Siempre pasa que teníamos un plan con un amigo, una persona especial o, simplemente, con alguien que conocimos la semana pasada y, al final, no aparece.
Todos tenemos imprevistos y, también, puede que no nos venga de gusto quedar un día pero hay una gran diferencia entre tener un mal día y no poder quedar a directamente dejar plantado a los demás de forma sistemática.
Que nos dejen plantados cada dos por tres no es bueno para nuestra autoestima puesto que nadie quiere sentirse rechazado. Si eres de los que a menudo se queja desde el “me dejan plantado constantemente” este artículo es para ti. Veamos unos cuantos consejos sobre qué hacer.
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Me dejan plantado a menudo: ¿qué puedo hacer?
La mayoría de nosotros disfrutamos quedando con otras personas para ir a un bar, un restaurante, dar un paseo o, simplemente, quedarse en casa de un conocido. Ya sea un amigo, un novio o una cita, lo cierto es que quedar con alguien suele ser un momento de interacción que constituye parte de la necesidad humana de la sociabilidad. Puede que nos llamemos “antisociales”, pero en la mayoría de los casos nos gusta pasar tiempo con otras personas.
Por desgracia, a veces nuestros planes se ven truncados. Tras ducharnos, vestirnos, arreglarnos y prepararnos para quedar con nuestra cita, nuestro grupo de amigos o simplemente para ver a alguien que hacía mucho que no veíamos va y nos dice que no puede quedar, que ha pasado algo. Puede que incluso ni nos diga absolutamente nada, que o bien espere que nosotros lo supongamos o, por sorprendente (e irritante) que nos pueda parecer, se le ha olvidado que tenía reservado el día de hoy con nosotros.
Una, dos o unas cuantas pocas veces más es tolerable. Todo el mundo tiene un imprevisto alguna vez y no tiene por qué sentirse mal por no haber podido acudir. Debemos reconocer que incluso a nosotros mismos nos puede dar pereza quedar un día y que, de forma asertiva, decidamos cancelar el plan. Ahora, si nos dejan plantados mucho es habitual pensar que algo malo pasa e, incluso, pensemos que es por culpa nuestra, que aquella persona que se suponía que le gustaba vernos resulta que al final de todo no le interesamos tanto.
Los motivos detrás de que una persona nos deje plantados son muchos y, realmente, si no se hablan las cosas ni se le pregunta por qué no se ha presentado cuando teníamos acordado nos es imposible adivinar el motivo de su plantón. Sea lo que haya pasado (o lo que haya querido) nosotros apenas podemos hacer nada de cara a su parte, pero sí por la nuestra. Podemos seguir una serie de consejos para manejar mejor el plantón y que al menos no nos llevemos un disgusto mayor del que ya supone quedarse plantado.
1. Intentar localizar a nuestra cita
Antes que nada, no debemos presuponer que nos han dejado plantados sin motivo. A veces pasan cosas, y puede que algo malo le haya sucedido a nuestra cita. Tanto si es un amigo de confianza como una nueva amistad o posible pareja, lo mejor es intentar localizarlo, averiguar si ha pasado algo que explique su tardanza o ausencia.
Esto es algo que quizás no nos planteamos con una persona que ya nos ha dejado plantados antes, pero lo mejor es al menos intentar ver dónde está. Si sigue en casa y parece que ni se ha preparado, entonces al menos sabemos que le hemos estado esperando de más.
Puede sonar extraño, pero realmente hay personas que se olvidan de que tenían una cita. No es que sean malas personas, simplemente olvidadizas y con localizarlas y recordarles que tenían plan se puede solucionar un poco la situación. El plantón ya está asegurado, pero al menos sabemos que no es voluntario.
Si por el contrario ni se digna en darnos señales de vida o suena a que se está inventando una excusa para no quedar, entonces está claro que a esa persona le damos bastante igual. En este caso que se quede en su casita, mejor nos montamos la fiesta nosotros solitos.
2. No perder la calma
Es obvio que el que nos dejen plantados no nos va a sentar bien, pero no vale la pena perder la calma por alguien que no ha venido, sea de forma consciente o simplemente porque se ha olvidado.
En el momento en el que sabemos que quien tenía que venir no viene lo mejor que podemos hacer es evitar que la situación vaya a peor. Debemos intentar mantener la calma, evitar enfadarnos y mucho menos llamar y recriminarle a la otra parte que no haya venido.
Tenemos derecho a estar enfadados, de eso no hay duda, pero también debemos intentar mantener la mente fría porque en caliente se pueden decir muchas burradas y nunca sabemos si realmente ha pasado algo grave o la otra persona ha empezado a sentir ansiedad y ha cancelado planes a último momento porque no sabe como gestionarla.
Además, ¿de qué nos sirve enfadarnos cuando nos han vuelto a dejar plantados? Si es algo que nos ha pasado anteriormente no podemos perder la calma cada vez que sucede, puesto que perderemos mucha salud mental con el paso del tiempo. Mejor aceptarlo y empezar a dejar de contar con esa persona para futuros planes.
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3. No alimentar el drama
Suena raro pensar que podemos actuar normal cuando nos acaban de dejar plantados. Es posible que la otra parte no sepa ver el lado negativo de no haber avisado con suficiente tiempo de que no iba a venir.
Puede ser que realmente no lo haga a malas, que sea esta su forma de ser y que realmente no caiga en lo malo que puede llegar a ser para otra persona el proponer un plan para que después no lo lleve a cabo.
Si nos escribe al cabo de un tiempo como si no hubiera pasado nada lo mejor que podemos hacer es actuar de la misma forma, mostrando que no nos ha afectado esta situación y, si se trata de una cita o de una persona en la que no tienes tanta confianza, lo mejor es ser dignos y no magnificar lo que nos importa que no venga.
4. No vengarse
Por mucho daño que nos haga el hecho de que nos dejen plantados, vengarse no es la solución. Está muy feo y lo único que conseguiremos será agrandar la bola de las desilusiones, disgustos y malos rollos.
No podemos pretender exigir puntualidad y que al ver que no cumplen con los planes, dejar tirada a esa persona la próxima vez. Esto, lejos de verse como una lección con su propia medicina, la otra persona lo entenderá como algo a malas, y empezará a sentirse en la libertad de justificar sus futuras ausencias con un “pero tú también me dejaste plantado”.
5. Aprovechar el momento
Situación típica de quedar con un amigo: hemos dicho de ir a un bar a las 17h. Nosotros llegamos puntuales al establecimiento, esperamos y esperamos y vemos que ese “buen” amigo no viene. ¿Y ahora qué?
Bueno, si la vida te da limones haz limonada. No podemos pretender estar de mal humor en un bar porque el otro no viene. La idea era quedar con él pero, si no viene, ya que estamos ahí aprovechamos el momento y nos pedimos algo para tomar.
Tanto si nos deja plantados porque quiere como si ha pasado algo malo lo mejor que podemos hacer es no amargarnos. Nadie nos impide disfrutar de la tarde porque nos hayan dejado plantados.
A veces es mejor estar solo que mal acompañado, y puede que hasta nos sirva para conocer a alguien nuevo en ese lugar y sino siempre podemos llamar a otro amigo que sea más confiable y que rellene la ausencia del otro.
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