¿Qué es el Speedwatching y cómo nos afecta?

Así es como repercute en la mente el acelerar la velocidad de los vídeos en Internet.

¿Qué es el Speedwatching y cómo nos afecta?

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Lo queremos todo ya. Las 24 horas del día se nos quedan cortas. Queremos estar al día, no perdernos nada, y al final terminamos con la cabeza llena de cosas. En medio de eso, aparece una costumbre que mucha gente ya tiene súper integrada: el speedwatching.

Tal vez el nombre aún no te suena tan familiar, pero seguramente lo has hecho y sobre esto hablaremos hoy: ¿qué es el speedwatching? ¿Nos ayuda, nos afecta, o simplemente es otra forma de vivir con prisa? De eso va este artículo.

Así es el Speedwatching en el día a día de las personas

El speedwatching es, en pocas palabras, ver contenido audiovisual a una velocidad acelerada. En lugar de ver algo al ritmo en que fue creado, muchas personas lo reproducen a 1.25x, 1.5x o incluso 2x. Esto pasa sobre todo en plataformas de streaming, clases en línea y redes sociales.

¿Y por qué tanta gente lo hace? Bueno, por un lado, tenemos acceso a muchísimo contenido. Literalmente, más del que podríamos consumir en una vida. Y por otro, hay una presión constante por aprovechar el tiempo, por estar al día, por “no perder el hilo”.

Súmale a esto que muchas redes sociales ya nos han acostumbrado a consumir información en segundos. Todo eso influye.

El speedwatching se convierte, entonces, en una forma de “ganarle al tiempo” o, al menos, intentarlo. Aunque claro, eso tiene su lado bueno... y también sus riesgos.

¿Es una buena idea ver los vídeos más rápido?

Depende. Hay momentos en que acelerar un video puede ser práctico, pero también hay consecuencias si lo volvemos una costumbre constante. Vamos por partes.

Lo que parece útil: eficiencia y más contenido en menos tiempo

Mucha gente dice que así aprovecha mejor su tiempo. Si una clase dura una hora, verla a 1.5x la deja en 40 minutos. Y si ya conoces el tema, incluso puedes seguir el hilo sin mucho esfuerzo. En temas educativos, algunas personas se concentran más si el ritmo va un poco más rápido.

Un estudio del profesor Matthew Bell, por ejemplo, muestra que muchas personas siguen entendiendo bien el contenido al acelerar un poco, sobre todo si están prestando atención. Así que sí, puede ser útil si lo usas con intención.

Además, hay algo de personalización en esto. Si una serie se pone lenta o si un video va con demasiadas pausas, puedes avanzar más rápido y no aburrirte.

Lo que no se ve a simple vista: comprensión superficial y menos conexión

Ahora, del otro lado, están los efectos que no siempre notamos. Cuando aceleramos, perdemos matices. Las pausas, los silencios, las miradas, los cambios de tono… todo eso pasa a un segundo plano. Y esos detalles también nos hacen conectar con una historia o entender mejor lo que se está diciendo.

Según Bell (autor del estudio anterior), aunque puedes seguir la trama general, no procesas igual lo que se dice con profundidad. Eso afecta la forma en que interpretas lo que ves y también tu memoria a largo plazo.

También está el tema del ritmo mental. Por ejemplo, otros autores como Sylvie Pérez, de la Universitat Oberta de Catalunya, explica que el cerebro se va acostumbrando a esa velocidad. El problema es que después nos cuesta más prestar atención a cosas que van a un ritmo natural, como una conversación, una lectura o simplemente quedarnos pensando en algo sin distracciones.

Además, cuanto más rápido vemos todo, más nos alejamos de lo que estamos consumiendo. Ya no es ver algo por gusto o por interés, sino por tacharlo de la lista. El disfrute se pierde y se convierte en un consumo casi automático.

¿Y si hablamos del aprendizaje?

En el caso de los videos educativos, también hay matices. Un estudio de Keehr y Reardon encontró que ver clases a 1.5x no afecta demasiado la memoria a corto plazo. Es decir, puedes recordar lo que se dijo. Pero sí afecta cómo conectas esa información con lo que ya sabes, que es una parte clave del aprendizaje.

Además, cuando hay interrupciones (y en el mundo real, casi siempre las hay) la calidad del aprendizaje baja, sin importar la velocidad.

Otro dato interesante del estudio: las personas que ven contenido más rápido suelen confiar menos en lo que aprendieron. Es decir, sienten que no entendieron del todo, aunque sí lo hayan hecho. Y eso puede llevar a que vuelvan a repasar o a tomar más apuntes, lo cual, al final, termina quitando el tiempo que pensaban ahorrar.

Lo emocional también se ve afectado

No todo es información y rendimiento. Acelerar todo también cambia cómo sentimos lo que vemos. Las historias bien contadas necesitan tiempo, pausas, silencios. Al acelerar, esos momentos se pierden o se vuelven irreconocibles. Y con eso, también se va parte de la conexión emocional.

Muchas personas terminan desconectadas del contenido. No por falta de interés, sino porque se vuelve tan rápido que no da espacio para sentir. Y cuando eso pasa muy seguido, es fácil llevar esa misma lógica a otros aspectos de la vida, como las relaciones, el trabajo o el descanso. Queremos que todo sea rápido y eficiente, incluso cuando no debería serlo.

¿Y si le bajamos un poco?

El speedwatching, usado con intención, puede ser útil. No está mal acelerar un video cuando tienes poco tiempo o cuando ya conoces el tema. El problema es cuando eso se vuelve automático y lo aplicas a todo.

Si te pasa que ya no puedes ver nada a velocidad normal porque “te desespera”, hacer una pausa podría ser una buena idea. Probar ver una serie o una película al ritmo en que fue creada, ver qué cambia, cómo se siente, si aparece algo distinto.

La clave aquí no es rechazar la tecnología ni volver al pasado, sino observar si ese hábito te está sirviendo o solo te está dejando más cansancio y menos conexión.

Tomas Santa Cecilia

Tomas Santa Cecilia

Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

En definitiva, ver todo más rápido puede parecer una buena solución al ritmo que llevamos. Y a veces lo es. Pero también es importante preguntarse si realmente estás ganando tiempo o si estás perdiendo algo en el camino. Podríamos preguntarnos también si realmente queremos ver más o ver mejor. A veces, lo que más necesitamos no es acelerar, sino quedarnos un rato más.

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  • Jode Keehr, Richard Reardon (2025, april). Is speed-watching a good idea? Potential metacognitive complications of watching instructional videos at faster speeds. Computers in Human Behavior.
  • Lima, S. P. (s. f.). ¿Qué es el ‘speedwatching’ y cuáles son sus efectos? The Conversation.
  • Ramos, P. (s. f.). Speedwatching: ¿afecta el consumo acelerado de vídeos y audios a la atención. UOC.

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Tomás Santa Cecilia. (2025, julio 16). ¿Qué es el Speedwatching y cómo nos afecta?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/speedwatching-como-nos-afecta

Psicólogo

Madrid

Tomás Santa Cecilia es psicólogo, consultor, formador y Director de CECOPS Centro de Consultoría Psicológica. Es Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster Profesional en Psicología Cognitivo Conductial Avanzada (Albor-Cohs) y Miembro de The New York Academy of Sciences y de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) entre otras cosas. Trabaja desde el Análisis Conductual Aplicado y la Terapia Cognitivo-Conductual.

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