La pirámide de Maslow es uno de los modelos psicológicos más conocidos y difundidos en lo relativa a la psicología de las necesidades y las motivaciones.
Esta jerarquía de necesidades, formulada a mediados del siglo XX, establece una serie de requerimientos que deben ser satisfechos en orden ascentente, de los más básicos a los más elevados, y que va desde las necesidades fisiológicas a las de autorrealización. En este artículo hablaremos sobre uno de los niveles intermedios: las necesidades de estima.
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¿Qué son las necesidades de estima según Maslow?
Abraham Maslow fue un psicólogo conocido especialmente por ser uno de los impulsores de la denominada Psicología Humanista, un paradigma que pone especial énfasis en los aspectos privados, subjetivos y emocionales de la experiencia humana y la consciencia.
Esta corriente, además, se centraba en llevar a las personas hacia su potencia, y no tanto en intervenir sobre problemas de salud mental u otras alteraciones que causan un malestar específico expresado en síntomas. Por ello, resultaba importante saber cómo delimitar los objetivos y metas hacia las que deben mirar los individuos para alcanzar su desarrollo personal.
La jerarquía de las necesidades de Maslow, que suele ser representada en forma de triángulo o pirámide, es un esfuerzo por lograr este propósito, y establece varios tipos de áreas del bienestar psicológico y físico a cubrir: necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad, necesidades de afiliación, necesidades de estima o reconocimiento, y necesidades de autorrealización.
A modo de resumen inicial, podemos decir que las necesidades de estima son aquellas que tienen que ver con el hecho de contar con el respeto de los demás y de uno mismo, un buen estatus social, la posibilidad de que otros depositen su confianza en nuestras manos y, en general, contar con una serie de ventajas que se expresan en las relaciones personales y en el trato que nos dan los demás, incluso si no pertenecen a nuestra familia o círculo de amigos más cercanos.
Todo ello repercute en uno de los constructos psicológicos más importantes para la Psicología Humanista: la autoestima, o evaluación que se hace de uno mismo en cuanto a habilidades, talentos, potencial, etc. Veamos con algo más de detalle cuáles son sus componentes y qué hay que hacer para satisfacer las necesidades de reconocimiento.
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Componentes de las necesidades de reconocimiento
Si bien cada individuo experimenta como un todo sus relaciones personales, desde el punto de vista de la psicología es posible subdividir el concepto de las necesidades de estima para ver qué clase de interacciones y de capital social lo constituye.
Así, poniendo la lupa en este nivel de la pirámide de Maslow, encontramos los siguientes elementos.
1. Respeto de los demás y mejor autoestima
Los seres humanos estamos hechos para convivir con los demás en grupos sociales relativamente grandes, cuyos límites son a veces tan lejanos que son difíciles de definir. Esto hace, entre otras cosas, que la imagen que tengamos de nosotros mismos esté formada en gran parte por la manera en la que percibimos que nos ven los demás.
Por eso, la autoestima no existe como algo aislado e independiente, sino que surge también a partir de la interacción con los otros. Y, por otro lado, no contar con el respeto de los demás hará más probable que se desarrolle una baja autoestima, lo cual tiene un impacto directo en la calidad de vida del sujeto y su propensión a exponerse a interacciones sociales.
2. El capital social
Que los demás tengan una actitud favorable ante uno hace que sea más fácil contar con su apoyo, tanto en situaciones en las que se necesita su ayuda para evitar una situación dañina como para emprender proyectos conjuntamente con los cuales, gracias a la colaboración, se mejora los estándares de vida de uno mismo.
Esta mejora de la calidad de vida se plasma en la vida pública (las relaciones con un círculo amplio de personas) y también privada (bienes materiales privados), por lo cual esta necesidad se relaciona con otras.
3. Mayor capacidad de ayudar a otros
Cuando las necesidades de estima y reconocimiento están cubiertas, es más frecuente que de manera espontánea los demás pongan su confianza en nosotros, lo cual nos permite ayudarles y orientarnos así hacia nuevos objetivos y situaciones motivadoras que nos hacen sentir bien.
Tipos de necesidades de estima
Abraham Maslow estableció otra pequeña clasificación dentro del concepto de necesidades de estima, al distinguir entre estima alta y estima baja (no confundir con alta o baja autoestima).
Estima alta
La estima alta tiene que ver con la estima orientada a uno mismo: la auto-valoración o autoestima. Tener bien atendida esta área de nuestro bienestar nos hace disfrutar de confianza en uno mismo, orientación hacia la autonomía y la independencia, el creer que podemos llegar a nuestros objetivos, etc.
Estima baja
La estima baja no está relacionada con la autoestima de un modo tan directo como la anterior categoría, dado que se basa en el respeto que nos tienen el resto de personas (respeto no en un sentido intimidatorio). Así, tener cubierta esta necesidad específica implica contar con buena reputación y estatus social, lo cual se traduce en numerosas ventajas en la vida pública y privada.
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