Hoy por hoy, todos y todas sabemos que no hay una equidad en la educación alrededor del planeta; no todas las personas reciben una educación de calidad que aumente las posibilidades de un futuro laboral y de un bienestar generalizado a todos los aspectos de la vida.
Puede parecer demasiado ambicioso, pero conseguir una educación de calidad para todo el mundo es uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030. Esto equivale a un sistema de educación que se enfoque en los estudiantes, ya sea de forma individual o grupal, que puedan quedar excluidos o vulnerables en el entorno académico, disminuyendo sus posibilidades de desarrollar diferentes habilidades y potenciales.
¿Para qué sirve la educación inclusiva?
En este artículo te vamos a contar qué es y para qué sirve la educación inclusiva, en qué objetivos se centra y de qué maneras se puede aplicar en el aula. Ya sea porque te dedicas a la enseñanza o porque te mueven los temas vinculados a la discriminación de las personas más desfavorecidas, este artículo te ayudará a comprender este tipo de educación y a conocer realidades de las que te puedas sentir alejado/a.
Datos de la UNESCO
Según un informe de finales de 2022 de la UNESCO, más de 259 millones de niños y niñas no están escolarizados alrededor del planeta. Mientras que las niñas tienen más dificultades para acceder a la educación y son más propensas a dejar de asistir a clase, los niños tienen mayores riesgos de repetir curso, de no progresar o dejar los estudios a mitad. Es importante considerar que el 84% de los niños y niñas que no van al colegio viven en países con crisis humanitarias prolongadas. Por otro lado, seis de cada diez niños/as no adquieren, tras años de escolarización, competencias básicas en lecturas, redacción y cálculo, lo que puede perpetuar la pobreza y marginación.
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¿Qué busca la educación inclusiva?
La educación inclusiva se ha presentado como un modelo de educación integral y renovado que busca identificar y cubrir las necesidades educativas de todos los niños, niñas, jóvenes y adultos, teniendo especial consideración por los casos en los que pueda existir riesgo a la exclusión social o marginación. Parte de la creencia de la educación como un derecho humano fundamental recogido en la Convención sobre los derechos del niño de 1989.
La UNESCO hizo en 2020 una llamada explícita a todas las instituciones académicas y educativas para entender la educación inclusiva como una aspiración para todos y todas, sin ninguna excepción. Por ello, propuso situar a las personas más vulnerables en primera línea de los planes de acción y asistencia, al estar expuestos a mayores dificultades y barreras para prosperar educativa y vitalmente. Los mecanismos de exclusión tienden a ser los mismos en la mayoría de los casos: el género, el país de origen, la capacidad adquisitiva, el lenguaje, la migración...
Básicamente, se trata de prestar atención a todo el alumnado por igual sin hacer distinción de ningún tipo; ni por la raza, las condiciones sociales, la cultura y la religión, entre otras cosas. Se diferencia del enfoque tradicional de la educación ya que la educación inclusiva no busca, como su predecesor, el diagnóstico de los alumnos para establecerles como parte de una categoría. Se basa en analizar características de cada estudiante para determinar los apoyos que resultarían claves para ellos y ellas.
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¿Qué objetivos tiene la educación inclusiva?
Al haber sido propuesta como una metodología integral con la intención de cambiar la organización de los sistemas educativos, la educación inclusiva tiene unos objetivos concretos:
- Conseguir la inclusión social y escolar de los alumnos, rechazando la marginación o la negación de igualdad de oportunidades para todas las personas.
- Considerar el sistema educativo y escolar como algo único. No se deben generar programas específicos y especiales para estudiantes que tengan necesidades determinadas. Se debe adaptar la clase entera, no un alumno concreto.
- Asegurar la atención a todos los alumnos y alumnas según sus características concretas.
- Promover la igualdad de oportunidades. Fomentar la solidaridad y participación entre estudiantes y sus familias, generando redes de apoyo social saludables que promuevan la inclusión social para todas las partes implicadas.
- Establecer una coordinación entre todas las personas participantes en el proceso educativo: padres, profesores, estudiantes…
- Promover la inclusión social en todos los ámbitos, no únicamente en el escolar, sino también en los sociales y laborales, entre otros.
¿Qué obstáculos pueden encontrarse en el camino?
A la vista está que el establecimiento de una educación inclusiva en todos los ámbitos de nuestras sociedades no será fácil y entrañará diferentes retos y obstáculos. Entre ellos, pueden encontrarse:
1. Falsas creencias o convicciones excluyentes
Para que la educación inclusiva funciona, se debe asegurar la disolución de toda discriminación sea del tipo que sea. El mantenimiento de estas ideas es el principal causante de la segregación de las personas en riesgo de exclusión y es lo que más dificulta su integración.
2. Planes de estudio
En la mayoría de los casos, los planes de estudio escolares son demasiado rígidos o están exclusivamente centrados en los contenidos de lo que se enseña, no tanto en las formas en las que se debe enseñar. Es importante comenzar a plantearse la necesidad de generar distintos tipos de aprendizaje que se adecúen a las necesidades y capacidades de todos los estudiantes sin necesidad de diferenciarlos.
3. Profesorado sin formación específica
Debido a la precarización que puede afectar a todos los ámbitos de la sociedad, gran parte del profesorado puede no tener todos los conocimientos para saber llevar a las aulas una educación inclusiva de calidad y que tenga en consideración a todos y todas las estudiantes por igual. Por ello es vital asegurar la formación concreta al profesorado en temas de inclusión social.
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3. Financiación deficitaria
Sin una financiación adecuada, es complicado establecer cambios a todos los niveles educativos de los centros académicos.
4. Legislación
Cada país se rige por unos principios legales y gubernamentales diferenciados, por lo que intentar conseguir un mismo sistema educativo generalizado en todo el planeta puede resultar muy difícil. Como una reflexión que podría conllevar un debate interesante, ¿se debería diferenciar la educación de las leyes?
¿Cómo se trabaja la educación inclusiva desde las aulas?
Algunas pautas a seguir para llevar la educación inclusiva a las aulas pueden ser las siguientes:
1. Establecer vínculos cercanos con alumnos y alumnas
Sin abandonar el rol de profesores, los docentes deben utilizar el tiempo que consideren para llegar a conocer a sus alumnos considerando las diferencias y particularidades de cada uno de ellos y ellas y así poder establecer una educación que pueda incluir a todos y todas. Formas básicas y generales de hacerlo incluyen preguntas, juegos y observaciones en el aula.
2. Utilizar metodologías y actividades que fomenten el pensamiento crítico
En la educación inclusiva resulta clave fomentar en los alumnos la capacidad de valorar sus propias ideas y ser conscientes del mundo que les rodea, incluyendo la diversidad y la diferencia dentro del imaginario colectivo y consiguiendo así su normalización. Este tipo de actividades también interesan para fomentar la participación de todos los estudiantes, pudiendo aumentar las posibilidades de vinculación entre ellos y ellas y generando así redes seguras para todos y todas.
3. Considerar las opiniones de alumnos y alumnas
En relación con el punto anterior, la educación inclusiva también debe reaccionar a las opiniones o las críticas que los alumnos y alumnas puedan hacer del contenido metodológico o educativo. Debe haber espacio para la discusión y comunicación y considerar las ideas de todos y todas por igual.
4. Aplicar la Teoría de las Inteligencias Múltiples
Aunque esto da para otro artículo completo, la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner defiende que la inteligencia es multimodal. Hay diferentes tipos de inteligencia y cabe considerar cada uno de los tipos por igual para fomentar el desarrollo de diferentes aspectos transversalmente y a lo largo de la infancia.
Un repaso para terminar
Por último, vamos a hacer un pequeño repaso por todo lo comentado a lo largo de este artículo a modo de resumen y como conclusión final.
- La educación inclusiva supone un modelo académico y escolar integral que debe fomentar la integración social y en la enseñanza de todos y todas los alumnos y alumnas por igual, independientemente de sus condiciones vitales y sociales.
- A diferencia del modelo educativo anterior, la educación inclusiva no pretende categorizar y cambiar a los alumnos individualmente, sino adaptar las clases completas y las aulas enteras a los contextos que puedan ser diferentes y susceptibles de exclusión.
- Es muy importante generar redes sociales positivas y saludables entre alumnos y también para con los equipos docentes y las familias. La educación inclusiva supone un modelo colaborativo y coordinado en todos los niveles educativos e incluyendo todos los factores y participantes.
- Aunque entrañe retos y dificultades y pueda resultar una propuesta demasiado utópica, la educación inclusiva debe incorporarse paulatinamente en las aula para, poco a poco, llegar a todos los niveles y asegurar la inclusión social de todos los alumnos y alumnas.
