye a que el niño aprenda a hablar pronto y de forma más fluida y rápida.
La terapia se adapta a las necesidades específicas del niño, por este motivo, antes de que se dé el inicio, el terapeuta ocupacional infantil debe analizar el niño, ver cuales son sus destrezas y qué desafíos están presentes en su día a día, además de comprender cuales son las tareas diarias, ya sean en la escuela o en casa, que le suponen problemas.
A partir de toda esta información, el profesional elaborará un programa de intervención con actividades enfocadas en la mejora de los puntos débiles que tenga el niño.
Algunos ejemplos de actividades que se suelen hacer en la terapia ocupacional infantil son las siguientes:
- Aprender a vestirse
- Escribir y dibujar
- Lanzar y atrapar pelotas
- Organizar la mesa, el pupitre…
- Reaccionar a estímulos sensoriales
- Correr carreras de obstáculos
Cuanto antes se realice esta terapia, más beneficios se lograrán. El trabajar en aquello que supone un problema y mejorarlo puede tener como efecto una mejor satisfacción en el niño, al ver que hay problemas que aparentemente no tenían solución cómo se están arreglando, además de mejorar su autoestima. Esto puede tener otro efecto positivo, como es una mayor confianza al interactuar con otros niños.
Detectar las limitaciones de los niños a tiempo es algo fundamental, dado que los niños con problemas, especialmente en el campo de la motricidad, no suelen ser muy bien aceptados por los demás niños, que se pueden burlar de sus dificultades, deprimirles, afectar negativamente en su rendimiento escolar y aislarse.
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¿Cómo deben ser los terapeutas ocupacionales infantiles?
La infancia es un período crítico. Es por ello que el profesional que lleve a cabo cualquier tipo de terapia enfocada en niños debe ser un especialista en la materia.
En el caso de los terapeutas ocupacionales infantiles, es preciso que, además de tener amplios conocimientos de psicología y pedagogía, sepan de habilidades motoras que permitan mejorar tanto la motricidad fina y gruesa como aspectos más relacionados con la mente como lo son la planificación y la estimulación sensorial.
Deben tener las competencias suficientes que les permitan hacer frente a las dificultades que puedan sufrir los niños, ya sea interviniendo de forma individual o bien en grupos de tamaños variables. Además, debe conocer cómo son las interacciones entre estos niños y si existe algún tipo de jerarquía social en el grupo que dependa de las dificultades de sus miembros.
El terapueta ocupacional tiene, como ya se ha comentado anteriormente, la principal tarea de detectar en qué medida las dificultades del niño le impiden relacionarse con el mundo, tener un nivel satisfactorio de maduración física y psicológica y en qué grado está más atrasado con respecto al resto de niños de su misma edad.
La intervención ocupacional infantil debe cumplir con las siguientes fases:
- Valoración: definir perfil ocupacional del niño y realizar un análisis de su desempeño ocupacional.
- Primera intervención para definir objetivos a cumplir.
- Intervención plenamente definida.
- Evaluación de los resultados obtenidos.
- Análisis de aspectos débiles de la terapia y mejora de ellos.
Referencias bibliográficas:
- Rojo-Mota, G. (2008). Terapia Ocupacional en el tratamiento de las adicciones. Trastornos Adictivos, 10, 88 – 97.
- Viana-Moles, I. Y Pellegrini-Spangeber, M. (2008). Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño. Terapia ocupacional en la infancia.
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