Pipotiazina: usos y efectos secundarios de este fármaco

Este tipo de psicofármaco antipsicótico debe usarse con mucha precaución, por sus efectos adversos.

Pipotiazina.
Este medicamento tiene importantes efectos secundarios.

La medicación antipsicótica, junto con la psicoterapia, lleva años ayudando a las personas con algún tipo de trastorno mental a llevar una vida lo más normal posible.

Uno de estos antipsicóticos es la pipotiazina. Este fármaco es utilizado en numerosas enfermedades mentales, pero también posee una gran cantidad de efectos secundarios. De todo esto y algunos puntos hablaremos a lo largo de este artículo.

¿Qué es la pipotiazina?

La pipotiazina es un antipsicótico o neuroléptico del grupo de las fenotiazinas. Como el resto de elementos de este grupo, la pipotiazina tienen un efecto depresor sobre el sistema nervioso central (SNC).

Al bloquear los receptores de dopamina, este fármaco transforma el comportamiento, evita la sobreestimulación y favorece el control de ciertas enfermedades mentales clasificadas como psicóticas.

El paciente comienza a notar los efectos de la pipotiazina entre 48 y 72 después de la primera administración y alcanza su potencial de efecto máximo en una semana.

Además, posee también posee efectos antieméticos, anticolinérgicos, bloqueantes alfa-adrenérgicos y sedantes; aunque estos son mucho menores en comparación con otros fármacos fenotiazínicos.

¿En qué trastornos se utiliza?

Como se cita anteriormente, la pipotiazina es un antipsicótico por lo que su uso se restringe, en la mayoría de ocasiones, a trastornos psiquiátricos como la psicosis crónica; la esquizofrenia de larga duración, productiva o deficitaria; la psicosis alucinatoria crónica y los estados delirantes.

Otra afección psicológica para la que puede resultar útil es en la ansiedad psicótica. Sin embargo, este tratamiento nunca deberá exceder las doce semanas de duración y siempre se administrará como alternativa a los fármacos de primera línea utilizados para esta afección.

No obstante, también es utilizada en ciertos pacientes para el control de las náuseas y los vómitos o como tratamiento coadyuvante del tétanos y la porfiria aguda intermitente.

Finalmente, la pipotiazina puede resultar efectiva para el tratamiento de niños con problemas comportamentales graves como la hiperexcitabilidad.

¿Cómo se administra?

El uso de este fármaco siempre tiene que estar indicado por el médico. Habitualmente, la pipotiazina suele administrarse por vía intramuscular, en dosis de entre 25 y 200 mg según la sintomatología del paciente. Estas dosis se suministran por un profesional sanitario una vez cada cuatro semanas aproximadamente y tienen la ventaja de que su acción es mucho más rápida que por vía oral.

No obstante, en los casos en los que el facultativo crea necesario, esta podrá ser administrada por vía oral en una única dosis diaria de entre 10 y 20 mg. El paciente nunca deberá tomar más pipotiazina de la recomendada. Es decir, no debe aumentar ni disminuir la dosis, ni tampoco consumirla en más ocasiones de las indicadas, puesto que esto puede suponer graves problemas para la salud de la persona.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

La pipotiazina se distingue por provocar frecuentes efectos adversos. No obstante, en la mayoría de los casos, estos son bastante tolerables y no muy graves. Estas consecuencias en el organismo tienden a afectar principalmente al sistema nervioso central y pueden agruparse en efectos secundarios muy frecuentes, frecuentes, ocasionales y raros.

Además, en el caso de que el paciente experimente incidentes con fiebre superior a los 41º, tensión muscular grave o problemas respiratorios, el tratamiento deberá ser suspendido de manera inmediata.

Efectos muy frecuentes

Aquellos que aparecen en más del 25% de los casos. Estos son:

  • Somnolencia.
  • Sedación.

Frecuentes

Aparecen en entre un 10 y un 25% de los pacientes. Son:

  • Visión borrosa.
  • Problemas urinarios.
  • Estreñimiento.
  • Sequedad bucal.

Ocasionales

Solamente se dan entre un 1 y un 9% de las ocasiones que el paciente consume pipotiazina. Estos efectos ocasionales se distinguen porque existe un mayor riesgo de aparición solamente al inicio del tratamiento. Entre ellos se encuentran:

  • Sintomatología extrapiramidal: parkinsonismo, acatisia y distonía.
  • Hipotensión ortostática.
  • Hipertensión.
  • Taquicardia o bradicardia.
  • Leucopenia transitoria.
  • Urticaria.
  • Erupciones maculopapulares o acneiformes.
  • Angioedema.
  • Insomnio.
  • Vértigos.
  • Íleo paralítico.

Efectos secundarios raros

Estos se dan en menos de un 1% de las ocasiones. Tienden a aparecer entre la cuarta y la décima semana tras el inicio del tratamiento o hasta meses y años más tarde.

  • Agranulocitosis.
  • Diskinesia tardía.
  • Síndrome neuroléptico maligno. El cual puede ser mortal entre un 15 y un 20% de las ocasiones y se manifiesta mediante fiebre, rigidez muscular, akinesia, problemas respiratorios, fotosensibilidad y convulsiones entre muchos otros síntomas.

¿Qué precauciones se deben tener en cuenta?

Debido a la potencia de los efectos de este fármaco y a los posibles efectos secundarios que este puede ocasionar un numerosos y diversos sistemas de organismo, el paciente debe de informar a su médico de cualquier condición especial de salud en la que se encuentre.

Asimismo, existen numerosos fármacos como los anticolinérgicos o lo antidiabéticos, entre muchos otros, que pueden interferir entre ellos y ocasionar serias reacciones adversas en la persona que consume este medicamento, por lo que hay que informar al médico.

En cuanto al consumo de alcohol, investigaciones realizadas con otros antipsicóticos fenotiazínicos han revelado una potenciación de la toxicidad. La cual lleva a una depresión severa del sistema nervioso central y múltiple efectos adversos extrapiramidales.

Embarazo y lactancia

Aunque los estudios en animales no han revelado efectos adversos teratógenos; es decir, que la administración de la pipotiazina en hembras gestantes no ha provocado malformaciones en el feto. Es conocido que las fenotiazinas pueden atravesar la placenta, por lo que se recomienda solamente el uso ocasional y en dosis muy bajas en mujeres embarazadas.

La administración de este medicamento en mujeres gestantes solamente se admite en aquellos casos en los que no existan alternativas terapéuticas más seguras y rebajando la dosis conforme se acerque el momento del parto.

En cuanto a la lactancia, se desconoce si la pipotiazina puede ser excretada con la leche materna. Sin embargo, estudios con otras fenotiazinas establecen que sí pero que los efectos sobre el bebé son todavía desconocidos.

No obstante, puesto que estos efectos pueden ser considerables no se recomienda la administración de este fármaco en madres lactantes.

Niños y ancianos

Tanto los pacientes menores como aquellas personas de la tercera edad en las que sea necesario la administración de pipotiazina, son mucho más susceptibles de sufrir efectos secundarios no deseados. Por lo que es recomendable que se realice un seguimiento ajustado del estado de salud de estos.

Conducción y manejo de máquinas

La pipotiazina puede causar alteraciones en el tiempo de reacción por lo que se recomienda no conducir ni manejar ningún tipo de maquinaria hasta que la persona conozca exactamente cómo le afecta esta medicación.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Isabel Rovira Salvador. (2017, diciembre 13). Pipotiazina: usos y efectos secundarios de este fármaco. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/pipotiazina

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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