No confundamos la psicología positiva con la necesidad de ser felices constantemente, evitando sentimientos de tristeza y melancolía. De hecho, la psicología positiva considera que las emociones negativas son cruciales para aprender y crecer como persona. Por tanto, al escuchar este término, no debemos relacionarlo con un mundo perfecto, o un mundo donde “todo es color de rosa”.
La psicología positiva nace por la necesidad de cambio que Martin Seligman manifestó al ver que los profesionales de la psicología tradicional se centraban exclusivamente en eliminar todo aquello que nos genera un malestar psicológico. Seligman quiso ir un paso más allá, buscando eliminar la incomodidad de los sentimientos negativos, pero potenciando el bienestar ejercitando la felicidad, la autoestima y el optimismo. Según él, encontró la combinación perfecta para mejorar la calidad de vida de las personas.
Actualmente, se define la psicología positiva como el estudio científico que tiene como objetivo final el desarrollo de actitudes positivas para poder vivir una vida plena, fluida y así prevenir patologías de la salud mental. En otras palabras, estudia cómo favorecer las fortalezas y virtudes del carácter del ser humano, tales como la alegría, el sentido del humor, la motivación, el optimismo, etc.
Existen evidencias científicas que respaldan el desarrollo de sentimientos positivos con beneficios en cuanto a la salud física y mental de los individuos. Por consiguiente, se puede afirmar que la psicología positiva tiene un gran peso en el bienestar personal. En el artículo de hoy, analizaremos esta relación en profundidad para poder comprender las distintas opiniones de los expertos en dicho tema.
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¿Qué es la psicología positiva?
Como hemos comentado, la psicología positiva se centra en usar las fortalezas que cada persona tiene, para incrementar su bienestar personal. Se basa en la idea de subrayar lo que sí tiene la persona, aquello que está haciendo bien. Quizás muchos de nosotros hemos sentido que el tener una actitud positiva ante situaciones desagradables o inesperadas, ayuda a aumentar los recursos cognitivos, físicos y sociales. Pues al fin y al cabo, es esto el pilar más importante de la psicología positiva: utilizar las emociones agradables para poder afrontar de una forma autónoma y eficaz situaciones que provocan estrés o malestar.
Seligman, el padre de esta rama, quiso romper con la perspectiva psicológica tradicional y propuso enfocarse en las emociones positivas para ayudar a los individuos a ser plenamente felices. No obstante, nos gustaría aclarar que esta disciplina no supone una ruptura con otros enfoques psicológicos, sino que aporta una perspectiva integradora y complementaria en los ámbitos educativos, clínicos y laborales.
Finalmente, cabe destacar que la psicología positiva se basa en el método científico. Es decir, los modelos y ejercicios que se ponen sobre la mesa en esta disciplina, han sido validados y demuestran su eficacia en la población. Los resultados obtenidos no se deben al azar ni al efecto placebo.
¿Qué es una fortaleza?
Tanto que estamos comentando sobre sacar el lado positivo de cada persona para conseguir un estado óptimo de salud mental, hablemos del concepto de fortaleza que propuso Seligman. Una fortaleza se define como una característica psicológica que se puede ir adquiriendo a lo largo de la vida y se presenta ante distintas situaciones de la vida cotidiana.
Quizás se pueda confundir fortaleza con capacidad. La primera se puede mejorar y se requiere de voluntad propia. Para la segunda, es necesario que haya una base para poder mejorarlas y ocurre de forma natural y automática. Tras aclarar la diferencia, veamos cuáless son las 24 fortalezas que distinguía Seligman, englobadas en 6 virtudes o categorías:
- Sabiduría y conocimiento: nos llevan a buscar y compartir el conocimiento con otros. Fortalezas: curiosidad, amor por el aprendizaje, pensamiento crítico, ingenio y perspectiva.
- Coraje: dejando de lado la oposición interna y/o externa, el coraje se considera una fortaleza emocional enfocada a conseguir nuestras metas. Fortalezas: valentía, perseverancia, integridad y vitalidad.
- Humanidad: crear relaciones interpersonales que implican afecto y cuidado hacia los demás. Fortalezas: capacidad de amar y ser amado, bondad e inteligencia personal y social.
- Justicia: determinar de forma objetiva los derechos y responsabilidades éticas y morales hacia los demás. Fortalezas: civismo, sentido de la justicia, liderazgo y capacidad de perdonar.
- Moderación: es una fortaleza relacionada con la protección contra los posibles excesos. Fortalezas: humildad, prudencia y autocontrol.
- Trascendencia: la capacidad para conectar con lo que nos rodea y proveernos de un sentido más profundo de significado y propósito en la vida. Fortalezas: apreciación de la belleza, gratitud, esperanza, sentido del humor y espiritualidad.
¿Qué significa el bienestar personal?
En definitiva, el objetivo final de la psicología positiva es impulsar el bienestar personal y fomentar la salud mental. Para poder comprender el significado de bienestar personal, traemos la Teoría de Bienestar que propuso Martin Seligman. En esta teoría se encuadran los siguientes elementos:
- Positive Emotions: Las Emociones positivas.
- Engagement: Compromiso.
- Relationships: Relaciones Interpersonales.
- Meaning: Significado. Conexiones con otros.
- Achievements: Logros.
Lo más destacable de esta teoría es que reconoce el bienestar personal con aspectos emocionales, psicológicos sociales y espirituales. Quizás te recuerde a la definición de salud mental que otorga la Organización Mundial de la Salud (OMS): “estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Relación entre la psicología positiva y el bienestar personal
Los resultados que se obtienen de los estudios realizados afirman que el desarrollo del bienestar personal y la felicidad se relacionan positivamente con la promoción de la salud física, mental y social. Además, ayuda a la prevención de conductas de riesgo como el abuso de tabaco, drogas, tecnologías, juegos, y a su vez, disminuye la violencia verbal y física. Por último, esta disciplina también ha demostrado ser efectiva para mejorar la sintomatología ansiosa y depresiva.
La psicología positiva es consciente de la gran diversidad del ser humano y que, por ello, no existe una sola forma de ser feliz. Para poder llegar a la mayor cantidad de personas posibles, esta rama de la psicología analiza miles de personas y concluye que es lo que aporta más felicidad a la población.
Gracias a las investigaciones en este ámbito, se ha descubierto que uno de los factores más importantes es el optimismo. El optimismo es una de las fortalezas que proporciona mayor bienestar y se encuentra estrechamente relacionada con las expectativas del futuro. Tal es su influencia en el bienestar personal que se ha descubierto que aquellas personas con serios problemas de salud que presentan una mirada optimista tienen una vida más prolongada y reportan mejor calidad de vida. En contraposición, las personas pesimistas tienden a tener una vida más corta, y mantienen relaciones interpersonales más inestables y menos satisfactorias.
Otro tema de gran interés dentro del estudio de la psicología positiva, es el concepto de flow. El Dr. Csikszentmihalyi es el autor de este término y hace referencia a que las personas con capacidad de fluir sienten claridad y tranquilidad y no son conscientes del paso del tiempo. Simplemente disfrutan del momento, de la actividad, y son ajenos a las preocupaciones de la vida cotidiana. Llegar a este punto requiere un autoconocimiento importante y se produce cuando se consigue el equilibrio entre el nivel de dificultad que presenta la tarea y las habilidades que tiene uno para resolverla de forma adecuada. Si no se tienen las suficientes herramientas, la actividad genera ansiedad; y si resulta demasiado fácil, genera aburrimiento o apatía.
En relación al bienestar personal y la psicología positiva, la resiliencia es un concepto interesante que merece la pena analizar. Cuando ocurre una tragedia, hay personas que se obsesionan con lo ocurrido y entran en un estado depresivo, pero hay otras que son capaces de sobrellevar el dolor abrumador de estas situaciones. Para esta rama de la psicología, el humor y las emociones agradables son factores clave para la resiliencia. De hecho, existen investigaciones que demuestran que aquellas personas que utilizan las emociones positivas en momentos difíciles de la vida nunca pierden la capacidad de ver que las cosas pueden mejorar en un futuro. Al trabajar dichas emociones, las personas resilientes sienten que los sentimientos negativos hay que vivirlos, pero sobre todo, aprender y sacar fuerza de ellos.
El seguir investigando acerca de la relación entre bienestar personal y la psicología positiva puede dar lugar a desarrollo de programas de asesoramiento e intervención que ayuden a llevar un estilo de vida saludable, tanto del punto de vista físico, psicológico, social y espiritual. Aclaramos esto ya que en relación con la salud, la prevención es sumamente importante y no debe dejarse de lado ya que el futuro de la población depende en gran parte de ello.
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