Dada la naturaleza social del ser humano, el origen de la psicopatía es uno de los grandes interrogantes que la humanidad se cuestiona desde hace mucho tiempo. Probablemente habrás escuchado hablar o leído sobre este debate en más de una ocasión. De hecho, el tema genera tanto interés que podemos encontrarlo en la gran pantalla frecuentemente.
Pero, ¿realmente sabemos qué es la psicopatía o tenemos una idea generalizada? En este artículo lo veremos con detalle. Además, exploraremos las dos líneas de investigación más estudiadas: los factores biológicos y los ambientales. Con esto, pretendemos poder comprender un poco mejor si el/la psicópata nace o se hace.
¿Qué es la psicopatía?
Es importante tener en cuenta que la psicopatía no se encuentra recogida como entidad diagnóstica propiamente ni en el DSM-V ni en la CIE-11, dos de los manuales diagnósticos más utilizados en la actualidad. En el DSM-V se engloban los rasgos característicos de la psicopatía dentro del trastorno antisocial de la personalidad (TAP).
No obstante, hay autores, como Cleckley, que sí han desarrollado y ofrecido criterios diagnósticos y herramientas de evaluación como el PCL-R. No podemos olvidar que la realización de un diagnóstico debe ser siempre llevada a cabo por profesionales especializados en salud mental.
Características del trastorno antisocial de la personalidad
El TAP se define como un trastorno mental en el que se observa un patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de las otras personas. Estos comportamientos suelen comenzar en la infancia o adolescencia y se mantienen en la adultez.
Los principales rasgos observados son los siguientes:
- Tendencia a engañar y manipular sin remordimiento.
- Falta de empatía.
- Autoestima exagerada.
- Impulsividad y escasa planificación del futuro.
- Notoria dificultad para adaptarse a normas sociales relacionadas con el ámbito legal.
- Elevada irritabilidad y agresividad.
- Imprudencia y despreocupación por la propia seguridad y la ajena.
- Incapacidad para asumir responsabilidades (financieras, laborales, etc.).
¿La psicopatía nace?
Son muchos los autores que han intentado determinar si la psicopatía es una condición que viene determinada antes del nacimiento. En este sentido se han estudiado tanto aspectos genéticos como posibles alteraciones en áreas cerebrales que pudieran dar una explicación.
Gen MAO-A
Se ha descubierto que determinadas variables de este gen —y la presencia de determinadas cantidades— suponen una mayor predisposición a las conductas violentas y antisociales. Esto se ha observado especialmente en personas que han sido víctimas de maltrato infantil.
Tiende a decirse que la psicopatía es hereditaria, pero no podemos olvidar que la presencia de determinados genes o modificaciones no determina el comportamiento. Es decir, se puede generar una mayor o menor predisposición a ciertas conductas o patologías. No obstante, la expresión de los genes puede ser influenciada por el ambiente.
Alteraciones cerebrales
No hay una certeza sobre los correlatos neurofisiológicos relacionados con la psicopatía, pero se han observado ciertas alteraciones en determinadas áreas cerebrales. Es importante tener en cuenta que tanto los aspectos genéticos como los ambientales pueden influir en la alteración del desarrollo de las estructuras y circuitos cerebrales.
Aunque las investigaciones siguen estudiando este aspecto, hay teorías que señalan un deterioro en áreas como la amígdala y la ínsula. Además, también se han observado alteraciones en el funcionamiento del córtex prefrontal y la corteza cingulada anterior.
¿La psicopatía se hace?
No son pocos los autores que abogan por el ambiente como factor determinante en el desarrollo de la psicopatía. Por un lado, actualmente se sabe que el entorno interfiere en la expresión de determinados genes, así como en el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del individuo. Esto podría ser un detonante para las personas con mayor predisposición.
Además, las experiencias que cada individuo ha vivido durante su desarrollo, especialmente en las etapas más vulnerables, tiene también un peso considerable. Se han llevado a cabo numerosos estudios investigando la relación entre abuso infantil y psicopatía. Las víctimas de abuso emocional y negligencia presentaban mayores puntuaciones de psicopatía.
Por último, se considera que son múltiples los factores medioambientales que pueden ser considerados de riesgo. También los habría protectores. El problema en este punto es que todavía no están bien definidos y tampoco se sabe con exactitud cuál sería el peso. De nuevo, es importante tener presente que la predisposición no asegura el desarrollo de la psicopatía.
Psicobai Centro De Psicología Majadahonda
Psicobai Centro De Psicología Majadahonda
Centro de Psicología
Teniendo presente todo lo expuesto, los autores llegaron al consenso de que ambas y ninguna son ciertas por sí solas. Es decir, la psicopatía ni nace ni se hace. Parece ser que nadie nace con un trastorno mental, pero sí con cierta predisposición a desarrollarlo. En este sentido, podemos considerar que es una mezcla entre ambas propuestas.
Son varios los factores que intervienen principalmente: predisposición genética, ambiente, vivencias personales, aprendizajes y desarrollo. La interacción entre todos ellos tendrá un impacto tanto en la expresión de determinados genes —con la manifestación de determinadas conductas— y el desarrollo alterado de determinadas áreas cerebrales.
Parece que esta propuesta unificada es la que tiene más sentido porque integra la complejidad del ser humano en lugar de reducirla a aspectos concretos. En este sentido, nos permite entender por qué personas que han vivido situaciones relativamente similares pueden desarrollar comportamientos tan diferentes y tener mayor o menor resiliencia.