Las 3 diferencias entre discriminación, exclusión y opresión

Las claves para diferenciar entre los fenómenos sociales de exclusión, opresión y discriminación.

Las 3 diferencias entre discriminación, exclusión y opresión

Las palabras discriminación, exclusión y opresión suelen ser muy escuchadas en momentos en donde se lucha por la adquisición de derechos, denuncia de abusos por parte de los más poderosos y obtención de justicia social.

Si bien estos términos no son vistos como sinónimos, sí que sus definiciones se complementan en ciertos aspectos. Por ello a continuación veremos las diferencias entre discriminación, exclusión y opresión.

Principales diferencias entre discriminación, exclusión y opresión

Las palabras discriminación, exclusión y opresión son muy frecuentemente dichas en contextos en donde se realiza algún tipo de lucha para adquirir derechos o criticar el poder y privilegios de las clases más pudientes. Si bien estos tres términos no son usados de forma indistinta, sí que a veces puede suponer cierto grado de confusión. ¿Hasta qué punto la discriminación es opresión? ¿es la exclusión consecuencia de la discriminación?

Hay relación entre las tres, lo cual es interesante ver las principales diferentes entre discriminación, exclusión y opresión, no sin antes entender en profundidad qué quieren decir estos tres términos.

¿Qué es la discriminación?

La discriminación es el trato diferente hacia una persona o un grupo de ellas en base a su identidad social. Esta identidad está compuesta por diferentes factores, tales como la religión, la raza, la nacionalidad, el género, la orientación sexual, la edad, el nivel de estudios, el registro criminal y su estatus civil.

Si bien normalmente se entiende que discriminar es tratar a una persona de forma injusta por ser diferente, cabe decir que realmente la discriminación implica solamente el trato diferenciado, pudiendo ser o no negativo (p. ej., discriminación positiva).

En la mayoría de las ocasiones la discriminación suele ser el resultado de un prejuicio. Normalmente, este prejuicio implica creer que alguien es inferior o peligroso por el simple hecho de tener una característica que lo diferencia del resto, implicando ello la posibilidad de que se le trate de forma injusta. Esto puede provocar rechazo y exclusión, dos aspectos clave dentro de la discriminación que, a su vez puede evolucionar en opresión.

La discriminación puede tomar muchas formas. Por ejemplo, hay países en los que se asume que los hombres pueden realizar diferentes profesiones mientras que a las mujeres solo se les permite desempeñar unas muy concretas, como enfermería, enseñanza infantil u otras en las que lleven a cabo el papel de cuidadoras. Añadido a esto, las mujeres reciben salarios inferiores que los hombres. Aquí estaríamos ante un caso de discriminación de género, tratando a las mujeres de forma distinta a los hombres y en su perjuicio.

Otra forma en que la discriminación es el racismo. Creer que las personas son mejores o peores según su raza es un ejemplo clásico de discriminación que, si bien hoy en día ha sido bastante reducida en los Estados Unidos, hasta hacía no mucho era el principal motivo por el que los ciudadanos afroamericanos no podían usar libremente los cuartos de baños de los establecimientos ni tampoco sentarse donde quisieran en los buses.

Exclusión social

¿Qué es la exclusión?

La exclusión es la situación en la que se segrega, margina o separa a un individuo o grupo de ellos en base a alguna característica particular como puede ser su raza, religión, nacionalidad, ideología política, discapacidad o demás aspectos. Esta exclusión implica que determinados individuos o grupo de personas no se puedan relacionar con el resto de la sociedad ni tener los mismos derechos.

Decimos que una persona o grupo de ellos sufren exclusión cuando estos no tienen acceso o presentan serias dificultades para acceder a oportunidades laborales, formativas, culturales o políticas en la sociedad que les ha tocado vivir. También puede manifestarse la exclusión en forma de privación de servicios básicos, como el agua potable o la electricidad, no tener reconocimiento en el sistema de salud o no disponer de protección social.

Los grupos excluidos, al no disponer de tantas ventajas como el resto de la sociedad, son propensos a padecer pobreza, ser víctimas de estigmatización y discriminación, tener una menor esperanza de vida a causa de no tener acceso a empleos bien remunerados ni tampoco de un sistema de salud adecuado que los cubra. Una persona excluida no puede disfrutar plenamente de su condición de ciudadano, ni de gozar de sus derechos como tal.

La exclusión está arraigada profundamente en muchas sociedades y se nutre de aspectos culturales. En la mayoría de los casos, excluir a un determinado grupo de personas en el seno de una sociedad responde a la obediencia a sistemas de valores y códigos según los cuales aquellas personas que no se ajusten a la idea de “ciudadano perfecto” o “persona normal” debe ser rechazada o apartada, a fin de evitar que contamine a los demás.

Cabe decir que la exclusión no tiene por qué fundamentarse en querer evitar que un grupo de personas contaminen al resto, sino más bien considerar que no pueden adaptarse plenamente en la sociedad y que es necesario hacer una separada para ellos.

Un ejemplo de exclusión en este sentido es la educación especial hasta hacía no mucho, en la que motivados por un cierto paternalismo, los cuidadores de personas con discapacidad intelectual preferían mantenerlos separados del resto de estudiantes por miedo a que no pudieran sentirse cómodos.

¿Qué es la opresión?

Entendemos por opresión al trato injusto, cruel y persistente o intento de control hacia una categoría social concreta. Se trata de aquella situación en la que las personas son controladas o gobernadas de una forma injusta y cruel. Cuando la opresión la toma con grupos específicos de personas, sin perjudicar a toda la sociedad, es cuando hablamos de discriminación.

La opresión se alimenta de la discriminación. La discriminación contribuye a que se creen diferentes niveles de poder dentro de la sociedad.

Cuando un grupo de personas tiene el poder sobre otras, esto genera una situación provechosa, en la cual el grupo más poderoso puede oprimir al grupo que ostenta menor poder. Un ejemplo de ello es la discriminación racial histórica de los EE.UU., que no solo se manifestó en forma de odio hacia los afroamericanos sino también en la privación de derechos que sí poseían las personas blancas.

Cuando hay opresión, las personas están privadas de oportunidades y libertad, y puede afectar a todo el mundo. Es decir, puede darse el caso de que toda una sociedad, a excepción de quienes la gobiernan, esté oprimida, como se da en el caso de las dictaduras. Un gobierno autoritario puede usar la opresión para subyugar a sus ciudadanos y negarles sus derechos y privilegios.

Igualmente, la opresión puede ser aplicada en un grupo social particular, como pueden ser las mujeres, la gente pobre, los homosexuales, las personas transgénero o los musulmanes.

Las claves para distinguir entre entre estos conceptos

La discriminación implica tratar de forma diferente a alguien por un aspecto en particular, algo que es compartido también con la exclusión. La diferencia es que la discriminación no implica excluir necesariamente a alguien, mientras que la exclusión sí implica discriminar a alguien en función de sus características.

La discriminación puede implicar opresión, en el sentido de que las personas que se sienten más poderosas en el seno de una sociedad y consideran a los diferentes inferiores a ellos pueden aplicar técnicas coercitivas y ejercer daño a aquellos que no ostentan poder. No obstante, la opresión no implica siempre discriminación, puesto que oprimir es el acto de privar de derechos y libertades a las personas, pudiendo ser a un grupo concreto de personas o a toda una sociedad en la que se forma parte.

La discriminación y la exclusión pueden realizarse de forma “inocente”. Discriminar implica tratar a alguien en base a una característica que lo diferencia del resto, sin necesidad de que se haga con maldad ni tampoco con mala intención (p. ej., hablarle lento a una persona con síndrome de Down). La exclusión se puede hacer pensando que es “lo mejor” para esa persona o grupo, como es el caso anteriormente comentado de la educación especial hasta hacía poco. En cambio, la opresión es intrínsecamente mala, haciéndose con malicia y con la intención de provocar daño al individuo o personas.

  • Silver, H. & Miller, S.M. (2003). Social Exclusion. The European Approach to Social Disadvantage. Indicators, 2(2): p. 7.
  • Horta, O. (2010). "Discrimination in Terms of Moral Exclusion". Theoria. 76 (4): 314–332. doi:10.1111/j.1755-2567.2010.01080.x
  • Cudd, A.E. (2006). Analyzing oppression. Oxford University Press US. ISBN 0-19-518744-X.

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Postgrado de Actualización de Psicopatología Clínica en la UB.

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