En la cultura popular está ampliamente difundida la creencia de que los hemisferios cerebrales difieren en cuanto a sus características.
Al hemisferio derecho tradicionalmente se le ha asociado a lo artístico, mientras que se considera que el hemisferio izquierdo es más analítico, implicado en aspectos tales como las matemáticas y el lenguaje verbal.
Si bien se han dicho muchas barbaridades sobre lo que hacen cada uno de los hemisferios, lo cierto es que ambas estructuras cerebrales sí se diferencian en cuanto a sus características y funciones.
En este artículo vamos a hablar del hemisferio cerebral derecho, cuáles son sus características y funciones más destacables, además de describir un síndrome relacionado con esta estructura y sus síntomas.
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¿Qué es un hemisferio del cerebro?
Antes de entrar con más detalle sobre las particularidades del hemisferio derecho, primero es necesario explicar qué es un hemisferio cerebral, y qué papel tiene en el sistema nervioso de los seres humanos.
La palabra hemisferio proviene de las palabras griegas ‘hemi’ (‘mitad’) y ‘sphera’ (‘esfera’) y, cuando hablamos de los hemisferios cerebrales, hacemos referencia a cada una de las dos porciones principales que conforman el encéfalo.
Los hemisferios son inversos el uno del otro, pero no inversamente simétricos. Estas estructuras están separadas por una línea llamada cisura interhemisférica, y es por ello que hablamos de hemisferios izquierdo y derecho. En lo más profundo de esta cisura se encuentra el cuerpo calloso que conecta ambos hemisferios.
¿Cómo se estructura el hemisferio cerebral derecho?
El hemisferio cerebral derecho constituye la mitad superior y derecha del encéfalo. Esta estructura, al igual que su homóloga izquierda, abarca la mitad de los cinco grandes lóbulos cerebrales:
- Lóbulo frontal
- Lóbulo parietal
- Lóbulo temporal
- Lóbulo occipital
- Ínsula
Como ya hemos comentado, ambos hemisferios están separados por la cisura interhemisférica, también llamada cisura longitudinal cerebral. En la parte más profunda de esta cisura se encuentra el cuerpo calloso, estructura de fibras nerviosas la cual conecta ambos hemisferios. Dado que ambos hemisferios necesitan compartir información el uno con el otro de forma constante, el cuerpo calloso es una estructura que cumple una gran función.
Al igual que otras estructuras cerebrales, el hemisferio derecho está protegido por tres capas:
- Duramadre: membrana más externa y cercana al cráneo, permite tener el encéfalo bien conectado al hueso.
- Aracnoides: entre la duramadre y la piamadre.
- Piamadre: membrana más interna, contigua a la materia cerebral.
Características
Aunque estructuralmente es similar al hemisferio izquierdo, el hemisferio derecho presenta características diferentes. El hemisferio izquierdo es considerado el más analítico, mientras que al derecho se le atribuyen características más creativas. A continuación veremos con más detalles cuáles son las características más representativas del hemisferio derecho del cerebro:
1. Musical
Tocar un instrumento, identificar con precisión qué nota se está oyendo o aprender con rapidez la ritmicidad de una melodía son aspectos propios del hemisferio derecho.
2. Sintético
Que el hemisferio derecho tenga un procesamiento sintético quiere decir permite postular hipótesis y proponer ideas, con la intención de contrastarlas, ver si son ciertas o no y, en caso de que no sea así, plantear nuevas.
La generación de nuevos pensamientos no necesariamente tiene que estar ligado a la veracidad de un hecho. Se puede plantear algo nuevo simplemente con la intención de ser original.
3. No verbal
Decir que el hemisferio derecho es una estructura que no está implicada en el lenguaje no es del todo verdad. Esta capacidad humana implica a varias áreas cerebrales, algunas de ellas estando en el lado derecho. Sin embargo, sí que aspectos verbales como el habla y la lectoescritura son más propios del hemisferio izquierdo.
En el hemisferio derecho se da la capacidad de poder analizar aquellos aspectos no verbalizados del lenguaje, como los gestos faciales.
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4. Holístico
El procesamiento propio del hemisferio derecho es el de adoptar una visión amplia de un problema, en vez de optar por analizar minuciosamente cada uno de los detalles que lo conforman.
Así pues, analiza de forma integrada y global un estímulo concreto. Por este motivo, es el hemisferio derecho la estructura que está detrás, mayormente, en los procesos artísticos e innovadores.
5. Geométrico-espacial
Aunque última, pero no menos importante, las habilidades geométricas y espaciales del hemisferio derecho suponen las capacidades cognitivas más destacables de esta estructura.
Gracias a ello, es posible ordenar el espacio, generar imágenes mentales o construir estructuras geométricas.
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Funciones
Relacionado con las características anteriormente mencionadas, el hemisferio derecho es capaz de concebir estrategias de forma amplia, integrando los detalles que conforman una situación o problema y permitiendo ver de forma holística loque ocurre. Así pues, es posible ver imágenes, oír sonidos y percibir olores como un todo.
1. Orientación espacial
Gracias al hemisferio derecho es posible orientarse en el espacio físico. Permite saber qué objeto se está viendo o en donde se está a partir de aspectos como el color, la forma u otras características presentes en el entorno.
Situarse en el espacio, identificar objetos, reconocer rostros de seres queridos son solo algunas de las capacidades que ofrece la capacidad espacial de este hemisferio.
2. Procesamiento de estímulos
En resumidas cuentas, cada hemisferio cerebral se encarga de elaborar y procesar los estímulos captados en su hemicuerpo (la mitad del cuerpo) contrario. El hemisferio derecho se encarga de ‘sentir’ los estímulos que se hayan dado en la parte izquierda del cuerpo.
Así pues, cuando estamos tocando algo con nuestra mano izquierda sería el hemisferio derecho quien se encargaría de procesar la sensación asociada.
3. Emocionalidad y aspectos no verbales
El hemisferio derecho adquiere un gran papel en cuanto a la elaboración de sentimientos.
Además, a la hora de analizarlos opta por herramientas más integradoras en vez de analíticas, a diferencia de su contraparte el hemisferio izquierdo.
Por otro lado, es capaz de identificar aspectos no verbalizados tales como la prosodia en el lenguaje (tono con el que se habla, expresividad...).
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Síndrome del hemisferio derecho
En ocasiones sucede que uno de los hemisferios sufre una lesión. Estas lesiones implican afectación en capacidades cognitivas de la persona, las cuales pueden implicar un mayor o menor grado de malestar tras haberse sufrido el accidente. El síndrome del hemisferio derecho es una condición neurológica en la que la sustancia blanca de esta estructura cerebral ha sido dañada. También puede deberse a lesiones ocurridas en las vías que conectaban con el hemisferio izquierdo.
En la mayoría de las personas, el hemisferio derecho suele ser el hemisferio menos dominante. Como ya hemos comentado anteriormente, esta estructura es la que presenta unas características más relacionadas con la comunicación no verbal. Así pues, una lesión en este hemisferio implica problemas tales como dificultades a la hora de interpretar los gestos faciales y las variaciones posturales.
Con la expresión facial las personas indicamos si estamos contentas, enfadadas, tristes o nos da asco algo de una forma muy clara. Las posturas son formas más sutiles de expresión emocional, pudiendo indicar incomodidad, nerviosismo o estar a la defensiva. Aunque útil, el lenguaje verbalizado no permite comunicar de forma completa los sentimientos de las personas, pudiendo incluso indicar lo contrario (p.ej., cuando se dice que no se está nervioso pero tiemblan las piernas).
Por razones como estas el síndrome del hemisferio derecho implica un gran grado de afectación en la vida de la persona, dado que dificulta el reconocimiento emocional. Además, también implica no poder expresar con la debida emocional y lenguaje no verbal qué sentimientos se están sintiendo, implicando una clara afectación en la vida social.
Referencias bibliográficas:
- Acosta M. T. (2000). Síndrome del hemisferio derecho en niños: correlación funcional y madurativa de los trastornos del aprendizaje no verbales. Rev Neurol; 31: 360-7.
- Anderson, B.; Rutledge, V. (1996). Age and hemisphere effects on dendritic structure. Brain. 119: 1983–1990.
- Hutsler, J.; Galuske, R.A.W. (2003). Hemispheric asymmetries in cerebral cortical networks.Trends in Neurosciences. 26 (8): 429–435.