Antidepresivos y alcohol: efectos y consecuencias de su combinación

La combinación de estas dos sustancias psicoactivas puede tener efectos muy graves en el organismo.

Antidepresivos y alcohol
Dos sustancias con efectos importantes en el cerebro.Nik Frey.

La relación entre el consumo simultáneo de antidepresivos con otras sustancias psicotrópicas, como el alcohol, ha sido recientemente estudiada por distintos especialistas. Es así debido a que el uso frecuente de alcohol es una práctica común en personas que tienen diagnóstico de depresión, así como la depresión es un fenómeno frecuente en personas que tienen alcoholismo.

En este artículo veremos cuáles son los mecanismos de acción tanto de los antidepresivos como del alcohol, así como algunos de los efectos y consecuencias de combinar ambas sustancias.

Fármacos antidepresivos y alcohol: mecanismos de acción

La prescripción de los fármacos antidepresivos parte de considerar que la depresión se caracteriza por una disminución en los niveles de serotonina (neurotransmisor asociado a la activación de emociones placenteras).

Así pues, los antidepresivos tienen el principal objetivo de compensar dicha disminución por medio asegurar que la serotonina se concentre por más tiempo en el espacio sináptico. Está compensación puede a su vez favorecer la concentración otras sustancias y, según cuáles sean, los efectos adversos de los antidepresivos pueden aumentar o disminuir.

Los principales tipos de antidepresivos son los siguientes:

  • Inhibidores de la enzima MonoAmino Oxidasa (IMAO), que pueden tener un efecto irreversible o reversible, y cuyo uso se recomienda solo en los casos en que no exista respuesta a otro tratamiento, por su elevado riesgo para la salud.
  • Antidepresivos Tricíclicos y Tetracíclicos, que impiden la recaptación de serotonina, pero también de noradrenalina, así como de otras sustancias como la acetilcolina.
  • Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (ISRS). Se trata del antidepresivo más utilizado actualmente debido a que sus efectos adversos son menos que en los otros psicofármacos.
  • Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (ISRN), que tal como los tricíclicos, evitan la recaptura de ambos neurotransmisores, y no obstante tienen menos riesgo de efectos adversos.
  • Antagonistas e Inhibidores de la Recaptación de Serotonina (AIRS) que tienen también efectos hipnóticos.
  • Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Catecolaminas (de adrenalina, noradrenalina, dopamina).

¿Cómo actúa el alcohol?

Por otro lado, el alcohol es una sustancia química que tiene distintos usos y que está presente en varios organismos y compuestos naturales. El alcohol etílico, también conocido como etanol, es la sustancia psicoactiva que se encuentra en las bebidas alcohólicas de uso recreativo, como el vino, el licor o la cerveza.

Su principal efecto es la depresión del sistema nervioso central, ya que produce una inhibición neuroquímica en los receptores GABAa. En un consumo alto, y en tanto que depresor, el etanol tiene consecuencias como desinhibición conductual combinada con estados de euforia, somnolencia, mareos, baja de reflejos, ralentizar los movimientos, disminución de la visión, entre otros.

Sus efectos son muy similares a los que producen medicamentos psicotrópicos como las benzodiazepinas y los barbitúricos, ya que actúan sobre los mismos receptores neuronales.

Dicho lo anterior podemos describir algunos de los principales efectos que puede provocar la combinación de los fármacos antidepresivos con el consumo de alcohol.

Efectos y consecuencias de su combinación

Como hemos visto, el consumo de alcohol en la depresión es común, no obstante, su interacción con los antidepresivos en personas que tienen el diagnóstico ha sido poco estudiada, excepto en aquellas que tienen un consumo problemático de bebidas alcohólicas.

En dichos estudios se ha visto que la combinación de antidepresivos y alcohol genera una potenciación de los efectos que el alcohol produce por sí solo. Por este motivo, la mezcla de alcohol con distintos los antidepresivos está contraindicada. A continuación vamos a enumerar con más detalle algunos de los principales motivos.

1. Potenciar la acción sedante

El efecto más claro y más conocido de la combinación de antidepresivos con alcohol es la alta probabilidad de aumentar sus efectos depresores o sedantes sobre el sistema nervioso central. Esto último ocurre tanto en el caso de los ISRS (por ejemplo la duloxetina, la floxamina, la fluoxetina o el citalopram), como en el caso de antidepresivos triciclicos y tetraciclicos, (como la imipramina o la mirtazapina).

La consecuencia de lo anterior es un aumento en la experiencia de los síntomas de depresión a mediano plazo, así como una disminución prolongada del estado de alerta, de la coordinación, de las habilidades motoras, y un aumento importante de somnolencia.

Así mismo, la combinación de alcohol y antidepresivos ISRS, como la venlafaxina, y medicamentos relacionados, se ha asociado a un cambio en la tolerancia al alcohol, y con la exacerbación de los efectos conductuales que este último produce, como la desinhibición de comportamientos violentos y sexuales junto con una memoria deteriorada.

2. Interferir en el metabolismo de alcohol

Especialmente cuando se trata de antidepresivos del tipo IMAO, el alcohol está contraindicado, debido a que estos fármacos inhiben la actividad oxidativa de las enzimas microsomales hepáticas, lo que interfieren en la metabolización de compuestos químicos como el etanol; pero también con el metabolismo de la cafeína, analgésicos, barbitúricos y otros antidepresivos.

A su vez, esto hace que se potencien los efectos psicotrópicos de la sustancia con la que se mezcla (tanto del etanol como los fármacos mencionados). Debido a que los IMAO interactúan con distintas sustancias que se encuentran fácilmente en alimentos y bebidas, es importante tomar precauciones con lo que se consume. Una mezcla inadecuada puede provocar aumento de la presión sanguínea y reacciones adversas severas.

3. Aumenta el riesgo de efectos adversos del fármaco

Tal com ocurre con muchos otros medicamentos, la mezcla de antidepresivos con alcohol aumenta la probabilidad de sufrir los efectos adversos asociados con el medicamento. Por ejemplo, estados importantes de ansiedad, trastornos del sueño, y daños a distintos órganos.

4. Alteraciones de sueño

Debido a que el alcohol produce somnolencia, y en ocasiones la depresión tiene como característica una dificultad para conciliar el sueño, la toma de bebidas alcohólicas se convierte en un recurso común. No obstante, se trata de un efecto a corto plazo, ya que si bien el consumo de alcohol puede provocar un sueño rápido, también es común que altere los ritmos circadianos y provoque estados de vigilia a media noche.

Uso de antidepresivos en el tratamiento de alcoholismo

Tal como hemos dicho, el alcoholismo y la depresión son fenómenos que con frecuencia se acompañan. Aunado a esto, distintos síntomas provocados por el alcoholismo han sido tratados mediante prescripciones farmacológicas diversas.

Si bien es más frecuente el uso de ansiolíticos, por considerar a la ansiedad como una de las principales causantes el alcoholismo, recientemente se ha estudiado el uso de antidepresivos en fases de deshabituación en los tratamientos de alcoholismo. Dicha fase es la que consiste en erradicar la dependencia psicológica al alcohol.

Por ejemplo, la trazodona, que es un antagónico e inhibidor de la recaptura de serotonina se utiliza para el tratamiento de alcoholismo crónico. Así mismo, se utiliza venlafaxina (en ocasiones combinada con fluoxetina), que son inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, para tratar distintos tipos de alcoholismo.

Referencias bibliográficas:

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Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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