Las Humanidades son un grupo de estudios bastante heterogéneo en el que se incluyen diversas áreas de conocimiento. Todas estas áreas tienen, sin embargo, un nexo en común: giran en torno al ser humano, desde una perspectiva tanto artística e intelectual como social.
En este artículo daremos un repaso por las diferentes vertientes o ramas de las Humanidades, y explicaremos brevemente en qué consiste y qué estudia cada una de ellas.
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Las Humanidades como conocimiento general del ser humano
Las Humanidades han ofrecido siempre, a lo largo de los siglos, una excelente visión general de todas y cada una de las manifestaciones artísticas e intelectuales del ser humano. Esta visión general permite, entre otras cosas, entender al ser humano de forma integral y descifrar la causa y efecto de múltiples y variados acontecimientos.
Por ejemplo, si conocemos bien el contexto histórico de un acontecimiento en concreto, nos será mucho más fácil comprender las manifestaciones artísticas que se desarrollaron en ese momento. Así, si entendemos el desgarro psicológico que supuso la Primera Guerra Mundial, estaremos en condiciones de apreciar mejor el significado de las diferentes manifestaciones artísticas de la época, que pretendían, o bien denunciar ese naufragio social, o bien evadirse del horror de la guerra.
Eso es solo uno de los muchos, muchísimos ejemplos que podemos encontrar. Cuando te adentras en el estudio de las Humanidades, todo parece encajar como por arte de magia; encuentras el sentido a muchos interrogantes y, por supuesto, estas en predisposición de comprender con mayor profundidad el mundo actual.
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Las ramas de las Humanidades
Pero ¿cuáles son las ramas de las Humanidades, y qué estudian en concreto?
1. La Historia
Esta rama es esencial para comprender el devenir de la humanidad y, por tanto, nuestro propio mundo actual. La Historia es una disciplina muy antigua; todos los colectivos humanos han sentido la necesidad de reconstruir su pasado y entender, así, su presente. Sin embargo, la historia se ha tergiversado, en muchas ocasiones, para fines concretos. La tarea del historiador es, pues, ser lo más objetivo posible y no dejarse engañar por estas manipulaciones. De lo contrario, se tendrá una visión deformada del pasado que no hará más que empañar la verdad del presente.
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2. El arte
El arte es una expresión básica del ser humano. Cualquier cultura, cualquier época, cualquier colectividad ha expresado sus ideas, su religión o su ideal de belleza a través de manifestaciones artísticas. El arte es, pues, una de las mejores maneras de comprender una cultura y un periodo histórico en concreto. Pero, precisamente por ello, es sumamente importante contextualizar correctamente.
Una vez más, el historiador del arte debe insertar cuidadosamente esa expresión artística en su contexto verdadero y, sobre todo, no ejercer juicios desde su realidad personal. Por ejemplo, para analizar justamente un retablo medieval, es muy importante conocer el contexto social en que este fue creado, que es, precisamente, muy diferente al nuestro. No sirve de nada mirar con los ojos de nuestra sociedad laica el arte de la Edad Media; esto solo hará que nos confundamos y lleguemos a conclusiones erróneas.
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3. La filosofía
Esta rama de las Humanidades estudia el pensamiento de un autor en concreto o de un colectivo, y se plantea cuestiones universales sobre temas tan diversos como la vida y la muerte, la sociedad o el comportamiento humano. La filosofía es esencial a la hora de adentrarnos, no solo en la historia del ser humano y en los diferentes pensamientos de las diversas épocas, sino también para comprender cómo funciona la mente humana, ya que recoge los miedos y los interrogantes que hombres y mujeres han expresado durante milenios.
Aunque a priori parezca algo contradictorio, la filosofía está muy ligada a la religión. Ambas recogen estos interrogantes y proponen posibles respuestas, bien sea desde el mito o desde el logos (la lógica). En todo caso, y como ya hemos comentado, es una rama básica de las Humanidades, ya que ofrece una radiografía muy íntima del ser humano a lo largo del tiempo.
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4. La literatura
A pesar de que, efectivamente, la literatura no deja de ser una expresión artística más, generalmente se estudia como rama independiente dentro de las Humanidades, ligada por supuesto a la Filología. La expresión literaria, al igual que la pictórica o la arquitectónica, desvela realidades concretas de un individuo, un colectivo o un momento histórico determinado, por lo que es igualmente importante saberla contextualizar bien. No se pueden entender, por ejemplo, las novelas de caballería medievales fuera del contexto de los estamentos medievales y el Amor Cortés. Tampoco es posible comprender por qué Leopoldo Alas Clarín escribió La Regenta si desconocemos el ambiente anticlerical que existía entre la intelectualidad española de finales del XIX. Y así, con un largo etcétera.
La literatura, por lo tanto, no implica simplemente la lectura de una serie de obras y su análisis formal; va más allá, ya que el estudio del corpus filológico de una cultura permite adentrarnos en las bases de esa cultura. Aún más; mediante la literatura podemos conocer hechos históricos de los que, quizá, carecemos de información. En este caso, por supuesto, el historiador debe saber distinguir entre los hechos y el adorno literario.
5. La filología
Estrechamente vinculada con la literatura, la filología es, podríamos decir, su vertiente formal. En los estudios universitarios están siempre vinculadas entre sí, ya que la filología se ocupa del estudio de la formación y la evolución de una lengua, y la literatura, de su uso como expresión artística y cultural. La filología implica, por supuesto, un gran conocimiento de la lengua en cuestión, así como de sus variantes históricas y geográficas.
6. La psicología
Es la rama más moderna de las Humanidades, ya que la psicología como disciplina no empieza a tener cabida en los círculos académicos hasta finales del siglo XIX. Tradicionalmente, se establece la fecha de 1879 como punto de partida de los estudios de psicología, ya que fue en ese año que, en Leipzig, Wilhelm Wundt creó el primer laboratorio de psicología experimental.
La psicología es una disciplina que se encuentra a caballo entre las Humanidades y las Ciencias, ya que no solo analiza el comportamiento humano desde una perspectiva social y familiar, sino que también introduce conceptos relacionados con la neurología y la medicina.
7. La antropología
De igual forma que la psicología, la antropología es una ciencia relativamente moderna, ya que los primeros estudios se instauraron oficialmente en la segunda mitad del siglo XIX. Y también de forma parecida a la psicología, la antropología combina elementos humanísticos (la cultura en la que se inserta el individuo, que es una característica no biológica) con elementos científicos relacionados con la biología.
En última instancia, podemos decir que la antropología pretende entender el comportamiento de una sociedad humana y sus manifestaciones, tanto desde una perspectiva cultural como biológica.
8. El derecho
La perspectiva del derecho es más práctica que teórica, ya que se trata de una disciplina que descodifica un ordenamiento jurídico para su correcta implantación en casos concretos. Así, podemos distinguirlo de la Historia del derecho, que trata los compendios de leyes desde una perspectiva histórica y teniendo en cuenta la situación concreta de cada sociedad y cultura.