El fenómeno de la ansiedad, que se puede identificar como un exceso de futuro en el cual tenemos dificultad para centrarnos en el presente, ha aumentado sobre todo en lo que se refiere a la infancia que retoma sus clases de forma presencial en el retorno a la presencialidad. No es extraño que lleguen a la consulta niños y adolescentes con diversas dificultades tanto a nivel escolar como en el espacio de la casa, donde se presentan síntomas tales como irritabilidad, problemas de concentración, problemas en la higiene de sueño, ataques de ira y también síntomas físicos tales como tensión muscular, molestias estomacales, sudoración, dificultad para respirar.
El trastorno de ansiedad generalizada en la infancia (TAG)
Estos son algunos de los síntomas más comunes pertenecientes al trastorno de ansiedad generalizada en la infancia o TAG, y además de el efecto del retorno a la presencialidad, donde es probable que el niño, niña o adolescente se haya encontrado en un espacio de mayor confort, tranquilidad y comodidad al mantener sus clases de forma online desde sus casas, o por el contrario haya significado un alto nivel de exposición e incomodidad el estar presente frente a sus compañeros en clases diariamente.
Sin embargo, existen otras dificultades que se pueden presentar en este rango etario además del fenómeno mencionado, tales como el acontecimiento de un hecho cargado de altos niveles de estrés, tales como la pérdida de un familiar o ser querido, el divorcio de los padres, así como cambios importantes en la vida de la persona, como cambiarse a vivir a otra ciudad, ingresar a un nuevo establecimiento educacional, y antecedentes de abuso presentes en el niño, niña o adolescente.
¿Cómo se realiza la terapia?
Ahora, respecto al proceso de psicoterapia que se puede realizar para esta temática, el psicoterapeuta inicialmente se encargará de reunir la mayor cantidad de antecedentes posibles de la situación actual del paciente, recurriendo a entrevistar a este, así como al adulto que lo acompañe y, en caso de ser necesario, se realizará una anamnesis del niño, niña o adolescente.
Dentro de los elementos que se podrá trabajar, una vez se establezca un marco comprensivo de los elementos ansiosos en la vida de la persona, se podrán desarrollar diversas estrategias de trabajo, tales como ayudar al niño a comprender en cuanto a los pensamientos, visiones e ideas que pueda presentar respecto a los factores de estrés que le estén aquejando en la actualidad, ya sea sus propias experiencias de vida o comportamientos de otras personas que pueden estar afectándole.
Además, se puede trabajar entorno a reconocer y reemplazar los pensamientos que generan pánico para ayudar a la persona a que logre establecer un margen de control y abordaje respecto a aquellas temáticas que le afectan, de forma que pueda contar con un cierto control de los episodios ansiosos.
También el apoyo farmacológico puede ser un complemento favorable a la psicoterapia que ayude a controlar los cuadros ansiosos, donde se pueden incluir antidepresivos y ansiolíticos de diverso espectro según la sintomatología presente. Los tratamientos a su vez pueden ser ya sea a corto o largo plazo.
Además, es importante considerar que en algunos casos que la sintomatología presente se comience a agudizar en el niño, niña o adolescente, esta puede presentar comorbilidad con otras patologías de salud mental tales como la depresión y el abuso de sustancias, esta última como una forma de sobrellevar aquellas situaciones que generan mayores niveles de ansiedad.
Conclusiones
Ahora, ¿cuándo es necesario que los padres o adulto responsable lleven a su hijo a psicoterapia? No existe una única respuesta para esa pregunta, ya que dependerá de la sintomatología, la evolución de esta, el tiempo en que esta se encuentra presente en la vida y cuando comenzó a afectar significativamente en su quehacer diario, el apoyo o no que pueda estar recibiendo, entre otros factores.
Sin embargo, elementos básicos que se pueden considerar además de la sintomatología presentada, está en considerar que las estrategias que se han adoptado como familia, así como los recursos propios del niño, niña o adolescente son insuficientes para afrontar el cuadro ansioso diariamente y requiere de una ayuda externa, que como se menciona, se puede establecer a través de psicoterapia y farmacología, siempre en un trabajo articulado para generar mayores resultados.
Asimismo, la evolución del TAG dependerá tanto de los factores mencionados, el desarrollo de recursos de afrontamiento en la persona y también un elemento muy importante que abordare en un próximo documento, que es el cortisol, que se relaciona también con la presencia del estrés.
Sin embargo, y a modo de conclusión, la evolución del cuadro de trastorno de ansiedad generalizada infantil dependerá de múltiples elementos, tales como la gravedad de la sintomatología presente, lo cual podrá definir un tratamiento, de corto mediano a largo plazo.