Las relaciones, si son mal gestionadas, pueden llegar a absorbernos por completo. Esto, que ya resulta problemático si en el seno de la pareja hay afecto y amor, se complica aún más si, se trata de una relación tóxica en la que la negatividad de la otra persona pasa a formar parte de nuestra vida, como si se contagiase y no nos dejase disfrutar de nada.
En los casos en los que la amargura de nuestra pareja amenaza con instalarse de forma permanente en nuestra cabeza, es normal que se piense en terminar la relación. Sin embargo… ¿cómo cortar de un modo en el que los daños sean mínimos? Pasar de la palabra al hecho no es fácil, especialmente si nos hemos acostumbrado a los hábitos asociados a convivir con esa persona.
A continuación veremos algunas pautas para entender mejor cómo pasar por este proceso con una filosofía constructiva.
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Qué hacer para cortar con una relación tóxica
A la hora de pasar por ese punto de no retorno en el que se comunica a la otra persona nuestra decisión de terminar con la relación, ayúdate con estas pautas:
1. Piensa en la naturaleza de la relación tóxica
Hay relaciones tóxicas en las que se atenta contra nuestra dignidad, y otras en las que simplemente recibimos los daños colaterales del sufrimiento y negatividad de la pareja, que en ningún momento nos ataca, nos humilla ni nos amenaza. Tener en cuenta esto es de suma importancia, ya que de ello depende totalmente la manera en la que afrontaremos la ruptura. Si se da el primer caso, la unilateralidad tiene que ser muy marcada, y deberías poder empezar a comportarte como una persona soltera desde el momento en el que decides cortar, literalmente.
En el caso de que la otra persona no haya tenido nunca malas intenciones, en cambio, sí es recomendable pasar por una breve fase intermedia de apoyo mutuo y de comunicación, como veremos.
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2. El momento decisivo de cortar
Para saber cómo comunicar tu decisión, fíjate un día y una hora en concreto, y asegúrate de que en ese momento estaréis sentados, sin cosas que hacer en otra habitación o lugar. Es bueno que te prepares un pequeño semi-guión que, en vez de contener lo que tienes que decir literalmente, tenga simplemente unas pocas frases cortas referidas a la estructura del contenido que quieres transmitir (frases que tengan sentido para ti y que no dirás tal cual).
A la hora de decirlo, no centres tu mirada en un punto en concreto, céntrate en lo que dices y en nada más. Si sientes muchos nervios, imagina que estás ensayando y que todo es un escenario. Lo importante no es hacer que el momento sea dramático, ni hacer que sea uno de los momentos más significativos de vuestra vida (aunque sea para mal) preocupándote por todos los detalles: esto haría que se disparasen los nervios y las divagaciones. La prioridad es comunicar bien lo que quieres decir, y no dar pie a las ambigüedades.
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3. El apoyo
Después de comunicar tu decisión, puedes ofrecer apoyo a la otra persona, pero siempre dejando claro que no tienes motivos para cambiar de parecer.
Es bueno que te mantengas en un cierto estado de alerta ante quejas que puedan ser interpretadas como intentos de chantaje emocional, algo que la otra personas puede utilizar incluso de manera medio inconsciente a causa de lo mal que se siente y la desesperación que experimenta. Esta es una fase que no gusta a nadie, pero es necesario pasar por ella.
Sin embargo, si en la relación había maltrato, no des la oportunidad de que se te manipule. Es fácil que las situaciones de vulnerabilidad por las que has pasado anteriormente te sitúen inconscientemente en un rol de cierta obediencia.
4. Ofrecer la ayuda
En el caso de que la relación tóxica haya sido del tipo “benévolo” y no abusivo, es bueno que dejar a la ex pareja con algunas indicaciones acerca de dónde puede encontrar ayuda. Sin embargo, hay que aclarar que tú te desvinculas de responsabilidades en ese sentido, entre otras cosas porque de no ser así podrías estar alimentando una relación basada en la dependencia. La otra persona debe ganar autonomía y aprender a vivir de un modo más positivo, pero sin ti.
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5. Dejar de tener contacto
A partir de este punto, técnicamente y a la práctica, ya has cortado, por lo que lo que hay que hacer es, justamente, actuar en consecuencia. Es muy recomendable que dejes de tener contacto con la ex pareja durante al menos varios meses. De no ser así, es muy fácil que se dé una situación de chantaje emocional que os atrape a ambos otra vez en un círculo vicioso.
Si es necesario, oblígate a hacer cosas que no quieres con tal de mantener la cabeza ocupada y, especialmente, socializa, ya sea con gente nueva o viejos amigos. La cuestión es recordar cómo era la vida antes de estar en la relación anterior.
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