Los trastornos adictivos son en la actualidad una de las patologías más comunes en el contexto de los países de Occidente, y ante esta realidad, las ciencias de la salud llevan décadas investigando y desarrollando formas de intervención terapéutica destinadas a los pacientes que los sufren.
Es por eso que, en la actualidad, el tratamiento de las adicciones incluye una amplia variedad de estrategias, técnicas y recursos de terapia que provienen tanto desde la medicina como desde la psicología.
Pero… ¿Cómo tratar las adicciones teniendo en cuenta la persistencia de estas alteraciones y su capacidad para generar recaídas? Veámoslo de manera resumida en este artículo.
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¿Cómo tratar una adicción?
La adicción es un trastorno que, en cualquiera de sus modalidades, tiende a desgastar la salud física y mental de la persona que lo padece y a suprimir tanto su voluntad de elección en su vida diaria como sus vínculos familiares y de amistad. Es por eso que resulta fundamental intervenir terapéuticamente cuanto antes, antes de que el círculo vicioso de la dependencia atrape a la persona en una serie de acciones encaminadas a evitar el síndrome de abstinencia a toda costa, eliminando el resto de aspectos de su vida.
Las adicciones pueden ser a sustancias químicas (drogas sintéticas, alcohol, tabaco, cannabis, etc.) o a comportamientos adictivos (apuestas en casinos, apuestas online…) y ambas tipologías tienen la capacidad de destruir la salud de quienes las padecen. Por otro lado, las personas que sufren una adicción tienen muchas más probabilidades de desarrollar otras adicciones u otros trastornos psicológicos, algo que siempre es tenido en cuenta en el proceso de terapia, que se adapta y se amplía en los casos de patología dual.
La mayoría de adicciones tanto químicas como comportamentales funcionan de una manera similar en el cerebro, modificando los aspectos estructurales y funcionales de una red de neuronas que se extiende por buena parte del encéfalo y que se conoce como “sistema de recompensa del cerebro”. A medida que la adicción se consolida, esta estructura del sistema nervioso va siendo modificada para responder únicamente al consumo de droga o a la realización de la conducta adictiva. Esta transformación hace que si van pasando las horas y no se vuelve a experimentar esa sensación, aparezca el fuerte malestar provocado por el síndrome de abstinencia, y a la vez, hace que aparezca la tolerancia: la persona necesita involucrarse cada vez más en la adicción para experimentar la saciedad.
Ahora bien, lo que causa las adicciones no solo es de naturaleza biológico/orgánica; también hay variables psicosociales muy importantes. Por ejemplo, las personas que sufren adicción tienden a abandonar sus vínculos afectivos o de amistad con sus familiares, con los buenos amigos, etc. Y esto hace que las fuentes de satisfacción y motivación de su día a día vayan quedando cada vez más limitadas al ámbito de la adicción. Del mismo modo, su autoestima se resiente y su capacidad para afrontar el estrés y la ansiedad disminuye, algo que genera una predisposición a recaer en la adicción para evadirse del mundo real.
Por todo esto, el tratamiento de las adicciones debe tener siempre dos pilares fundamentales: el apoyo médico, por un lado, y el apoyo psicoterapéutico, por el otro.
Dese uno, se mitigan los síntomas más inmediatos ligados al malestar y las afectaciones orgánicas que genera la abstinencia, utilizando para ello psicofármacos con la capacidad de ayudar a sobrellevar ese tránsito hacia una nueva manera de vivir la vida libre de elementos adictivos.
Y desde el otro, se entrena a la persona a relacionarse de una manera más sana con uno mismo y con el resto del mundo, de modo que la adicción deje de ser el principal elemento para aliviar el malestar y poco a poco vaya quedando eclipsado por otras fuentes de motivación. Esto último incluye abandonar el marco pesimista de interpretación de la realidad, ser consciente de la propia capacidad para superar la adicción y reforzar la autoestima, reentrenar a la persona en las habilidades sociales y comunicativas, potenciar el autoconocimiento y el descubrimiento de actividades y proyectos ilusionantes, y más.
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Fases del tratamiento de adicciones en terapia
En la mayoría de adicciones se ponen en práctica las mismas 4 fases de intervención con el objetivo de ayudar a la persona a superar su trastorno adictivo. Estas son las principales etapas.
1. Desintoxicación
La fase de desintoxicación es una de las más importantes, ya que el éxito de la terapia depende de la finalización exitosa de esta etapa inicial en la que se rompe el círculo vicioso de malestar-consumo/reincidencia.
Esta fase consta de una duración media de 21 días y tiene como objetivo romper de raíz el vínculo establecido entre la persona adicta y la sustancia que consumía de manera adictiva y lograr una desintoxicación completa en un momento en el que es especialmente proclive a ceder al malestar y volver a realizar la conducta hacia la que es dependiente o volver a consumir droga.
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2. Deshabituación
La fase de deshabituación está íntimamente ligada con la fase de desintoxicación y consiste en despojar a la persona adicta de todas aquellas actitudes o hábitos nocivos que ponía en práctica durante el anterior proceso de adicción. En este caso, el objetivo de la terapia no es tan a corto plazo, y pasa por ayudar a la persona a adoptar nuevas maneras de vivir la via de ahora en adelante.
Todos estos hábitos y actitudes que dominaban la vida de la persona con adicción pueden afectar tanto a su vida profesional y social, como a su vida familiar y a la relación con su pareja o seres queridos, por eso es tan necesario lograr una deshabituación completa. Este objetivo puede lograrse mediante la puesta en práctica de terapias probadas científicamente en casos de adicción como puede ser la Terapia Cognitivo-conductual, una de las más utilizadas en este tipo de casos.
La Terapia Cognitivo-conductual persigue la modificación de conductas, hábitos, creencias o pensamientos que puedan ser potencialmente nocivos y perniciosos por mantener la conducta adictiva.
El terapeuta ayudará a la persona con una conducta adictiva a desarrollar habilidades útiles, nuevas estrategias y nuevas ideas o pensamientos que le permitan superar el síndrome de abstinencia con éxito y lograr una desintoxicación completa de la droga a la conducta adictiva determinada.
El proceso de esta fase dura entre 8 y 12 semanas.
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3. Rehabilitación
El proceso de rehabilitación tiene una duración media de 12 meses y consiste en una recuperación y entrenamiento de una serie de conductas y hábitos saludables diarios que la persona puede haber perdido durante su proceso de adicción pasado.
Para culminar con éxito esta fase se pueden poner en práctica terapias de grupo con personas que hayan presentado una misma adicción, en la que se puedan compartir vivencias entre ellos y también puedan funcionar como modelos los miembros del mismo grupo con otras personas.
Además de eso, la ayuda de la familia del paciente también resulta indispensable para lograr adquirir de manera progresiva aquellos hábitos de conducta que afectan a la vida diaria de la persona y que contribuirán de manera decisiva a despojarse por completo de cualquier atisbo de adicción.
4. Reinserción social
La última fase o de reinserción social tiene como objetivo que la persona adicta recupere su vida social y personal anterior a la adicción, y este también el objetivo final de toda intervención psicoterapéutica en adicciones.
Para lograr una reinserción social completa será necesario un seguimiento permanente durante varios años de la vida de la persona, tanto a nivel psicológico como médico si es necesario y también en el ámbito social.
Esta fase es una de las más duraderas, ya que la completa reinserción social tardará años en ocurrir, es por eso que su duración media es de unos 4 años.