¿Cómo saber si tengo un Trastorno Dismórfico Corporal?

Estas son las pautas para saber si sufres Trastorno Dismórfico Corporal.

¿Cómo saber si tengo un Trastorno Dismórfico Corporal?

El creciente interés y toma de conciencia sobre la salud mental y los posibles trastornos emocionales a los que nos podemos enfrentar, ha hecho que aumente la autoobservación y el interés por el autocuidado. Entre los trastornos mentales, aquellos que se relacionan con las alteraciones de la percepción y con la relación con nuestro cuerpo parecen ser de los más comentados, al encontrar su presencia y su influencia por parte de los grandes medios de comunicación o en la mera socialización.

Este es el caso del Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), conocido anteriormente como dismorfofobia, hipocondría dermatológica o hipocondría de la belleza. El problema principal en este trastorno reside en la existencia de una preocupación persistente por un defecto en la apariencia física. Esta preocupación no corresponde con la realidad del posible defecto, ya que este suele ser o difícil de detectar o inexistente (sin entrar en el debate de qué podríamos considerar un defecto en la apariencia y qué no).

Muchos profesionales de la salud hablan del Trastorno Dismórfico Corporal como un problema infradiagnosticado, y es que, a pesar de encontrarse referencias clínicas de este que fechan del siglo XIX, su estudio y conocimiento científico y clínico no se ha intensificado hasta la última década.

En este artículo, vamos a profundizar en el TDC, identificando sus signos y síntomas más comunes para saber identificar si podemos estar pasando por un trastorno como este, para lo cual es importante saber contar con apoyo terapéutico psicológico profesional.

¿Qué es el Trastorno Dismórfico Corporal?

Como se ha presentado anteriormente, la característica principal del TDC es la presencia de una preocupación muy intensa y persistente en el tiempo en relación a una característica física, normalmente casi imperceptible o incluso inexistente. Según el manual diagnóstico DSM-5, estas preocupaciones pueden estar focalizadas en cualquier punto del cuerpo o cambiar con el tiempo y a lo largo del curso del trastorno.

Siguiendo con los criterios diagnósticos de este manual, existen dos especificadores a considerar para poder desarrollar un diagnóstico de TDC. Estos son:

1. Grado de comprensión del problema

Este especificador hace referencia a la forma en la que el paciente entiende su problema y esta comprensión se ve reflejada en la desmesurada preocupación y atención que se pone sobre este “defecto”. Esto se refleja en un continuo que puede ir desde un nivel adecuado de preocupación a niveles de convicción delirantes.

En torno a un tercio de los diagnosticados de TDC forman parte del grupo de personas con una convicción delirante, complicando su tratamiento y pudiendo aumentar la comorbilidad con otros trastornos psicológicos.

2. Presencia adicional de dismorfia muscular

En algunos casos, el TDC se centra en pensar que el cuerpo tiene un bajo desarrollo muscular, lo que lleva a los pacientes a una actividad física desmesurada con el objetivo de aumentar la musculación, la adhesión a dietas específicas para aumentar la musculatura, o incluso al uso de anabolizantes o esteroides. Esto, a largo plazo, puede conllevar problemas fisiológicos de dismorfia muscular, haciendo del tratamiento un proceso más complejo. Resulta importante destacar que esta dismorfia muscular es mucho más frecuente en hombres que en mujeres.

¿Qué síntomas tiene el Trastorno Dismórfico Corporal?

Para responder a la pregunta principal de este artículo, vamos a hacer un repaso por los síntomas más comunes relacionados con el TDC. Es importante la autoobservación y tomar conciencia de un problema en el caso de tenerlo para poder llegar a una solución. Si crees que puedes estar pasando por un TDC, es importante que recurras a ayuda terapéutica y psicológica; es probablemente la única manera que tienes para salir de este.

1. Preocupación desbordante y excesiva

Como se ha presentado anteriormente, el componente principal del TDC es la preocupación desbordante, mantenida en el tiempo y obsesiva en relación a un defecto en la mayoría de los casos inexistente.

2. Comportamientos para “ocultar” el defecto

Esta desbordante preocupación desencadena comportamientos que pueden ser más o menos repetitivos para ocultar o disimular este defecto físico generador de la preocupación. Estos comportamientos pueden ser de índole muy diversa, desde miradas recurrentes en espejos para comprobar la existencia de este defecto, la observación y comparación constante con otras personas, el bronceamiento excesivo, el uso de maquillaje de formas concretas para ocultar este problema o las preguntas excesivas a otras personas sobre la apariencia propia o el defecto que genera preocupación.

En ocasiones, tal y como se ha comentado anteriormente, estos comportamientos pueden llegar a extremos que ponen en riesgo la salud, tales como una musculación excesiva, el uso de anabolizantes, la adhesión a dietas peligrosas o el uso de la cirugía estética de una manera obsesiva y repetitiva. Lo que caracteriza el TDC es que, por muchos remedios físicos que se intenten poner, este defecto sigue existiendo para las personas que lo padecen.

3. Ideación suicida

Los estudios prolongados en el tiempo de pacientes de TDC demuestran la existencia de ideación suicida en el 57.8% de los casos, llegando a conductas autolíticas o intentos de suicidio en el 2,6% de estos. Esto se debe sobre todo a la ocultación de los síntomas y a sentirse incomprendidos/as por la mayoría de su entorno. Para estas personas, este “defecto” físico supone la mayor parte de sus días y preocupaciones, y no recibir la comprensión de su entorno puede suponer sentimientos de soledad y aislamiento que pueden evolucionar en ideaciones suicidas.

La importancia de pedir ayuda

En conclusión, el TDC es un trastorno muy serio que puede llevar al suicidio. Además, en la mayoría de los casos, la sintomatología asociada lleva a los pacientes a desarrollar conductas que pueden ser muy dañinas para su cuerpo a largo plazo.

Blanca Ruiz Múzquiz

Blanca Ruiz Múzquiz

Psicoterapeuta de Familia y Pareja

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

Por ello, es importante identificar hasta qué punto es normal la obsesión con una parte de nuestro cuerpo y la búsqueda de remedios o soluciones que podemos hacer de esta. Si piensas que estás experimentando síntomas característicos del TDC, pide ayuda profesional; lo más importante para estar a gusto con nuestro cuerpo es aprendiendo a amarlo y respetarlo.

  • Giraldo-O’Meara, M., & Belloch, A. (2017). El trastorno dismórfico corporal: Un problema infra-diagnosticado. Revista de psicopatología y psicología clínica, 22(1), 69.
  • Jiménez, J. S., Vicent, A. C., & Garrigues, M. T. (2019). Trastorno Dismórfico Corporal: revisión sistemática de un trastorno propio de la adolescencia. Revista de psiquiatría infanto-juvenil, 36(1), 4-19.

Psicóloga

Madrid

Blanca Ruiz Múzquiz es psicóloga especializada en Psicología Clínica y terapia familiar y de pareja, y dirige la consulta de asistencia psicológica Psiquilibrium. Ofrece sesiones tanto en Madrid como a través de la modalidad de terapia online.

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