Todas las personas en diferentes momentos de nuestra vida nos enfrentamos a los cometarios o críticas de terceras personas. Recibir opiniones de otras personas es un aspecto fundamental de la vida en sociedad y de la comunicación humana; no podemos cambiar ni modificar la forma en la que otras personas piensan sobre nosotros/as, pero sí podemos aprender a enfrentarnos a estas críticas de una forma adecuada para que no ponga en peligro nuestra autoestima.
Normalmente, se hace la distinción entre una crítica constructiva y una crítica constructiva en la medida en la que las primeras tienen una intención de mejora y de promover la motivación para mejorar, mientras que las segundas únicamente tienen el objetivo de herir y destruir aquellos comportamientos, actitudes o productos que se estén criticando. Es importante establecer límites saludables con las personas con las que nos relacionamos para promover la crítica constructiva por encima de la destructiva.
En este artículo vamos a comentar 7 diferencias entre la crítica constructiva y la destructiva, resaltando la importancia de recibir, aceptar o rebatir críticas constructivas, y delimitar las críticas destructivas a las que nos podamos enfrentar para evitar que estas tengan un impacto significativamente nocivo.
¿Qué es una crítica?
Una crítica se ha definido como un análisis o juicio sobre una situación, una persona o un trabajo. De forma general, las críticas hacen referencia a juicios que pueden ser objetivos o subjetivos. En la crítica objetiva se emite una evaluación con criterios objetivos sobre un informe, tarea o tema determinado, mientras que en las críticas subjetivas se expresan opiniones que trasladen un punto de vista en concreto. Muchas veces, puede resultar muy complicado digerir una crítica, ya sea por tener una alta necesidad de aprobación, tener muchas inseguridades o creer que todo lo que te dicen otras personas es real y verídico. Es importante aprender a ajustar las críticas e intentar hacer un cambio de rol en relación a nuestra actitud o comportamiento. Debes mostrar empatía también por las opiniones de los demás y valorar las conductas de familiares o amigos hacia ti.
Pero, ¿qué pasa cuando el propósito de una crítica es exclusivamente el de herir o dañar? Esto es a lo que hacen referencia las críticas destructivas, solo buscan hacer daño, ya se por inseguridades de la persona que critica, por envidias o por temas relacionados con la personalidad. En estos casos, lo más importante es tener en cuenta que las opiniones tan dañinas que tengan otras personas sobre ti es su problema, no el tuyo. Nunca vamos a poder controlar lo que piensan los demás, pero sí podrás tener el control de la forma en la que te afectan este tipo de comentarios.
Es muy importante delimitar límites saludables con las personas que nos rodean para intentar que, en lugar de críticas destructivas, prevalezcan las constructivas, y que el compartir opiniones sea una oportunidad de crecer y aprender para todos/as. Esto es de lo que hablamos cuando se hace mención a las críticas constructivas; comentarios u observaciones que nos ayudan a darnos cuenta de errores o formas de mejorar en algo, sin estar proyectadas a hacernos daño si no emitidas con el objetivo de tener en cuenta la opinión de alguien que pueda ser importante para nosotros/as o para el comportamiento o acción que es objeto de crítica.
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Diferencias entre la crítica constructiva y la crítica destructiva
Habiendo delimitado la concepción general de las críticas constructivas y destructivas, llega el momento de enumerar elementos diferenciales que hacen que este tipo de críticas sean más fáciles de distinguir y de elaborar en nuestro interior. A continuación, proponemos un listado de diferencias significativas entre críticas constructivas y destructivas, para que sea más sencillo identificarlas y delimitar el impacto que tienen en nuestro bienestar y autoestima.
1. Intención
Como ya se ha comentado anteriormente, una crítica constructiva se emite con la intención principal de mejorar, de tener en consideración la opinión de una persona importante para nosotros/as o en el campo de lo criticado. Por lo contrario, las críticas destructivas se emiten con el principal objetivo de destruir o dañar la autoestima de las personas a las que se critica. Parten de envidias, inseguridades o problemas personales que se proyectan al poner de manifiesto estos comentarios u observaciones. No aportan ninguna alternativa ni otra forma de ver las cosas, únicamente desmotivan o desaniman a la persona criticada.
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2. Enfoque en el problema
En relación a lo anterior, una crítica constructiva se enfoca en identificar qué problemas puede haber en lo criticado, aportando áreas de mejora específicas y soluciones o sugerencias para resolver estos posibles errores. Sin embargo, una crítica destructiva se centra en resaltar los errores y defectos y no ofrece alternativas o ideas para solucionarlos. Como se ha comentado en la intencionalidad, su objetivo es dañar y que la persona criticada deje de hacer lo criticado; no buscan que mejore esta aptitud o comportamiento, sino que la abandone por completo.
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3. Tono de voz
Normalmente, las críticas constructivas se transmiten de una forma respetuosa y considerada en el discurso, haciendo uso de un tono de voz amigable y empático. Por lo contrario, la crítica destructiva tiende a ser principalmente despectiva, agresiva, sarcástica o pasivo – agresiva, generando animosidad y resentimiento. Esta forma de comunicación impacta negativamente en la autoestima y en la confianza que depositamos en otras personas, además de influirnos a la hora de aceptar otras críticas o comentarios de terceras personas.
4. Orientación hacia la persona o el acto
La crítica constructiva está centrada en el acto o comportamiento objetivo de crítica, buscando mejoras o formas de actuar diferentes, evitando atacar o juzgar a la persona como un todo. La crítica destructiva, por lo contrario, se dirige subjetivamente a la persona, haciendo comentarios negativos sobre su valía o habilidades personales y generando la sensación de que este simple comportamiento o acción representa a la persona como a un todo.
5. Foco en el crecimiento
Como se ha comentado anteriormente, la crítica constructiva siempre buscará construir, enfocándose en el crecimiento de la persona criticada y en su desarrollo personal, emocional o profesional, por poner ejemplos. Busca dar ayuda a la persona o proyecto a mejorar para alcanzar su máximo potencial. Sin embargo, la crítica destructiva busca socavar la confianza y desalentar el progreso o la motivación.
6. Presentación de alternativas
La crítica constructiva suele incluir sugerencias o alternativas específicas al comportamiento criticado, ayudando a resolver los problemas señalados. Sin embargo, la crítica destructiva tiende a limitarse a resaltar los aspectos negativos sin ofrecer ideas o soluciones prácticas. Normalmente, la persona que emite críticas destructivas no tiene ningún interés en que la persona criticada cambie aquello que se ha criticado; quiere que esta lo siga haciendo “mal”, ya sea por su satisfacción personal, su envidia o todo un conjunto de variables psicológico-emocionales que representan la inseguridad de esta persona.
7. Recepción y afecto
Por lo general, la crítica constructiva suele ser mejor recibida, ya que se percibe como una oportunidad para aprender y mejorar. Puede fortalecer las relaciones y generar un ambiente de confianza y crecimiento. Normalmente, la emisión de críticas constructivas fortalece los vínculos entre las personas, fomenta la confianza y hace que sea más fácil y posible confiar en la otra persona de cara al futuro y a nuevas críticas. En cambio, la crítica destructiva suele tener un impacto negativo, dañando las relaciones y desmotivando a las personas, resultando en un estancamiento o declive en el desempeño. Estas son muy complejas para el establecimiento de vinculación, porque en muchas ocasiones, una persona que emite constantemente este tipo de críticas puede ser tan nociva que se convierte en una persona tóxica para nosotros/as, resulta complicado salir de esta relación.
Conclusión
En conclusión, tal y como se viene comentando desde el principio de este artículo, las críticas siempre estarán presentes en nuestra vida social y establecimiento de relaciones con otras personas. Por ello, es importante ajustarse y amoldarse a ellas, preparar un cambio de rol que acepte y retroalimente las críticas en lugar de rechazarlas sistemáticamente. Resulta lógico pensar que no siempre es fácil aceptar una crítica, sobre todo cuando no se emiten de una manera constructiva, sino destructiva. Desde aquí, recomendamos establecer límites saludables con las personas de nuestro entorno para promover al máximo el establecimiento de críticas constructivas y modificar las destructivas. La única manera eficiente de hacer esto, es mediante la comunicación abierta y asertiva.
Aunque resulte complicado, es importante mostrarse empático y compasivo con una persona que únicamente emite críticas destructivas; puede estar pasando por malos momentos o tener problemas de celos o inseguridades. Por ello, se debe comunicar de una manera positiva el impacto que este tipo de críticas pueden estar teniendo en ti, estableciendo el límite de que, en caso de no buscar una crítica que pueda mejorar lo criticado, prefieres no recibirla. Recuerda respaldarte de las opiniones constructivas e intentar evitar que las destructivas produzcan el rechazo de aquellos comentarios positivos. Es importante pensar que una forma de reducir las críticas destructivas que recibimos es mediante la emisión de una crítica constructiva; también podemos motivas a otras personas a mejorar.
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