Las emociones son la forma en la que los seres humanos damos sentido y forma a nuestros sentimientos, sin ellas actuaríamos como una especie de autómatas. Las emociones son reacciones de nuestro organismo en respuesta a las cosas que vemos o experimentamos.
La causa de las emociones suele ser identificable para nosotros mismos y normalmente esta sensación se presenta durante un periodo de tiempo limitado. Al principio la emoción puede manifestarse de forma intensa, pero a medida que continuamos experimentándola, su fuerza disminuye.
Algunas personas reprimen sus emociones de forma habitual esperando a que desaparezcan. Pero lejos de ser una buena práctica, contener nuestras emociones de manera sistemática no disminuye su intensidad; más bien, puede ponernos en riesgo, ya que nuestras emociones y la forma en que las expresamos son cruciales para mantener nuestra salud física y mental.
Existen diferentes técnicas en el ámbito de la psicología cognitivo conductual que ayudan con la gestión de las emociones. En este artículo concretamente hablamos de la ventilación emocional, una nueva técnica psicoterapéutica que ayuda a expresar nuestros sentimientos y también de cómo aplicarla.
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¿Qué es la ventilación emocional?
La ventilación emocional es una técnica psicoterapéutica que permite dar una vía de salida a las emociones que tratamos de ignorar. A través de la ventilación emocional podemos expresar nuestros estados de ánimo y sentimientos, para evitar enfermar física o mentalmente.
El estrés, la ansiedad y otros problemas de salud mental, aparecen cuando no somos capaces de expresar lo que sentimos. El objetivo principal de la ventilación emocional es reducir los efectos nocivos que la represión emocional tiene sobre la salud. Esta técnica psicoterapéutica se sirve de diferentes procesos tanto físicos como mentales para ayudar a la aceptación y la expresión de los sentimientos. También hace uso de las afirmaciones positivas.
Si de niños crecimos en un ambiente donde las emociones no se expresaban con frecuencia, o donde mostrarlas se consideraba una debilidad, es muy probable que de adultos optemos por reprimirlas de forma habitual.
Además, también desde muy pequeños aprendemos cómo nuestras emociones afectan a nuestro entorno. Vemos que las personas que nos rodean responden de manera diferente cuando estamos felices o enojados, tristes o alegres. Las reacciones de nuestro entorno a nuestras emociones nos hacen clasificarlas como positivas o negativas, y así es como empezamos a ocultar, ya de niños, ciertos sentimientos que consideramos no válidos o defectuosos.
Pero a medida que crecemos, debemos entender que no existen las malas emociones. La naturaleza humana implica pasar por distintas emociones y aceptarlas, incluso las que consideramos negativas o están mal vistas según nuestra interpretación del mundo.
Disfrutar de una buena ventilación emocional significa aceptar todas nuestras emociones y ser capaz de expresarlas.
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¿Por qué reprimimos nuestros sentimientos?
Todos los seres humanos, sin excepción, pasamos por momentos malos a lo largo de nuestra vida. La pérdida, el fracaso, la frustración forman parte de la experiencia humana, estos momentos se acompañan de dolor, tristeza, ira, entre otros sentimientos considerados negativos. Algunas personas recurren de forma habitual a la represión como estrategia de afrontamiento para superar los momentos difíciles.
Estas personas a menudo ocultan y se evaden del dolor que experimentan, ya sea fingiendo que todo está bien o distrayendo sus mentes con otros pensamientos. Hacen lo posible por tratar de evitar las sensaciones desagradables que conllevan las experiencias negativas.
Sin embargo, ignorar u ocultar las emociones no las hace desaparecer, estas siguen en el interior. Las emociones que se ocultan o reprimen suelen encontrar la manera de manifestarse, a veces como síntomas físicos o incluso como episodio de ansiedad o depresión.
Si reprimimos nuestros sentimientos en nuestro interior, estos acabarán por salir de la peor forma posible. Al ser capaces de expresarlos, somos capaces de liberarnos de ellos. Esto no solo contribuirá a mejorar nuestro estado de ánimo, sino que está demostrado que hablar de los que nos pasa tiene beneficios en la salud general, tanto física como mental, además de mejorar la relación con el resto del mundo.
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¿Cómo podemos aplicar la Ventilación Emocional?
Existen muchas formas distintas de aplicar la ventilación emocional, la idea principal es que las personas sean capaces de expresar sus sentimientos y emociones a cualquier persona de su círculo íntimo que consideren que les puede entender. Esto no quiere decir que tengamos que compartir nuestro dolor con todo el mundo, sino que podemos elegir a alguien con quien tengamos una conexión y que sepamos que nos va a entender para liberarnos.
Sin embargo, algunas personas tienen miedo de dejar ir sus emociones porque temen ser juzgadas o porque no tienen un amigo disponible todo el tiempo. Si no hay nadie en nuestro entorno con el que nos sintamos cómodos compartiendo nuestras emociones, la autoexpresión también puede funcionar como ventana emocional.
Dedicar tiempo a validar nuestras emociones, entender de dónde vienen y escuchar lo que sentimos con calma y sin juicios puede también permitirnos descargar. En algunos casos, escribir puede resultar útil para liberar emociones, especialmente cuando estamos pasando por momentos difíciles.
Un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudarnos a procesar nuestros sentimientos y aceptarlos. Este especialista no solo practicará la escucha activa, sino que puede enseñarnos técnicas para realizar una mejor ventilación emocional, ayudándonos a comprender lo que sentimos y también por qué lo sentimos.
Como vemos, existen diferentes formas de liberarnos de nuestras emociones. La ventilación emocional puede realizarse oralmente, mediante el diálogo con un amigo o un terapeuta especializado, o de forma escrita, donde también puede intervenir una tercera persona o hacerse de manera individual mediante la autoexpresión, por ejemplo gracias a un diario.
Lo importante es que escojamos la opción que escojamos para expresarnos, no hay que olvidar que todas las emociones cumplen con una función específica, y el objetivo de la ventilación es darles espacio para poder liberarnos.
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Técnicas de ventilación emocional
Hay muchas formas de liberar emociones, y algunas son más beneficiosas que otras dependiendo de lo que se necesite. A continuación, veremos algunos ejercicios que pueden ser muy útiles para utilizar la ventilación emocional.
1. Identificar las propias emociones
La mayoría del tiempo las personas somos capaces de identificar lo que sentimos y las causas concretas de nuestras emociones. Pero frente a algunas situaciones complejas parece que perdemos esta capacidad perceptiva, por ejemplo podemos mostrar ira frente a una pérdida. En estos casos es importante tomarse un tiempo para identificar los verdaderos sentimientos, y explorar la situación para poder afrontarla de forma adecuada y recuperar nuestro bienestar.
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2. Aceptar las emociones
Aceptar y abrazar las emociones es una de las técnicas más efectivas de ventilación emocional. Permitirse sentir diferentes emociones, aunque estas sean negativas, es natural y necesario en la vida. Solo al aceptar que se tiene derecho a sentir cada emoción, es posible conseguir el equilibrio emocional.
Las personas que no se permiten sentir suelen ser bastantes autoexigentes consigo mismas. Por eso también es importante bajar el nivel de exigencia con uno mismo y permitirse ser un ser humano con todos sus sentimientos, incluidos los negativos.
3. Hablar con los demás
Una forma de liberarnos de nuestras emociones es hablando con los demás sobre lo que nos pasa. Pero esto solamente funcionará si nos sentimos escuchados y comprendidos. La escucha activa implica prepararse para escuchar, observar los mensajes no verbales y luego responder adecuadamente. Cuando esto ocurre, demuestra que nuestro interlocutor está prestando atención a lo que le decimos. Esta forma de escuchar demuestra una conexión mutua entre el hablante y el oyente.
4. Sacar las emociones
La ventilación emocional permite dar salida a las emociones que tratamos de ignorar. Algunas personas presentan más dificultades que otras para abrirse a los demás o mostrar sus emociones. En este caso, se pueden encontrar formas de liberar las emociones que no impliquen a terceras personas, por ejemplo, practicando algún deporte o encontrando una forma de expresión artística.
Para gestionar mejor las emociones, también se pueden utilizar distintas técnicas de relajación, como el yoga o la meditación mindfulness. Además, estas prácticas reportan grandes beneficios para la salud física y mental. Otra técnica para liberar emociones es mantener un diario personal. Los diarios ayudan a desahogar las emociones más profundas, permitiéndonos conocernos mejor y ayudándonos a ser más asertivos con nosotros mismos.
Por último, cada experiencia y cada emoción pueden ampliar la comprensión de las situaciones y de nosotros mismos. Apreciar lo que sentimos, e incluso la razón por la que nos sentimos así, aunque al principio no sea agradable, puede ayudarnos a comprendernos mejor, e incluso permitirnos superar los momentos difíciles con más facilidad. Expresar lo que nos pasa es necesario para nuestro bienestar emocional.
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