¿Por qué mucha gente con esquizofrenia deja de medicarse?

Los pacientes con este diagnóstico tienen una alta probabilidad de no seguir el tratamiento.

Esquizofrenia
Muchas de estas causas no tienen que ver con los efectos secundarios del medicamento.Unsplash.

La esquizofrenia es un trastorno complejo, que genera graves dificultades y un elevado nivel de disfuncionalidad y sufrimiento a quienes la padecen y/o a su entorno. Esta alteración es considerada crónica y precisa de un tratamiento continuado y permanente, siendo la medicación fundamental para mantener controlados los síntomas del paciente y mantener al sujeto estable y sin brotes psicóticos.

Sin embargo, son muchas las personas con esquizofrenia que incumplen el tratamiento farmacológico prescrito a lo largo del tiempo. ¿Por qué mucha gente con esquizofrenia deja de medicarse? A lo largo de este artículo vamos a ver algunos de los motivos más frecuentes para ello.

La esquizofrenia: un trastorno considerado crónico

La esquizofrenia es un trastorno mental de tipo psicótico cuyo diagnóstico requiere la presencia durante al menos seis meses de síntomas tales como alucinaciones, delirios, alteraciones del habla (estando como mínimo uno de estos tres presente) junto a otras alteraciones como inquietud motora, catatonia, alogia o empobrecimiento del pensamiento, aplanamiento afectivo o abulia.

El padecimiento de este trastorno supone una gran alteración en el día a día de la persona, afectando a todos o casi todos los ámbitos vitales tales como la interacción personal, la pareja, el trabajo, los estudios o el ocio. Es posible que algunos de estos sujetos no sean conscientes de la presencia de alteraciones o que no las consideren como tales sino como parte de su realidad, pero por lo general supone sufrimiento tanto para gran parte de quienes la padecen como para sus familias.

Se trata de un trastorno que puede presentar muy diferentes cursos dependiendo de la persona y el tipo de sintomatología que presente. Sin embargo, estamos ante un trastorno crónico para el que no se dispone en la actualidad de una cura, centrándose el tratamiento en el control de los síntomas. Dicho tratamiento, de cara a mantener la estabilidad del paciente, requiere ser continuado a lo largo de la vida del sujeto. En gran medida, parte del bienestar que se puede llegar a gozar depende del uso de estos fármacos.

Motivos que llevan a la gente con esquizofrenia a dejar la medicación

Pese a que por norma general se pone una gran atención a dejar clara la necesidad de un tratamiento continuado, un gran porcentaje de las personas con esquizofrenia decide dejar de tomar la medicación o no se ajusta a las pautas indicadas por los médicos. De hecho, diferentes estudios indican que menos de la mitad siguen dichas pautas médicas tal y como se indica (algunos por defecto, otros por exceso). Se calcula que de entre las personas que abandonan el 25% lo hace durante los primeros diez días, la mitad al año y 75% a los dos años. ¿Por qué? A continuación indicamos una serie de motivos por los cuales es frecuente el abandono de la terapia farmacológica.

1. No conciencia de enfermedad

Uno de los motivos que pueden llevar a una persona con esquizofrenia a no tomar la medicación, especialmente en las fases iniciales tras el diagnóstico, es la ausencia de conciencia con respecto a su trastorno. No saber qué tienen o no tener capacidades para reconocer la existencia de alteraciones (por ejemplo, pacientes con deterioro cognitivo) hace que no se considere la posibilidad o necesidad de consumir fármacos.

Estos pacientes pueden tomar la medicación en un momento dado por inercia o por prescripción médica inicial, pero terminar por abandonarla al considerar que su consumo no tiene sentido.

2. Reacción de pánico o huida ante el diagnóstico

Ser diagnosticado de un trastorno mental, especialmente uno considerado crónico como la esquizofrenia, es algo muy duro y difícil de asumir. No es raro que en los momentos iniciales aparezca una negación del diagnóstico y un rechazo profundo a la idea de medicarse o tratarse, como si hacerlo supusiera aceptar que se tiene esa enfermedad. Ello puede provocar que personas diagnosticadas de este trastorno se nieguen a empezar a medicarse o que, aunque hayan empezado a hacerlo, de repente decidan dejarla. Al igual que en el caso anterior, esto es especialmente frecuente en los primeros momentos tras el diagnóstico.

3. Alteraciones producidas por el propio trastorno

En algunos pacientes, el propio trastorno puede generar el abandono de la toma de medicación. Por ejemplo, un sujeto paranoide puede empezar a ver el hecho de medicarse como una prueba de que está intentando ser envenenado o controlado externamente y reaccionar aversivamente a ello. Si bien los efectos de la medicación en principio aliviarían los síntomas psicóticos, la adquisición de tolerancia o la falta de efectividad de un medicamento en un caso concreto puede provocar que aparezca sintomatología alucinatoria que generara dicho rechazo.

4. Reactancia

Otro de los posibles motivos por los que alguien puede llegar a dejar de medicarse es su reactividad a la idea de estar obligado a tomársela. Ello puede darse en pacientes que son obligados inicialmente a tomar la medicación o bien en personas que sienten rechazo a la idea de tener que tomarse algo de por vida, reaccionando con aversión a dicha idea y propiciando que terminen por abandonar la medicación. También puede darse reactancia o incluso miedo a la idea de depender de la toma de pastillas el resto de su vida.

5. Efectos secundarios

El principal y más frecuente motivo que lleva a una persona con esquizofrenia a dejar de medicarse es la existencia de efectos secundarios provocados por la medicación. Y es que muchos de los antipsicóticos y fármacos empleados pueden generar graves molestias en quienes los utilizan, especialmente cuando hablamos de los neurolépticos clásicos. Algunos de los más habituales son la somnolencia y sedación, junto al aumento de peso.

Entre ellos podemos encontrar el surgimiento de problemas motores tales como la aparición de acatisia o inquietud motora, discinesias, movimiento incontrolables o incluso temblores de tipo parkinsoniano. En ocasiones se añaden antiparkinsonianos a la medicación a tomar precisamente por este motivo. También pueden generar síntomas de tipo sexual, como ginecomastia, galactorrea (expulsión de leche por los pechos independientemente del sexo), amenorrea o disfunción eréctil. También pueden aparecer mareos, alteraciones gastrointestinales, taquicardias y otras alteraciones como una elevación del nivel glucémico en sangre (facilitando la aparición de diabetes). En algunos casos incluso pueden surgir problemas más peligrosos, como el síndrome neuroléptico maligno o la agranulocitosis (que pueden llegar a ser mortales).

6. Somnolencia y disminución de capacidades

Si bien forma parte de los efectos secundarios anteriormente mencionados, se ha separado este elemento debido a su gran prevalencia entre los pacientes que deciden dejar de medicarse. Y es que uno de los motivos por los que más personas deja de medicarse es la sedación que muchos de estos fármacos producen, que a su vez genera repercusiones en una gran cantidad de dominios vitales.

Aunque el fármaco puede tener los síntomas de la esquizofrenia bajo control, muchos pacientes indican tener problemas para concentrarse o rendir mentalmente, así como fatigarse y estar somnoliento durante gran parte del día. También se ha mencionado una disminución de la creatividad, de la energía y de las ganas de hacer cosas. Ello puede generar alteraciones en la vida familiar, en el ocio o en el trabajo.

6. Falta de efectividad

No todos los medicamentos funcionan igual en todos los casos, existiendo incluso la posibilidad de que algunos fármacos no presenten efectividad en el tratamiento de algunos casos o que el sujeto sea resistente a ellos. Si bien el procedimiento a seguir sería modificar la dosis o el fármaco, algunos pacientes pueden sentirse desesperanzados y abandonar el tratamiento.

7. Mejoría estable

Un motivo de que algunas personas dejen de medicarse, tanto en la esquizofrenia como en otros trastornos (por ejemplo, es común en la depresión o el trastorno bipolar), la ausencia más o menos estable de sintomatología evidente durante un periodo relativamente prolongado de tiempo. El sujeto puede pensar que ya ha superado el problema y que ha dejado de ser necesario tomar dicha medicación, habiéndose curado ya con la medicación previa. Desafortunadamente, los síntomas suelen terminar reapareciendo con el tiempo o con la presencia de estresores.

La importancia de la adherencia al tratamiento

Los motivos anteriormente descritos son múltiples y, en muchos casos, entendibles. Sin embargo, la esquizofrenia es un trastorno que genera una gran disfuncionalidad en la vida de quien la padece si no es tratada, tanto en la vida de la persona como en su entorno. Es necesario emplear un tratamiento continuado a lo largo del tiempo. Se hace imprescindible para los profesionales que traten a los pacientes con este trastorno realizar psicoeducación para el paciente y su entorno, explicando su funcionamiento, la necesidad de medicarse y presentan una elevada adherencia al tratamiento, los riesgos de no hacerlo y dar espacio a la expresión de miedos, dudas, pensamientos, sentimientos y preguntas.

Si un fármaco no fuera efectivo o tuviera efectos secundarios muy graves es posible buscar diferentes alternativas y sustancias que puedan sustituirla. También se dispone de presentaciones depot intramusculares que hace que muchos sujetos no tengan que tomar medicación de forma frecuente (cosa que solucionaría una aversión a un consumo de fármacos frecuente o al olvido real de las dosis y necesidad de tomar la medicación), e incluso algunos preparados como el palmitato de paliperidona que pueden inyectarse mensualmente (o en algunos casos incluso trimestralmente).

Ello no es óbice para que no se sigan investigando nuevos fármacos y alternativas que permitan hacer frente a este trastorno de una manera menos aversiva. De hecho, fue dicha preocupación la que generó la exploración e investigación que llevó al surgimiento de los antipsicóticos atípicos o de segunda generación, así como a numerosos avances que hoy en día se aplican.

Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en Psicología Clínica

Barcelona

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

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