Desde que apareció la vida en la Tierra, han ido apareciendo, evolucionando y muriendo una gran diversidad de estructuras y seres. De entre los diferentes seres que han vivido y viven en este planeta el reino animal, al cual pertenecemos, es uno de los que mayor visibilidad, interés y debate ha producido en el imaginario colectivo.
En la mayor parte de este reino es posible encontrar uno de los órganos que hace posible nuestra supervivencia y el control de nuestro organismo y conducta: el cerebro. En este órgano la evolución ha producido la aparición y desarrollo de diversas estructuras, muchas de ellas presentando una evolución similar en la mayoría de animales cordados.
Sin embargo, en algunas especies se ha desarrollado en gran medida una estructura de gran relevancia para explicar la capacidad de organizarse, reflexionar o tener autoconciencia, estando esta estructura especialmente desarrollada en los primates superiores y en nosotros, los seres humanos. Dicha estructura es la neocorteza o neocórtex.
¿Qué es neocórtex?
El neocórtex, neocorteza o isocórtex es la estructura que en los seres humanos conforma la mayor parte de la corteza cerebral, concretamente el 90% de ella. Se trata de la parte del cerebro de aparición más reciente a nivel filogenético. Está conformada principalmente por materia gris, es decir, por somas (los "cuerpos" de las neuronas, donde se encuentra el núcleo celular) y dendritas de las neuronas que forman parte del encéfalo.
Dependiendo de la zona, esta estructura tiene entre dos y cuatro milímetros de grosor. A pesar de su poco grosor, se trata de una estructura de gran extensión que debido a su situación dentro del cráneo ha de estar condensada y plegada, motivo por el que el cerebro humano posee circunvoluciones y curvaturas. De hecho, aunque la neocorteza ocupa aproximadamente el área de una pizza en su estado plegado, desplegada ocuparía dos metros cuadrados. El cerebro del ser humano es un caso único en el reino animal en lo que se refiere a la capacidad de distribuir muchos somas neuronales en relativamente poco espacio.
Así pues, el neocórtex hace posible que haya multitud de neuronas distribuidas a lo largo de varias capas de cerebro replegadas sobre sí mismas, y esto, a su vez, tiene grandes ventajas para nuestro rendimiento mental.
Por otro lado, el neocórtex no es una estructura uniforme, sino que se encuentra dividido en los dos hemisferios cerebrales. Además, la neocorteza forma configura la mayor parte de los diferentes lóbulos cerebrales, afectando a la integración y consolidación de prácticamente toda la información que llega a través de los sentidos.
Sus funciones, pues, son múltiples y variadas, como veremos a continuación.
Funciones principales
Teniendo en cuenta que conforma el 90% de la corteza cerebral, es lógico pensar que esta parte del encéfalo tiene una gran importancia en el funcionamiento habitual del ser humano. Mas ¿qué funciones tiene esta zona que la hacen tan importante para nosotros?
El neocórtex o neocorteza se considera el área cerebral responsable de nuestra capacidad de razonamiento, permitiendo el pensamiento lógico y la consciencia. Se trata del área del cerebro que permite todas las funciones mentales superiores y las funciones ejecutivas (especialmente localizadas en el lóbulo frontal). Se considera que el Yo y la autoconciencia se deben al funcionamiento de esta estructura.
Se trata de un conjunto de neuronas y células gliales cuya funció no tiene que ver con dar una respuesta estereotípica y previsible ante ciertos estímulos, sino que trabajan sobre contenidos ya procesados por otras células nerviosas para poder "improvisar" respuestas originales en tiempo real.
Razonamiento, reflexión, toma de decisiones...
Asimismo el neocórtex sirve como área de asociación e integración de las diferentes percepciones y la toma de conciencia de éstas, contribuyendo a formar una imagen mental de la realidad más precisa. Permite el análisis profundo de la información, la reflexión y la capacidad de toma de decisiones.
Se trata de la parte del cerebro que permite la planificación y anticipación de resultados, recreando posibles escenarios y permitiendo en base a ello el establecimiento de una estrategia o conducta a seguir.
Habilidades como el cálculo y el lenguaje también dependen del neocórtex, precisándose de la integración de distintas informaciones y su transformación en diferentes zonas de esta estructura. Del mismo modo, la memoria a largo plazo también depende en gran medida de la neocorteza, siendo la zona donde se “graba” la nueva información y desde la cual se lleva a la memoria de trabajo con el fin de poder operar con ella.
Permite también el desarrollo y la optimización de las restantes partes del cerebro, pudiendo controlar la conducta, gestionar las emociones e inhibir patrones de conducta no adaptativos, así como grabar y consolidar nuevos.
A nivel social el neocórtex también tiene un papel fundamental, ya que gracias a ella es posible el control y gestión de los impulsos, emociones y conductas. Esto implica que permite la existencia de la consideración hacia los demás, la negociación de metas y, en general, la convivencia con otros miembros de nuestra misma especie.
Organización por capas
Además de su división funcional en los diferentes lóbulos cerebrales y en dos hemisferios, es necesario tener en cuenta que el neocórtex no posee una composición homogénea en toda su extensión.
De hecho, esta parte del cerebro se encuentra dividido en seis capas diferenciadas principalmente por el tipo y organización de las células nerviosas que en ellas se encuentran.
Capa I: Capa plexiforme externa
También denominada capa molecular, se trata de la capa más exterior y superficial de la neocorteza, estando cubierta por la piamadre (una de las meninges). Esta primera capa contiene relativamente pocas neuronas. Se encarga de recibir fibras de diversos sistemas cerebrales que mandan información de diferentes tipos desde varias partes del sistema nervioso central.
Su composición se basa principalmente en células horizontales de Cajal, dendritas de diferentes tipos de neuronas e interneuronas y algunos axones de células de otras capas más internas y de estructuras como el tálamo. Se trata de una capa que funciona como capa de asociación a nivel intracortical, es decir, que integra diferentes tipos de información creando unidades más grandes y significativas
Capa II: Capa células piramidales pequeñas o granular externa
Esta capa del neocórtex está compuesta principalmente por células piramidales y estrelladas (con forma de estrella), cuyas dendritas se sitúan en la capa plexiforme externa y los axones en capas inferiores. Al igual que la anterior, sirve como mecanismo de asociación entre las diferentes partes de la corteza, aunque en otro nivel.
Capa III: Capa piramidal externa
Compuesta principalmente por células piramidales de tamaño variable, si bien generalmente superior al de la capa granular externa. Los axones de éstas configuran fibras de proyección y asociación. Sirve como área de asociación intracortical. Asimismo, algunas de sus neuronas se proyectan contralateralmente (al otro hemisferio cerebral), de manera que se establece un puente entre estas dos mitades de la parte superior del sistema nervioso central.
Capa IV: Capa granular interna
Esta capa está principalmente compuesta por células en forma de estrella. Esta capa no existe en algunas zonas, como en la corteza motora. Recibe información del tálamo, la cual es distribuida por esta capa en lo que se conoce como estrías talamocorticales. Sus fibras se proyectan a los ganglios basales, médula espinal y tronco del encéfalo.
Capa V: Capa piramidal interna o ganglionar
La quinta capa del neocórtex está conformada por grandes células piramidales, junto a otras estrelladas, las cuales envían información a otras zonas del cerebro. Dentro de esta capa se puede observar la banda de Baillarger, una agrupación de fibras nerviosas situadas de forma horizontal y que puede ser distinguida de las áreas adyacentes que conforman el neocórtex.
Capa VI: Capa poliforma
Formada por células de formas irregulares y polimorfas, esta capa del neocórtex realiza funciones eferentes, enviando conexiones a la sustancia blanca y viajando muchas de sus neuronas a través del cuerpo calloso. Es decir, manda información a zonas relativamente lejanas, más de la que recibe directamente de estas.
Referencias bibliográficas:
- Hall, J. (2011). Guyton and Hall textbook of medical physiology. Philadelphia: Saunders/Elsevier.
- Jerison, H.J. (1991). Fossil brains and the evolution of neocortex. In Finlay, B.L.; Innocenti, G. & Scheich, H. (eds.). The neocortex. Ontogeny and phylogeny. New York: Ed. Plenum Press; p. 5-19.
- Kandel, E.R.; Schwartz, J.H. & Jessell, T.M. (2001). Principios de neurociencia. Madrid: McGraw Hill.
- Lewis, W.B. (1978). On the comparative structure of the cortex cerebri. Brain; 1: 79-86.
- Morgan, A.J. (2001). El cerebro en evolución. Editorial Ariel neurociencia.
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