Es sabido que la adolescencia acostumbra a ser una etapa de la vida compleja, para lo bueno y para lo malo.
Aunque no está siempre llena de drama y crisis de identidad hasta el punto de lo que muestran las películas y las series de televisión, muchos jóvenes ven cómo sus vidas se vuelven convulsas a partir de la llegada de la pubertad: cambios físicos y biológicos en su cuerpo, cambios en las expectativas que sienten que deben cumplir, nuevas prioridades, intereses y códigos estéticos, etc.
Si a toda esta complejidad le añadimos el hecho de que la mayoría de estos adolescentes conviven de manera constante con sus familias, el resultado de no saber gestionar la situación puede crear problemas persistentes que aparecen una y otra vez en la cotidianidad.
Es por eso que existen profesionales que se forman específicamente para dar respuesta a esa necesidad de encaje entre los adolescentes y sus familias. Aquí veremos cuáles son esas áreas de intervención.
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Las áreas de intervención profesional en familias con adolescentes
Aunque existen varias maneras de favorecer la buena convivencia en las familias con adolescentes y a crear el contexto ideal para que estos últimos se desarrollen bien y tengan un buen equilibrio emocional.
1. Analizar el estilo de apego
En este contexto, el apego es el modo en el que los jóvenes perciben el vínculo afectivo que los unen a sus padres y madres, y las actitudes que desarrollan acerca de su situación como menores aún vulnerables que necesitan protección. El estilo de apego puede adoptar diferentes formas, y algunas de ellas son dañinas para el menor; por eso es importante saber identificar qué tipo de apego hay en marcha.
2. Explorar formas de autonomía personal para el adolescente
La adolescencia está caracterizada, entre otras cosas, por ser una etapa de transición entre el modo de vida en el que se cuenta con la protección constante de los mayores, y otra en la que prima la autonomía personal y la búsqueda de poder para decidir por uno mismo. Esta dualidad resulta estresante para muchos jóvenes, que se sienten intimidados por esta apertura al mundo con menos protección y, a la vez, se sienten frustrados ante el mundo de las normas impuestas por la familia.
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3. Las fórmulas de resiliencia
El paso a un nuevo modo de vivir implica a veces hacer frente a crisis y a situaciones angustiantes en general: el cambio en el grupo de amigos, el cambio acelerado del cuerpo, la necesidad de organizarse por uno mismo, etc. A veces, esto da paso a eventos dolorosos, discusiones, momentos de vergüenza, etc.Por eso, tanto los adolescentes como sus familias pueden beneficiarse de la posibilidad de desarrollar fórmulas de resiliencia, es decir, maneras de afrontar esas situaciones complicadas manteniendo una mentalidad constructiva.
5. Comprender los cambios de la adolescencia a nivel neurológico
La manera de pensar y de sentir de los jóvenes que han pasado recientemente por la pubertad se ve alterada por cambios a nivel cerebral que se producen de manera relativamente rápida. Comprender estos cambios ayuda mucho a saber por lo que están pasando los adolescentes.
6. Comprender su sexualidad
La adolescencia también va de la mano de cambios en el ámbito de su sexualidad, y tiene implicaciones tanto en su manera de vivirla como en su manera de percibirla. Por eso, los profesionales que trabajan dando apoyo a adolescentes y a sus familias tienen experiencia en el tipo de problemas y necesidades que pueden surgir en este sentido: dudas, búsqueda de privacidad, miedo a no ser normal, búsqueda de la experimentación sin contar con ayuda de los demás, etc.
7. Mejorar las dinámicas de resolución de conflictos
Discutir no es lo mismo que enfrentarse o pelear. Por eso, la convivencia familiar allí donde hay adolescentes se ve muy beneficiada cuando se interiorizan una serie de normas y habilidades comunicativas y de regulación de las emociones.
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Si te dedicas al mundo de la educación, el coaching con familias y jóvenes o quieres especializarte en ámbitos de trabajo similares a estos, te puede interesar un programa de formación realizado por Escuela Europea de Coaching (EEC) y orientado específicamente a ofrecer apoyo y asistencia a adolescentes y a sus familias.
El programa de Especialización en adolescentes y familias creado por EEC, ofrece 30 horas de aprendizaje teórico-práctico en las que los estudiantes se forman en todas las áreas de intervención profesional vistas en la sección anterior.
A lo largo de este, se trabaja tanto desde el enfoque individual (centrado en la persona) como sistémico (centrado en la interacción entre los miembros de la familia), y se basa en la participación activa de los alumnos para ser capaces de aplicar a casos reales lo aprendido. La Especialización en adolescentes y familias está coordinado por Rosa Mª Barriuso, psicóloga especializada en Psicoterapia para niños y adolescentes y Coach de Equipos certificada en EEC. Para ver los datos de contacto de Escuela Europea de Coaching y leer más información sobre este curso, accede a esta página.
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