El teletrabajo es una práctica cada vez más habitual, y más tras la crisis vivida a nivel mundial por la pandemia de COVID-19.
Pero trabajar desde casa conlleva una serie de efectos que no todo el mundo vive por igual y que pueden tener ciertas repercusiones a varios niveles, entre ellos, psicológico. Por ello, en este artículo vamos a explorar las partes positivas y las negativas del teletrabajo, así como varios consejos psicológicos para trabajar desde casa de un modo que resulte viable y no genere desgaste.
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El teletrabajo entra con fuerza en el mundo laboral
Las nuevas tecnologías cada vez hacen más fácil poder teletrabajar, y esta es una tendencia que muchas empresas venían ya adoptando en los últimos tiempos. La crisis del coronavirus vivida a raíz del coronavirus no ha hecho más que acelerar este proceso a pasos agigantados, pues muchas empresas se han visto en la tesitura de elegir entre dar la posibilidad a sus empleados de poder trabajar desde sus respectivas casas, o bien suspender la actividad de la empresa hasta que sea posible retornar a las oficinas.
Ante esta disyuntiva, lógicamente muchas compañías han optado por la primera opción y han facilitado a los trabajadores los medios para poder realizar sus tareas desde los propios domicilios, situación que en muchos casos también se ha impuesto por la necesidad de hacerse cargo de los hijos pequeños, al estar todos los centros educativos cerrados por el confinamiento en España y otros muchos países, por lo que una inmensa cantidad de familias han tenido que compaginar sus obligaciones parentales y laborales.
Muchas personas han buscado consejos psicológicos para trabajar desde casa, a raíz de esta situación, y es que, en no pocos casos, ha sido un cambio totalmente drástico que ha modificado por completo las rutinas de las personas, y esto ha provocado una serie de efectos en las personas a nivel psicológico. Algunos de ellos han sido de carácter positivo, mientras que otros en cambio han supuesto un cambio a peor. El primer caso no implica ningún problema, pero en el segundo es conveniente buscar alternativas para mejorar.
Los 5 mejores consejos psicológicos para trabajar desde casa
Como veíamos en el punto anterior, si el teletrabajo ha supuesto una perturbación para la vida de la persona, lo mejor que puede hacer es beneficiarse de este listado de consejos psicológicos para trabajar desde casa. En ellos se encuentran las principales claves para poder realizar la actividad laboral en el propio domicilio sin que esto suponga una perturbación en nuestro ánimo.
1. Rutinas
Para mantener una estabilidad mental idónea es muy recomendable mantener una serie de rutinas aunque estemos trabajando desde la comodidad de nuestra casa. Al igual que cuando teníamos que ir a la oficina o al centro laboral del tipo que fuese, debemos proceder con las mismas acciones antes de comenzar la jornada de trabajo, y esto incluye las rutinas de aseo, el desayuno (suponiendo que el trabajo sea en turno de mañana) y la vestimenta.
Este último punto es importante, ya que muchas personas caen en la tentación de realizar su actividad laboral quitarse el pijama, por mera comodidad. A nivel psicológico es importante que nos cambiemos de ropa, no necesariamente para ponernos un traje, una camisa o vestido elegante, pero sí una ropa diferente a la que utilizamos para dormir, aunque sea un simple chándal, para marcar una diferencia a nivel psicológico entre la vida personal y la profesional, aunque se desarrollen en el mismo lugar.
En algunas profesiones son habituales las reuniones, que en este caso se harán a través de plataformas de videollamada. Algunos trabajadores optan por cambiar su vestimenta únicamente los días que cuentan con una de estas reuniones, pero esto no es suficiente para generar la rutina de la que hablábamos. Por lo tanto, lo recomendable es tener un atuendo para el horario de trabajo, porque aunque no nos vayan a ver otras personas, nos vamos a ver nosotros mismos, y eso es lo más importante.
2. Espacio de trabajo
Otro de los consejos psicológicos para trabajar desde casa tiene que ver con el espacio de trabajo. Está claro que la situación personal de cada uno limita las posibilidades en este sentido, pues habrá personas que dispongan de una habitación habilitada ex profeso como despacho, con todos los elementos necesarios para poder desarrollar su actividad laboral sin problema, mientras que otros vivirán en un pequeño estudio y evidentemente tendrán más complicaciones a la hora de encontrar el espacio adecuado.
Por lo tanto, debemos adaptarnos a las opciones que tenemos disponibles, asumiendo sus limitaciones de base. Si no contamos con un amplio espacio, siempre podemos habilitar un pequeño espacio de trabajo con una silla y una mesa, evitando siempre la tentación de trabajar desde el sofá y mucho menos desde la cama. La cuestión de la silla es especialmente importante, y es preferible que sea una silla giratoria, con ruedas, aunque algunas veces tendremos que conformarnos con una convencional.
Sin embargo, hemos de tener en cuenta que vamos a pasar muchas horas sentados en ella, a lo largo de muchos días, por lo que, siempre que sea posible, merece la pena hacer una pequeña inversión para obtener una silla de escritorio, si no tenemos una, puesto que el utilizar otros asientos muy probablemente acabará derivando en dolores musculares, tensión y por ende efectos psicológicos como mal humor, o incluso sintomatología ansioso depresiva, debido a la incomodidad prolongada en el tiempo.
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3. Desconexión
El teletrabajo tiene algunas ventajas evidentes, como es el hecho de evitar cualquier tipo de desplazamiento, por lo que en esta nueva situación, el trabajador recupera una parte de su tiempo cada día (en algunos casos hablamos incluso de horas) que antes perdía únicamente en el transporte a su centro de trabajo y en el regreso a casa, en muchos casos hacinados en el transporte público o bien soportando interminables atascos en el vehículo privado, con todo el estrés y la negatividad mental que eso suponía a nivel psicológico.
Al no tener que abandonar el domicilio, esa dinámica se suspende por completo, lo cual es positivo. Pero, en contrapartida, surgen otras cuestiones que es importante tener en cuenta. Por eso, uno de los consejos psicológicos para trabajar desde casa es la desconexión. Y es que no es raro que, aprovechando la circunstancia de que la línea entre domicilio y lugar de trabajo se diluye, también lo hagan los horarios de la vida privada y la laboral.
Por eso, y para evitar posibles perjuicios a nivel psicológico (estrés o ansiedad, entre otros), debemos ser tajantes a la hora de establecer un horario de trabajo claro y no extralimitarnos, por lo que, una vez acabada la jornada laboral, y al igual que ocurriría si estuviéramos en la oficina y nos fuéramos a casa, ha de terminarse la actividad relacionada con el trabajo. Si entramos en la dinámica de alargar la jornada o realizar tareas en horas que no corresponden, estaremos sentando un peligroso precedente.
Si no generamos una desconexión una vez hayamos concluido nuestra jornada laboral, correremos el riesgo de diluir la frontera entre la parte de trabajo y la de ocio y vida privada en general, teniendo la sensación constante de no abandonar el puesto de trabajo, con el correspondiente desgaste a nivel mental que eso va a generarnos. De ahí la importancia de cumplir con unos horarios de manera estricta, salvo causas de fuerza mayor en algún momento puntual.
4. Distractores
Uno de los grandes peligros del teletrabajo es la enorme cantidad de distractores con los que contamos en casa. Desde el propio ordenador (suponiendo que no tenga el acceso limitado a ciertas conexiones únicamente para la actividad laboral), las aplicaciones del teléfono móvil, las visitas a la cocina, etc. Por supuesto, si además hay otras personas en casa, especialmente niños, la situación se vuelve todavía más incontrolable, por lo que será importante establecer ciertos límites.
Uno de los consejos psicológicos para trabajar desde casa es ser disciplinado a la hora de eliminar distractores, y para ello podemos valernos de sencillos trucos. Por ejemplo, si no podemos evitar mirar el teléfono cada pocos minutos para comprobar si tenemos nuevas notificaciones, lo mejor que podemos hacer es dejarlo en otra habitación para así no caer en la tentación. También podemos establecer unos horarios específicos para los descansos y para almorzar, de manera que no perdamos el tiempo con continuos asaltos a la cafetera o a la nevera.
5. Salir de casa
El último de esta lista de consejos psicológicos para trabajar desde casa, es fundamental, y muchas veces olvidado. Se trata, ni más ni menos, de salir de casa al menos un rato todos los días. Y es que, cuando unificamos el lugar en el que vivimos con el que trabajamos, corremos el riesgo de caer en un aislamiento extremo que puede pasarnos factura a nivel psicológico.
Por eso debemos salir al aire libre, bien cuando acabemos la jornada o bien en alguno de los descansos que hagamos, de manera que podamos recibir luz solar (imprescindible para generar vitamina D), respirar aire fresco, caminar y además ver y relacionarnos con otras personas. Son una serie de elementos imprescindibles para mantener un buen estado físico y mental, y podemos obtenerlos simplemente con salir a la calle.
Referencias bibliográficas:
- Alonso, M.B., Cifre, E. (2002). Teletrabajo y salud: un nuevo reto para la Psicología. Papeles del psicólogo.
- Gareca, M., Verdugo, R., Briones, J.L., Vera, A. (2007). Salud ocupacional y teletrabajo. Ciencia y trabajo.
- Suárez-Barros, A.S. (2016). Teletrabajo: realidad y bienestar. Desbordes.