La oratoria es la capacidad de comunicar correctamente un mensaje frente a uno o más interlocutores empleando todas las habilidades y herramientas de las que uno disponga.
Para expresarse correctamente y con eficacia, las personas necesitan poner en práctica una serie de capacidades y habilidades sociales que se van desarrollando de manera natural durante su crecimiento o bien tienen que adquirirse en la edad adulta.
Ofrecer una buena imagen de nosotros mismos frente a las personas con las que nos estamos comunicando es esencial para que el mensaje llegue de la mejor manera posible y para que la audiencia tenga la mejor predisposición a escucharnos y entendernos.
La capacidad para desarrollarse en sociedad y expresarse de la mejor manera posible, ofreciendo una imagen positiva y deseable por parte de la audiencia, es uno de los principales requisitos a los que debe aspirar un buen orador.
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Consejos para expresarte bien ofreciendo una buena imagen
A la hora de tratar de oreer la mejor imagen de nosotros mismos, es común caer en el miedo a hacer el ridículo; esto es algo que les pasa sobre todo a las personas tímidas, pero que en determinados contextos le puede suceder a todo el mundo.
El problema es que en el ámbito de las relaciones personales, el miedo atrae al miedo, y si estamos convencidos de que haremos el ridículo, es posible que se nos auto-saboteemos y se nos dé peor hablar frente a los demás.
A continuación daremos un repaso por los mejores consejos que nos pueden servir para comunicar de la mejor manera, dando una buena imagen de uno mismo en las conversaciones cara a cara.
1. Mira a los ojos
El primer consejo que podemos tener en cuenta es el de mirar a los ojos de nuestro interlocutor a la hora de comunicar y expresar nuestras ideas, una de las pautas principales que debe seguir todo buen orador.
Mantener un contacto visual constante nos permite expresarnos con mayor claridad y conectar de manera más profunda con aquella persona a quien estamos comunicando nuestros planteamientos, ideas, visión, necesidades o aspiraciones.
Además de eso, mirar a los ojos de la otra persona no permite difundir una imagen de seguridad con nosotros mismos, cordialidad, amabilidad y voluntad de entendimiento.
2. No temas a los silencios
En el mundo de la oratoria los silencios no deben ser entendidos como situaciones incómodas que nos pongan nerviosos o nos hagan entrar en pánico, sino como elementos normales del discurso que deben ser utilizados a nuestro favor a la hora de compartir nuestro mensaje.
Los silencios durante la comunicación deben ser usados cuando realmente necesites pensar lo que quieres decir, sin dar muestras de ir con prisas, o bien cuando quieras crear algún tipo de efecto en la audiencia, como por ejemplo de suspense o sorpresa.
Los buenos oradores son aquellos que utilizan los silencios para adornar el discurso y que no tienen prisa para compartir todo lo que desean comunicar, algo que te hará presentarse como un experto en comunicación.
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3. Acostúmbrate a “hacer el ridículo”
La pérdida de la vergüenza es otro de los aspectos imprescindibles para llegar a ser un buen comunicador y lograr presentarnos dando buena imagen hacia los demás.
Por eso es importante hacer actividades que en otro contexto pueden ser consideradas ridículas pero que por tu actitud de confianza y sentido del humor pasan a no ser ridículas, sino una muestra de seguridad en uno mismo.
En definitiva, las personas más seguras de sí mismas y sobre todo las que mejor se comunican son aquellas que tienen menos miedo al ridículo y son capaces de participar en diversas situaciones de toda clase.
4. Aplica la escucha activa
La escucha activa es una habilidad social consistente en escuchar a alguien y además dejar claro a esa persona que la estamos escuchando en profundidad.
En resumen, la escucha activa te permite entender el mensaje literal que recibes de otra persona y también toda la información adyacente que se deriva de su discurso, es decir, la comunicación no verbal, el subtexto o las intenciones comunicativas que pueda tener el emisor.
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5. Lee mucho para enriquecer tu léxico
Los buenos oradores y en general las personas que poseen un vocabulario extenso y elevado coinciden en que es de vital importancia leer mucho para adquirir conocimientos y un léxico que nos ayude a matizar lo que queremos decir.
Enriquecer el propio léxico, además, te ayudará a comunicar y expresar mejor lo que quieres decir en cada momento, con mayor nivel de profundidad y sofisticación.
6. Sé organizado
A la hora de emitir cualquier mensaje, la organización resulta de extremada importancia, con el fin de que lo que vayamos a decir sea inteligible para los receptores.
La organización consiste en saber qué debemos decir y cuándo decirlo, y en organizar el propio discurso. A este respecto la coherencia y la cohesión de lo que se dice son imprescindibles para que el discurso pueda entenderse correctamente.
7. Adopta el registro de tu interlocutor
Adaptarse a las características del interlocutor también puede ser una forma de presentarse como una persona amigable y en general de dar buena impresión durante una conversación o diálogo de cualquier tipo.
El cambio de registro puede ir de formal a informal o viceversa, siempre adaptándonos al registro de la persona que tenemos enfrente.
Javier Ares Arranz
Javier Ares Arranz
Psicólogo especialista en Depresión, Ansiedad y Pareja.
8. Ten en cuenta el contexto
El mensaje que emitas siempre debe adaptarse al contexto en el que se da la conversación; esa es una norma básica en el campo de la oratoria y nos ayudará a presentarnos como personas más amables y con buena imagen.
Además de eso, adaptar el mensaje al contexto nos ayuda a dar significado a lo que decimos, ya que nos es lo mismo emitir un mensaje determinado en una negociación que en una reunión de amigos.