El término “leyenda urbana” lo acuñó el folklorista Richard Dorson en 1968 para referirse a una historia que se tenía como cierta pero que, en realidad, nunca había ocurrido. A veces, la base de la leyenda urbana es verdadera, pero a medida que se transmite de forma oral se van añadiendo elementos nuevos, generalmente rocambolescos, fruto de la superstición y la fantasía populares.
La mayoría de leyendas urbanas no tienen patria; primero, porque pocas veces se conoce dónde se originaron exactamente y, segundo, cuentan con diferentes versiones alrededor del mundo. A pesar de ello, es cierto que algunas tienen su inicio en un lugar más o menos concreto, además de extenderse por una determinada área geográfica. En este artículo daremos un repaso a varias de las leyendas urbanas de España más conocidas.
10 leyendas urbanas de España famosas
La rumorología popular española cuenta, como es habitual en este tipo de folklore, con una buena dosis de historias de miedo, pero también se conocen muchas leyendas urbanas más bien cómicas que a buen seguro nos han sacado una sonrisa en algún momento. Vamos a narrar brevemente algunas de las leyendas urbanas españolas más conocidas.
1. La chica de la curva
No podíamos empezar este recopilatorio de leyendas urbanas españolas de otro modo; probablemente, se trate de la historia más popular de las últimas décadas que, además, cuenta con versiones adaptadas a casi todas las partes del globo.
Los elementos básicos de esta leyenda son tres: un viajero que conduce su vehículo de noche, una carretera peligrosa y una muchacha que aparece de repente. En el caso español, existen varias ubicaciones para esta leyenda: la más conocida son las Costas del Garraf, en Cataluña (probablemente porque se trata de un tramo de carretera muy angosto donde se producen muchos accidentes), pero la historia también ha sido ubicada en Mallorca y en la Carretera de l’Arrabassada, en Barcelona.
La leyenda cuenta que un hombre está conduciendo por una peligrosa carretera una noche de tormenta. De repente, ve parada en el arcén a una chica vestida de blanco, toda empapada por la lluvia. Extrañado por la presencia de la joven, el conductor detiene el auto y la invita a subir.
Ella se sienta en el asiento del copiloto y apenas contesta a las preguntas que el hombre, asombrado, se empeña en hacerle. En un momento del viaje, cuando están a punto de encarar una curva muy cerrada, la chica le dice al hombre que vaya con cuidado, que se trata de un tramo muy peligroso. Él le agradece el interés, a lo que ella responde: “Es mi obligación avisarte, aquí fue donde me maté hace 25 años”. Tras haber pronunciado estas palabras, la joven de blanco desaparece sin dejar rastro.
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2. Los troncos del Brasil
Esta leyenda se extendió hace algunos años, con tanto “éxito” que muchas de las personas que tenían en su casa la planta “tronco del Brasil” se deshicieron de ellas, presas del miedo.
La leyenda contaba lo siguiente: una chica le regaló un tronco de Brasil a su madre (o a su tía o a su abuela) por su cumpleaños (según otras versiones, por su santo). La mujer se mostró muy complacida con el presente, y exhibía orgullosa la bonita planta a todo quien quisiera contemplarla.
Un día, observó que el tronco se movía, y que del interior de la planta emergían unos extraños ruidos. Alarmada, llamó a la policía, que le conminó a que se deshiciera de ella, puesto que lo que se movía dentro del tronco eran las crías de una araña oriunda del Brasil que solía poner los huevos en este tipo de planta, y cuyas crías, en solo unas horas, crecían hasta alcanzar el tamaño de un puño. Podemos pensar que los criaderos donde se cultivaban troncos de Brasil no hicieron mucho negocio ese año…
3. La apuesta del cementerio
En esta ocasión, la protagonista es una joven muy tímida (o un muchacho; de nuevo, todo depende de la versión). La localidad no se menciona en la leyenda, por lo que puede ubicarse en cualquier cementerio de España.
Una noche de Halloween, sus compañeros retaron a la joven que demostrara su “valentía” entrando en el cementerio de noche. Para hacer constar que, efectivamente, había estado en el camposanto, debía dejar una nota en la última tumba del recinto, en la que constara la frase “yo estuve aquí”. A pesar de que le aterraba la idea, la chica accedió, pues no quería quedar mal delante de sus amigos.
Así que, esa noche, la joven saltó el muro y penetró en el cementerio. Caminó con paso rápido, muerta de miedo, por entre las tumbas, hasta que finalmente llegó a la última lápida del recinto. Con mano temblorosa pinchó la hoja con una chincheta para dejar constancia de su proeza. Pero, cuando ya iba a retirarse corriendo, la falda se le enganchó con algo extraño…
Al día siguiente, la muchacha no había regresado todavía a su casa.
Extrañados y un poco asustados, sus compañeros fueron al cementerio a buscarla. Y cuál fue su sorpresa al descubrir el cadáver de la joven sobre la tumba… la falda se le había quedado prendida de la chincheta, y ella, creyendo que era algo sobrenatural lo que la agarraba, había muerto de puro miedo.
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4. El terrorista agradecido
Esta leyenda urbana cuenta con muchas ubicaciones, casi tantas como atentados terroristas se han cometido. Sin embargo, la base de la historia es siempre la misma: una mujer da limosna a un hombre que pide en la calle, y este, agradecido por el gesto, le dice que, como ha sido bondadosa, se lo pagará advirtiéndole que no acuda al lugar X el día Y. El lugar y el día varían dependiendo de la versión; unas veces es un centro comercial; otras, el transporte público…
5. La niña y el perro
Esta escalofriante leyenda circuló en España durante varios años a principios de los 2000. Como suele suceder en este tipo de historias, el argumento presenta variables, pero los protagonistas son siempre un perro y su dueño, que podía ser un adulto, un niño o una niña.
Una de las versiones que más se comentaron fue la de una niña que dormía siempre con su perro al lado de la cama. El can se acomodaba en el suelo y, cuando la chiquilla sentía miedo, le lamía cariñosamente el brazo que ella le extendía.
Una noche, la niña escuchó ruidos y arañazos, y supuso que era el perro que estaba haciendo de las suyas. Extendió el brazo y, al notar la lengua del animal, se relajó y se durmió. Al día siguiente, al despertar, se encontró horrorizada el cadáver ensangrentado del perro, y una frase en la pared que decía: “Entonces, ¿quién te lamió anoche?”.
En otras de las versiones, la niña no puede dormir por el repiqueteo de la lluvia. El perro, como siempre, la lame para calmarla. Pero cuando ella se levanta al día siguiente y acude al cuarto de baño, descubre espeluznada que lo que creyó que eran gotas de lluvia era en realidad la sangre del perro que chorreaba, pues alguien lo había matado y lo había colgado de la bañera…
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6. Pechos que explotan
Esta leyenda es hija de una época en que los implantes de mamas empezaban a hacer furor. La historia es siempre la misma, aunque la protagonista varía según el país: en España le tocó a la presentadora y actriz Ana Obregón, pero en Italia el rol recayó sobre Brigitte Nielsen y, en Estados Unidos, en Pamela Anderson. La historia es que cualquiera de ellas subió a un avión y, cuando este volaba a considerable altura, uno de sus pechos explotó debido a la presión.
7. El perro, la mermelada y Ricky Martin
Los perros son unos habituales en las leyendas urbanas, pero no siempre relacionados con temáticas terroríficas. Famosísima es la leyenda urbana que circuló en el año 1999 en España acerca del cantante Ricky Martin y una fan suya; la historia tuvo tanta fuerza que el programa televisivo implicado en el bulo tuvo que desmentirlo públicamente, e incluso la policía y la Fiscalía del menor investigaron el asunto que, en realidad, nunca ocurrió.
Pero ¿qué contaba la leyenda para que levantara tanto revuelo? La trama gira en torno al programa de televisión Sorpresa, ¡sorpresa!, que se emitía en aquellos años en España y que gozaba de enorme éxito de audiencia. Cada día, se preparaban sorpresas en las que personajes famosos visitaban a sus fans.
Pues bien; en esta supuesta emisión del programa, el cantante Ricky Martin habría estado escondido en el armario de la habitación de una chica para saludarla en cuanto llegase. Y sí, la adolescente llegó; pero antes de que el cantante pudiera hacer nada, la joven se tumbó en su cama, se untó mermelada en sus partes íntimas… y llamó a su perro para que lamiera. En algunas versiones, en lugar de mermelada es chocolate o foie gras. Parece ser que esta leyenda llegó de Estados Unidos, pero en España caló tan profundamente que aún hoy en día existen personas que afirman haber visto la escena en televisión…
8. El fantasma del Hospital Materno Infantil de Granada
Quizá es una de las pocas leyendas urbanas con localización exacta: el Hospital Materno Infantil de la ciudad de Granada. Cuentan que, en 1985, una mujer preguntó en recepción por su madre, que había sido operada de un tumor. La recepcionista, solícita, le dio un pase y le indicó en qué habitación se encontraba.
Al cabo de unos minutos, la joven volvió a aparecer, y solicitó hablar con el médico. La recepcionista la mandó con la anestesista, pero al poco rato la joven apareció de nuevo en recepción, insistiendo en que no había sido atendida. Intrigada, la recepcionista llamó a la anestesista, que le confirmó que la chica estaba arriba, con ella.
Muy confusa, la anestesista hizo esperar en la sala de espera a la joven que estaba atendiendo y cerró con llave. Por su parte, la recepcionista volvió a enviar a la joven que estaba con ella al despacho de la anestesista. Nunca llegó. Cuando las dos abrieron la puerta de la sala de espera para desentrañar el misterio, la otra tampoco se encontraba dentro.
Hasta aquí, la historia ya es bastante perturbadora. Pero todavía hay más. Al día siguiente, la anestesista visitó a la señora que había sido operada y, de buen humor, le dijo que su hija les había gastado una buena broma. Y cuál fue su sorpresa cuando se enteró… que la joven había fallecido en un accidente de tráfico dos años antes.
9. Los fantasmas del metro de Madrid
Las leyendas urbanas españolas relacionadas con el metro son bastante usuales en las grandes ciudades. Sucede, por ejemplo, con la estación de metro barcelonesa de Rocafort, donde dicen que, por la noche, cuando ya está cerrada, se mueve gente y se escuchan ruidos. Otro caso conocido es el del metro de Madrid, escenario de esta leyenda urbana no muy conocida.
Una joven subió al último tren del día. En el vagón no había nadie más que ella y, enfrente, una mujer que la miraba fijamente, acompañada de dos hombres. La chica sintió un poco de miedo, pero intentó serenarse. En la siguiente parada subió un hombre que se sentó junto a ella. De repente, le susurró al oído que no mirara a la mujer y que se bajara inmediatamente con él en la parada siguiente. La chica así lo hizo, y al preguntarle por qué le había pedido aquello, el hombre le confesó ser médium, y que las tres personas que se sentaban ante ella estaban todos muertos.
10. La mercería de la calle Pelai (Barcelona)
Esta leyenda urbana es bastante antigua; se remonta a la década de 1970 y supuestamente sucedió en Barcelona. Parece ser que, en la calle Pelai (cerca de Plaza Cataluña), había una famosa mercería, en la que se rumoreaba que desaparecían clientas. La leyenda urbana sostenía que en los probadores existía un mecanismo que hacía que, cuando entraban a probarse lencería, el cubículo giraba por entero y la mujer quedaba atrapada. Parece ser que, luego, eran destinadas al harén de un jeque árabe…
El rumor fue tan insistente que hasta la policía tuvo que intervenir. Finalmente, se descubrió que era sólo un bulo, probablemente lanzado por tiendas de la competencia…