El cerebro humano es uno de los sistemas más complejos que existen en la naturaleza, pero también es relativamente frágil.
Los equilibrios que necesita para mantenerse en un buen estado de salud pueden ser alterados por una gran variedad de situaciones y, en concreto, se ven muy afectados por los hábitos nocivos que destruyen nuestras neuronas.
Del mismo modo en el que nuestras células nerviosas intervienen en miles de procesos que influyen en nuestras vidas, lo que hacemos y las rutinas que adoptamos también condicionan el bienestar de las neuronas. Y, como en nuestro cerebro hay tantas, a veces no nos damos cuenta de que poco a poco vamos dejándonos muchas por el camino, más de lo que sería normal para nuestra edad.
Es por eso que conocer estos hábitos que destruyen neuronas es importante si queremos mantenernos con buena salud en el presente y en el futuro.
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Principales hábitos que destruyen neuronas
Este listado de rutinas y costumbres que dañan la salud de nuestro cerebro contiene acciones y estados que, por omisión o por comisión, desgastan nuestras capacidades mentales, algunas de ellas a corto plazo e independientemente de los daños permanentes que causen. Veamos cuáles son.
1. El estrés
El estrés no solo hace que nos sintamos mal, también destruye neuronas, especialmente si se cronifica.
Esto ocurre porque este estado se asocia a una gran liberación de cortisol, una hormona que se utiliza para desviar recursos a los procesos biológicos que le dan más importancia al aquí y al ahora para poder salir de problemas urgentes. Uno de los efectos colaterales de las grandes cantidades de cortisol es que las neuronas quedan más desatendidas y, además, el sistema inmune queda debilitado.
2. La falta de sueño
Son numerosas las investigaciones que relacionan la falta de sueño prolongada con la muerte de neuronas y la disminución de algunas partes del cerebro, entre las que se encuentra el hipocampo.
Esta clase de daños producen, a largo plazo, problemas de memoria, y también afectan a la capacidad de concentración.
3. La monotonía
Los estilos de vida basados en la monotonía hacen que la variedad de formas en las que las neuronas se conectan entre ellas sea más limitada, y esto hace que las menos utilizadas terminen muriendo. Es así de simple: las células nerviosas a las que no se les puede sacar provecho, desaparecen.
4. Tomar drogas
Este es uno de los efectos más conocidos de las drogas. La adicción química hace que todas las funciones mentales se dirijan a obtener una nueva dosis, desatendiendo las tareas de mantenimiento del sistema nervioso. Por otro lado, la intromisión de sustancias extrañas en el funcionamiento de las neuronas hace que muchas de ellas vayan envejeciendo y mueran prematuramente.
5. Consumir tabaco
Técnicamente tanto el tabaco es una droga, así que esto no debería sorprendernos: que sea legal no implica que no sea dañino. Sus sustancias son capaces de generar una gravísima adicción y dañan nuestras neuronas de forma permanente.
6. Respirar en entornos contaminados
El cerebro es uno de los conjuntos de órganos del cuerpo humano que consumen más recursos. Una gran cantidad de las partículas tóxicas que absorbemos diariamente irán a parar allí, a pesar de que la barrera hematoencefálica nos protege de muchas de ellas.
7. Deshidratarse
Cuando notamos que tenemos sed, es importante saciarla cuanto antes, ya que de otro modo nuestro cuerpo empezará a extraer agua de las células de nuestro cuerpo, haciendo que algunas mueran. Y sí, de las neuronas también.
8. Trabajar con fiebre
Cuando estamos enfermos estamos particularmente vulnerables, y cualquier actividad que requiera esfuerzo puede llegar a forzar tanto nuestro organismo que se producen daños permanentes a nivel microscópico. En esas situaciones, es mucho mejor dejar que nos cuiden y dejar de preocuparnos por cuestiones secundarias.
Una vida más saludable para conservar la salud del cerebro
En definitiva, son muchos los hábitos negativos del día a día que dañan nuestras neuronas. A pesar de que en un principio podamos pensar que un estilo de vida despreocupado y que no tiene en cuenta la salud perjudica al cuerpo y ya está, es necesario recordar que nuestro cerebro forma parte de ese cuerpo. No son dos cosas separadas, del mismo modo en el que no hay una distinción fundamental entre la mente y la materia; en psicología y ciencia en general, el dualismo ha quedado descartado.
Es por eso que la vida saludable repercutirá positivamente tanto en el aspecto de nuestro cuerpo como en el buen estado de nuestras funciones mentales, a pesar de que los efectos en estas últimas no se noten enseguida y queden más disimuladas por la falta de un espejo en el que comprobar su estado. Evitar estos hábitos destructores de neuronas puede ser un buen comienzo para vivir mejor.
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