Nuestro cerebro es un órgano vivo y en el que ocurren fenómenos absolutamente esenciales para nuestra vida diaria.
Si hacemos una metáfora con el mundo de la informática, podríamos decir que el cerebro humano es la CPU que rige y controla todos los procesos del equipo informático, es decir, de nuestro cuerpo, nuestros procesos mentales, nuestros procesos fisiológicos, neuroquímicos... En definitiva, el cerebro es el órgano ejecutivo que nos permite vivir, pensar, movernos, percibir a través de los sentidos y realizar cualquier actividad de nuestra vida diaria.
Existen una serie de trucos y técnicas para lograr que tu cerebro sea más rápido y más productivo. Desafortunadamente, no solemos poner mucha atención a la agilidad con que interactúan nuestras neuronas, y repetimos hábitos que afectan negativamente a nuestra salud cerebral.
Cerebro en plena forma: ¿cómo lograrlo?
Por más ejercicios y estrategias para mejorar la concentración que pongas en práctica, va a ser difícil que notes una mejoría si sigues dañando tu cuerpo y tu cerebro.
Si realmente estás por la labor de mejorar la salud de tus neuronas, aquí te dejamos un total de diez consejos que deberías aplicar.
1. Dejar de fumar
Fumar es nocivo para todo nuestro cuerpo, y en lo que atañe al cerebro, los perjuicios del consumo de cigarrillos son severos. Fumar aumenta las posibilidades de padecer demencia en la vejez, y cuanto mayor sea el consumo diario, mayor será el riesgo. Quienes se deciden a abandonar el mal hábito detienen este proceso, con lo cual aún estás a tiempo de purificarte de los malos efectos del humo.
2. Relacionarse con otras personas
¿Has oído hablar de la memoria transactiva? Habrás notado que en las relaciones interpersonales solemos recordar algunas cosas, y olvidamos otras. Hay personas que nunca olvidan una cara o un nombre, mientras que otras personas tienen más facilidad para acordarse de los hobbies o el oficio.
Por esa razón resulta interesante cultivar relaciones personales en cantidad y calidad, para poder fomentar que tu cerebro sea capaz de explorar nuevas temáticas, siendo capaz de fomentar tu creatividad y, con ella, tu apertura a nuevas experiencias. Todos estos factores convergen para dotar a tu cerebro de mayor capacidad para procesar información y aprender nuevas cosas.
3. Pensar de forma positiva
El Efecto Pigmalión nos alerta que si planteamos que seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos y metas, estamos construyendo el puente para que nuestros deseos puedan hacerse realidad. En el sentido contrario, aquellas personas que creen firmemente que no son capaces de tirar adelante ningún proyecto, es muy difícil que puedan llevarlo a cabo.
Es lo que se conoce como una creencia limitante. Para alcanzar un objetivo, es importante pensar que seremos capaces, de modo que tengamos confianza en nuestras posibilidades y nuestra actitud se enfoque a esforzarse al máximo para lograrlo.
4. Descansar y dormir adecuadamente
Nuestro cerebro nunca descansa, ni tan siquiera cuando estamos dormidos. Fíjate en los sueños: son el reflejo del trabajo cerebral para procesar y almacenar todo lo que aprendemos en el día a día. En las horas de descanso la información percibida se consolida en el cerebro, y si no dormimos, tiende a eliminarse.
Por esta razón es muy necesario dormir entre siete y nueve horas diarias. para dar tiempo a nuestro cerebro de procesar y seleccionar los datos.
5. Dieta saludable
La sabiduría popular nos advierte de que existen alimentos buenos (y malos) para nuestro cerebro. Los vegetales como el tomate, la espinaca y el brócoli, así como las proteínas que obtenemos de carnes, huevos y algunas verduras, que nos aportan aminoácidos. Estos últimos permiten la creación de neurotransmisores, encargados de conectar las neuronas entre sí en un proceso que conocemos como neurogénesis.
Asimismo, también existen ciertas vitaminas que robustecen la capacidad del cerebro para regenerarse y gozar de una salud de hierro.
Desde que somos bebés la alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo psíquico y cognitivo, puesto que los niños que son alimentados con leche materna tienen un mayor cociente intelectual. Otro factor a tener en cuenta es el de la alimentación de la madre durante los meses de gestación.
6. Meditación
A pesar de que la meditación es un arte milenario y ha sido desacreditada en múltiples ocasiones, en realidad es una práctica que mejora nuestra capacidad de concentración y nuestra memoria. Algunas regiones cerebrales se desarrollan mejor y la información puede ser procesada de forma más rápida y eficaz. La meditación, además, previene el estrés, que es un factor limitante a la hora de adquirir nuevos aprendizajes.
7. Mantenerse físicamente activo
El ejercicio físico aumenta el flujo de sangre, mediante el cual logra oxigenarse mejor el cerebro. Asimismo, el ejercicio físico incrementa la coordinación entre cerebro y cuerpo, con lo cual activamos y mejoramos la atención y la agilidad de ciertos procesos mentales. También resulta positivo puesto que crea nuevas conexiones neuronales y vasos sanguíneos.
Por contra, un estilo de vida sedentario provoca cambios estructurales en nuestro cerebro, con múltiples desventajas y problemas funcionales en la capacidad cognitiva.
8. Mantener la mente despierta
Ya desde pequeños, nuestros padres nos enseñan, juegan y se comunican con nosotros. Todos estos estímulos son positivos y nos sirven como anclajes para ir alcanzando cotas de desarrollo cognitivo. Resolver puzzles y enseñar a leer son actividades que los adultos deben compartir con sus hijos.
Hacer preguntas o explicar historias es una forma muy interesante de incentivar su desarrollo cognitivo y sus habilidades sociales.
9. La educación, un reto para todos
La educación formal en los centros educativos desde temprana edad le confiere un marco habitual que le permite intensificar sus aprendizajes, pero esto no le ayuda a ser más inteligente o a estar mejor preparado para la vida. Por esta razón, la educación debe hacerse extensiva a las relaciones interpersonales y al aprendizaje autodidacta. Estudiar de forma constante e ir adquiriendo conocimientos y competencias ayuda a incrementar nuestro cociente intelectual.
Además, recientemente se ha detectado que los niños que acuden a escuelas 'verdes' (rodeadas de vegetación) reportan mejores calificaciones académicas... Parece, pues, que el entorno también influye en la salud de nuestro cerebro.
10. Entrenar la mente y el cerebro
El entrenamiento para aumentar la capacidad de nuestro cerebro es efectivo si se realiza bien, y existen gran variedad de métodos para agilizar y hacer más eficientes nuestras capacidades. También hay muchos métodos que se basan en supuestos falsos y no son eficaces.
Los ejercicios enfocados a desarrollar la agilidad mental o el pensamiento lógico y deductivo son los más recomendables. En este sentido, los beneficios de realizar juegos de palabras, sudokus, cálculos mentales o crucigramas están demostrados y son una vía entretenida para mejorar nuestra capacidad cognitiva.
Referencias bibliográficas:
- Cosgrove, K.P.; Mazure, C.M.; Staley, J.K. (2007). "Evolving knowledge of sex differences in brain structure, function, and chemistry". Biol Psychiatry.
- Papalia, D. y Wendkos, S. (1992). Psicología. México: McGraw-Hill, p. 9.
- Triglia, Adrián; Regader, Bertrand; García-Allen, Jonathan (2016). Psicológicamente hablando. Paidós.
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