Si bien hoy en día Internet ya no es nada nuevo, no deja de sorprendernos su poder. Muchas personas hacen un correcto uso de esta herramienta, que al fin y al cabo viene a ser eso, una herramienta.
Pero también hay casos de personas que se han valido de las redes sociales para emitir sus mensajes de odio y amenazas, incurriendo en prácticas delictivas aprovechando la gran repercusión de las nuevas tecnologías.
Este tipo de personas han sido denominadas "neópatas", individuos que manifiestan sus tensiones, delirios, agresividad y problemas varios mediante las redes sociales.
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Neópatas: ¿quiénes son?
El término “neópata” tiene mucha relación con el ciberespacio, las redes sociales e Internet en general. El mundo virtual es un entorno en el que muchas personas diferentes pueden tomar contacto, por lo que es normal encontrar a personas con todo tipo de personalidades y comportamientos. Como cabría esperar en el mundo real, en su sucedáneo en la red podemos encontrar a personas cuyo comportamiento es patológico y poco adecuado socialmente.
De entre este tipo de personas encontraríamos a los neópatas, individuos, especialmente jóvenes, que tratan de obtener reconocimiento en Internet sea como sea, aunque esto implique hacer daño a otras personas. Podemos decir que la neuropatía engloba a todas aquellos individuos que muestran sus tensiones, delirios, agresividad o problemas psicóticos por medio de Internet, aprovechándose de su gran extensión y de la capacidad de poder enviar amenazas protegidos por el anonimato, difundiendo también sus delitos.
Si bien este término no hace referencia a un trastorno en concreto o un estilo patológico de conducta, sí que podemos entender que se trata de un tipo de perfil en Internet bastante dañino. De hecho, desglosando el término podemos ver las palabras griegas “neo”, que significa “nuevo”, y “pathos”, que se traduce como “sufrimiento”, pudiendo interpretar esta palabra como que un neópata es aquella persona que ha creado una nueva forma de causar sufrimiento, y bien se lo puede considerar como algo parecido a un psicópata.
Todos los delitos propiamente neopáticos vienen implícitamente ligados a Internet. Entre ellos podríamos hablar de lanzar insultos y amenazas de muerte a personas que odian, seleccionar víctimas de violaciones a través de las redes sociales, colgar un vídeo en el que apalizan a un vagabundo, humillar a un compañero de colegio y difundirlo por el grupo de chat de la clase o cometer delitos informáticos creyéndose unos auténticos hackers. También se consideran neópatas a quienes anuncian masacres por las redes y después las cometen, como ha ocurrido varias veces en las últimas dos décadas.
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Rasgos de los neópatas
La idea detrás de los neópatas es un tanto difusa. Es importante entender que esto no es una etiqueta diagnóstica oficial, y que más que referirse a un trastorno mental o a un estilo de comportamiento patológico hace referencia al fenómeno de encontrarse a personas agresivas que se valen de las redes sociales para difundir sus conductas poco sociales. No obstante, sí que es posible hablar de algunas características de este tipo de personas.
La primera es que suele los neópatas suelen ser jóvenes menores de 30 aunque en muchas ocasiones adolescentes que, se sospecha, no tienen una gran vida social e incluso pueden estar siendo víctimas de acoso tanto en la escuela como en las propias redes sociales que frecuentan. Esto daría como consecuencia ganas de “devolver” al mundo el dolor que tanto han sufrido, aprovechando el anonimato o usando un alias que les hace sentirse como si fueran otra persona, mucho más importante que lo que consigue ser en la vida real.
También se ha hablado de que el perfil de los neópatas entraña cualidades tales como el narcisismo, debido a su gran necesidad de atención o admiración que buscan. Muchos neópatas quieren conseguir cierta fama en el mundo virtual, ser reconocidos por haber cometido algo que no va a resultarle indiferente a la mayoría de la sociedad, aunque eso implique hacer grave daño a otras personas. Al hacer daño a los demás el neópata muestra rasgos compartidos con los narcisistas, quienes tienden a desvalorizar a los demás.
Un rasgo que llama la atención de los neópatas es que se diferencian de los psicópatas porque dejan rastros en las redes del daño que van haciendo. Si bien sí que tienen un interés en que se sepa qué es lo que han hecho, su falta de cuidado se debe en muchas ocasiones a su inmadurez, inestabilidad y debilidad para controlar sus impulsos, haciendo que se olviden de las pistas que puede hacer que los detengan, como es por ejemplo el hecho de que en Internet prácticamente nada es hecho de forma anónima.
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Tipos de neópatas
Si bien cada neópata es diferente, podemos comentar algunos rasgos generales de su forma de comportarse. El deseo de los neópatas por encontrar la fama y la notoriedad es tan grande que en algunos casos cometen auténticas barbaridades sin medir las consecuencias que puedan implicar. Lo único que les importa es que se les conozca por lo que hicieron, sus 15 minutos de fama por haber hecho algo verdaderamente dañino.
Como las redes les facilitan mucho que sus actos tengan gran alcance no dudan en difundirlos por ahí. Añadido a esto, si conocen de los actos de otros neópatas tratan de superarlos, como si de una competición de la barbaridad se tratara. Naturalmente hay actos neópaticos más leves que otros que vienen a indicar que podemos hacer diferenciaciones entre tipos de neópatas.
1. Impostores
Como su nombre sugiere, los neópatas impostores son aquellos que suplantan la identidad de otra persona para contactar con sus víctimas. Estas víctimas pueden ser amistades reales de la persona a la que le han robado la identidad o, también, personas desconocidas que se confíen al ver la fotografía o la descripción falsa de ese perfil.
2. Depredadores
Este perfil de neópata se corresponde con aquel que ataca con planificación, ocultando su identidad, buscando víctimas potenciales, descubriendo sus debilidades y aprovechandose de ellas.
3. Informadores
Son aquellos neópatas que informan de sus delitos. Dentro de esta categoría podemos diferenciar entre dos tipos principales, el que informa del delito que ya ha cometido y el que avisa de los que tiene pensado cometer.
Los que ya los han cometido avisan de su delito colgándolo por las redes. Son personas que bien pueden haber hecho daño a un animal o incluso a una persona, haber grabado el vil acto y colgarlo en las redes para que se propague y la gente los conozca, aunque sea bajo un pseudónimo.
Los que tienen pensado cometerlos aprovechan Internet para promocionar los delitos que tiene intención de hacer en un futuro próximo, como puede ser un tiroteo escolar, hacer estallar una bomba, asesinar a alguien...
4. Retransmisores
Relacionado con la categoría anterior tenemos los neópatas que retransmiten a tiempo real el delito que están cometiendo. Este tipo de agresor es el más llamativo, puesto que bien podríamos decir que se comporta como una estrella ansiosa por conseguir fans, en este caso testigos de los actos delictivos que está cometiendo.
El neópata retransmisor se alimenta de la incertidumbre de quienes están viendo en directo lo que está pasando, puesto que al no ser un vídeo pregrabado no se sabe muy bien cómo acabará, con cuántas víctimas ni heridos puede terminar la fatídica emisión.
Control de las redes sociales
El hecho de que existan diferentes modalidades de neópatas viene a indicar que, a pesar de que Internet y las redes sociales ya llevan años existiendo, a día de hoy hay poco control sobre los contenidos que se cuelgan en ellas y, lamentablemente, también hay poco control a la hora de gestionar amenazas vertidas en el ciberespacio.
Si bien existen algunos mecanismos que impiden que este tipo de contenido prospere en las redes, el que se escapa puede convertirse en algo verdaderamente peligroso.
Desde que hubo la masacre de Columbine no han sido pocos los neópatas que han intentado superar ese acontecimiento. Por mencionar unos cuantos casos de asesinos que han advertido de lo que iban a hacer y lo han hecho tenemos los casos de Cho Seung-Hui, perpetuador de la masacre del Virginia Tech (2007), el finés Pekka-Eric Auvinen, causante de la masacre del instituto Jokela (2007) y otro compatriota, Matti Juhani Saari, autor de la masacre en el instituto de Kauhajoki (2008).
El problema no está únicamente en el hecho de que se haya advertido de lo que iban a hacer y que nadie haya podido detenerlo, sino que el contenido colgado en las redes es muy difícil de eliminar, a pesar de haber la intención de detener su circulación. Esto es aplicable no solo a los vídeos de masacres estudiantiles, sino también a grabaciones de violaciones, vídeos snuff y de otro tipo en donde se muestra un delito que, una vez es colgado en Internet su difusión es casi ilimitada.
Por este motivo es necesario hacer un uso responsable de las redes, no únicamente siendo cuidadoso con lo que se cuelga en ellas sabiendo que otros pueden hacer un mal uso de nuestra información, sino también denunciando adecuadamente cualquier contenido que implique un serio peligro para la sociedad o que muestre cómo se comete un delito. Si bien será muy difícil que ese contenido sea eliminado, el responsable de mismo tendrá que dar explicaciones a las autoridades pertinentes y puede que hasta se evite que cometa un acto realmente atroz.
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