La genética conductual es una ciencia que estudia cómo nuestros genes influyen en el comportamiento y en el desarrollo de nuestros rasgos psicológicos y conductuales.
Mediante estudios comparativos con gemelos y niños adoptados, los expertos en este campo científico se esfuerzan por comprender los mecanismos genéticos implicados en la conducta y en diversas enfermedades.
En este artículo te explicamos qué es la genética conductual y qué estudia, cuáles son sus antecedentes históricos, sus métodos de estudio y los principales hallazgos surgidos de esta disciplina científica.
Genética conductual: ¿qué es y qué estudia?
La genética conductual, también denominada genética del comportamiento, es una disciplina científica que se encarga de estudiar la influencia de la composición genética en el comportamiento y la interacción entre la herencia y el medio ambiente en la medida en que afectan a la conducta.
Hoy en día sabemos que la gran mayoría de los comportamientos estudiados en psicología se ven afectados por la genética particular del individuo en cuestión, por lo que no interesa tanto saber si los genes son importantes o no, sino más bien estudiar en qué medida afectan a una conducta específica.
En este sentido, la genética conductual trata de responder a preguntas como: ¿De qué manera interaccionan genes y entorno para influir en las conductas? ¿Qué genes específicos son los responsables? ¿Cuál es su mecanismo de acción? El campo de esta disciplina avanza rápidamente, ya que cada vez tenemos mejores medios tecnológicos para observar y estudiar a fondo los genes que intervienen en cada comportamiento.
Antecedentes históricos
La genética de la conducta o, al menos, el estudio de la relación entre el comportamiento y la genética, ha sido objeto de interés de numerosos investigadores desde finales del S.XIX.
Fue el polímata inglés, Francis Galton (primo de Charles Darwin), el pionero en la investigación con gemelos y en el uso de muchos de los métodos estadísticos de análisis que se utilizan actualmente. Este científico llevó a cabo los primeros estudios sistemáticos con familias, demostrando cómo ciertos rasgos comportamentales podían transmitirse y heredarse de padres a hijos.
En los años 60, diversas publicaciones basadas en estudios de gemelos y adopción pusieron encima de la mesa la importancia de los factores genéticos con relación al coeficiente de inteligencia y algunas patologías psiquiátricas como la esquizofrenia. La polémica surgida a raíz de los artículos publicados por el psicólogo Arthur Jensen, quien sugirió que las diferencias en inteligencia estaban mediadas por la raza, sirvió también como acicate para que la genética conductual siguiera desarrollándose como disciplina.
Pasados los años más polémicos, la disciplina pasó de estudiar las diferencias raciales a centrarse en la influencia de los factores genéticos en las diferencias individuales basadas en constructos como la personalidad, las capacidades cognitivas o la psicopatología. Ya en los años 80, la genética conductual se estableció como disciplina científica en toda regla, y la comunidad científica apoyó la importancia de la herencia en la explicación de los niveles de inteligencia, medida con un indicador como el coeficiente intelectual.
En la actualidad, las investigaciones científicas relacionadas con la genética conductual cada vez son más abundantes, gracias al trabajo de multitud de científicos coordinados en proyectos como el Proyecto Genoma Humano, en el que durante quince años se investigó la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN y se identificaron cerca de 25.000 genes del genoma humano.
Robert Plomin, uno de los genetistas más destacados, ha sugerido que en los próximos años se identificarán los genes responsables de la heredabilidad de la conducta y podremos empezar a trazar las rutas que van de los genes al cerebro, y del cerebro a la conducta. Además, el científico insiste en que la genética de la conducta es la disciplina científica que mejor interpreta la importancia del ambiente a la hora de explicar las diferencias individuales.
Métodos de estudio
En la genética conductual, los métodos genéticos cuantitativos se utilizan para estimar el efecto neto de los factores genéticos y ambientales en las diferencias individuales en cualquier rasgo complejo, incluidos los rasgos comportamentales. Además, los métodos genéticos moleculares se emplean para identificar los genes específicos que son responsables de una determinada influencia genética.
La investigación se realiza tanto en animales como en humanos; sin embargo, los estudios que utilizan modelos animales tienden a proporcionar datos más precisos que las investigaciones realizadas en humanos, ya que tanto los genes como el medio ambiente pueden manipularse y controlarse en laboratorio.
Debido a la imposibilidad de manipular los genes y el entorno en investigación con humanos, se suelen usar dos métodos cuasiexperimentales para detectar la influencia genética en las diferencias individuales en rasgos comportamentales; el método de los gemelos, basado en la comparación de gemelos monocigóticos (son genéticamente idénticos entre sí y provienen del mismo óvulo) y dicigóticos (se desarrollaron a partir de dos óvulos fertilizados al mismo tiempo).
En los estudios de gemelos, si estos son monocigóticos son significativamente más similares que los dicigóticos significa que los genes juegan un papel determinante en el rasgo comportamental; es decir, en la medida en que la variabilidad conductual es causada por factores ambientales, los gemelos dicigóticos deben ser tan similares para el rasgo en cuestión como los gemelos monocigóticos, ya que ambos tipos de gemelos son criados por los mismos padres en el mismo lugar y al mismo tiempo. . Otro método de estudio es el de adopción, en el que se realiza un diseño cuasiexperimental basado en que los niños adoptados son separados tempranamente de sus padres biológicos, por lo que es posible estudiar los efectos por separado de la naturaleza y la crianza. Uno de los estudios más destacados se llevó a cabo en 1966 por el genetista Leonard Heston, demostrando que los niños adoptados lejos de sus madres biológicas esquizofrénicas tenían la misma posibilidad de desarrollar la enfermedad (alrededor del 10%) que los niños criados por sus madres biológicas con esquizofrenia.
Principales hallazgos científicos
Mediante el uso de diseños genéticamente sensibles, como los estudios de gemelos o los estudios de adopción, las investigaciones en genética conductual han generado diversos hallazgos científicos a lo largo de los años. A continuación, se exponen los principales descubrimientos.
1. Todos los rasgos psicológicos muestran una influencia genética significativa
Los rasgos psicológicos han mostrado de forma consistente una influencia genética significativa en los estudios realizados, lo que ha llevado a que se describa la primera “ley” de la genética del comportamiento.
2. No existe ningún rasgo 100% heredable
Aunque las estimaciones de heredabilidad son significativamente mayores que 0%, también son significativamente menores que 100%. Los porcentajes de heredabilidad son importantes, generalmente de entre el 30-50%, pero muy lejos del 100%.
3. La heredabilidad es causada por el efecto pequeño de muchos genes
Los estudios científicos demuestran que son muchos los genes que afectan a rasgos complejos, como ocurre con el comportamiento. Si solo unos pocos genes fueran responsables de la heredabilidad de un rasgo, las líneas seleccionadas se separarían después de algunas generaciones y no divergirían más en las siguientes generaciones.
4. La heredabilidad de la inteligencia aumenta a lo largo del desarrollo
En numerosas investigaciones se ha comprobado que la heredabilidad de la inteligencia (de forma consistente durante más de tres décadas) aumenta linealmente a lo largo de la vida. Un hallazgo realizado en análisis longitudinales y transversales, así como en estudios de adopción y gemelos.
5. La mayoría de los efectos del ambiente no son compartidos por niños que crecen en la misma familia
Aunque, a priori, podría parecer que crecer en la misma familia hace que los hermanos sean psicológicamente similares, lo cierto es que en la mayoría de las dimensiones del comportamiento y en el desarrollo de trastornos psicológicos, es la genética la responsable de la similitud entre hermanos.
Aunque los efectos ambientales pueden tener una influencia importante, éstos no desencadenan que los hermanos que crecen en la misma familia sean parecidos en sus rasgos comportamentales.
Referencias bibliográficas:
-
Gómez, P. (1995). La determinación genética del comportamiento humano. Una revisión crítica desde la filosofía y la genética de la conducta.
-
Plomin, R. 1990. Nature and nurture. An introduction to human behavioral genetics. Pacific Grove, California, Brooks/Cole Publishing Company
-
Plomin, R., DeFries, J. C., McClearn, G. E., Pezzi, L., & Flores, E. A. (1984). Genética de la conducta. Alianza Editorial.
Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad