Un centro de desintoxicación es un recurso sociosanitario que permite a los sujetos con algún tipo de adicción poder tratarse en un entorno seguro, recibiendo atención completa, profesional y personalizada.
El centro de desintoxicación da la posibilidad de estar constantemente atendido y apoyado por un equipo multidisciplinar de médicos, psicólogos, enfermeros o cualquier profesional sanitario que pueda requerir el paciente. El propósito de asistir a estos centros es poder desintoxicarse de forma segura., por lo que es recomendable acudir cuanto antes para evitar graves consecuencias para la salud física y mental.
En este artículo hablaremos de qué señales en el sujeto con conducta adictiva nos indican la necesidad de acudir a un centro de desintoxicación.
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¿Qué entendemos por centro de desintoxicación?
Un centro de desintoxicación es un recurso que se utiliza con el propósito de favorecer la pronta recuperación de los pacientes con algún tipo de adicción.
En estos lugares, un equipo de expertos en el ámbito de la salud (y acreditados como tales) tienen en cuenta las particularidades de cada caso e intervienen tanto desde la medicina como desde la psicoterapia, dando soluciones a medida. En ocasiones la mejor opción es aislar al paciente, es decir, separarlo de su entorno social para así disminuir el riesgo de volver a consumir y mantener más control de la abstinencia y de la sensación de craving o deseo. En otros casos, se recomienda una intervención centrada en un abordaje más psicosocial o incluso comunitario, poniendo énfasis en la realización de actividades en grupo.
Asimismo, en estos centros pueden recibir atención continuada de un equipo multidisciplinar, formado por médicos, psicólogos, enfermeros… El propósito es realizar un tratamiento ajustado a las necesidades de cada paciente y lograr su recuperación y correcta reinserción en la sociedad.
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¿Qué señales nos indican la necesidad de acudir a un centro de desintoxicación?
Existen indicadores y cambios comportamentales que señalan la necesidad de acudir a un centro de desintoxicación cuanto antes. Los centros de desintoxicación ayudan no solo a evitar consecuencias negativas, como sobredosis o suicidio, sino que también permiten procurar una mejor vida para el individuo mediante el proceso de desintoxicación y reinserción laboral y social, haciendo que pueda vivir de manera funcional.
No debemos esperarnos a estar en estadios avanzados de la adicción, porque cuanto más avanza la enfermedad, más recursos y esfuerzos se requieren para superarla.
Veamos pues qué señales o comportamientos funcionan como alarma e indicador para acudir a un centro de desintoxicación. Estas se pueden clasificar principalmente en alteraciones en la conducta o físicas. Eso sí, para buscar ayuda no es necesario que una persona desarrolle todas estas alteraciones.
Alteraciones conductuales
Es habitual que la conducta y el comportamiento de los sujetos con adicción se altere repercutiendo en su vida tanto laboral, familiar o social. Es fundamental percibir estos cambios, detectarlos cuanto antes para poder actuar de manera temprana y evitar consecuencias más graves.
1. Cambios de humor
El cambio del estado emocional es indicativo de la inestabilidad en el que se encuentra el paciente. Se encuentra en una situación de dependencia psicológica y física, cambiando su humor dependiendo de si puede o no conseguir la droga o si aún siente los efectos de la droga o se encuentra en situación de abstinencia.
Existen distintos tipos de droga que actúan de manera distinta sobre el sistema nervioso, pudiendo activarlo (como por ejemplo la cocaína), relajarlo (como la heroína) o distorsionarlo (como los alucinógenos). Por este motivo, dependiendo en qué punto se encuentre el sujeto, si está intoxicado o en abstinencia, la reacción anímica será diferente.
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2. Realiza actos delictivos
Otra conducta que podemos observar es la realización de robos, ya sean en el ámbito familiar, robando dinero a sus padres o pareja con el propósito de poder conseguir más droga o realizar la conducta adictiva, o cometiendo actos ilegales como atracar a gente desconocida con la finalidad también de poder pagar la droga.
3. Problemas económicos
La situación económica del sujeto puede verse afectada, teniendo problemas económicos como deudas o dificultades para llegar a fin de mes. Puede que deje de pagar cosas importantes como la hipoteca de la casa, la escuela de sus hijos o incluso comprar comida, para poder pagar la droga.
4. Tendencia a mentir frecuentemente para mantener o incrementar el nivel de consumo
Recurrir a la mentira también es un comportamiento frecuente. El sujeto puede tratar de esconder la conducta de adicción, evitando mostrar la falta de control de la conducta de consumo. Negará tener problemas con la droga y puede decir la frase típica de “yo controlo” cuando realmente se encuentra superado por la situación. En muchas ocasiones hay una falta de reconocimiento del problema o trastorno.
Asimismo, también podemos observar mentiras realizadas con el propósito de beneficiarse uno mismo y conseguir algo de las otras personas. Por ejemplo, pedir dinero a un familiar alegando que lo necesita para comprarse comida cuando realmente se lo gastará en droga. Es crucial estar atentos a este tipo de comportamiento para que no nos engañen.
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5. Nuevas amistades del mundo de la droga
Podemos también observar que la persona empieza a moverse en un grupo social distinto al que solía juntarse. Deja de ir con los amigos de toda la vida para empezar a ir con gente nueva de la que no tenemos mucha información, ya que evita explicarnos cosas sobre ellos.
Estas nuevas relaciones sociales, lejos de ser beneficiosas y ayudarle a salir de la adicción, reforzarán el consumo de drogas. Por esta razón, es fundamental realizar aislamiento en los centros de desintoxicación para que pueda romper el vínculo con las personas que son malas influencias y poder aprender habilidades que le permitan desarrollar relaciones más saludables.
6. No complimiento en el trabajo
A medida que la adicción evoluciona, empeora, se ven cada vez más afectados los distintos ámbitos de la vida del sujeto. Así es habitual que el ámbito laboral se vea alterado y deje de cumplir sus obligaciones en el trabajo, bajando su rendimiento o dejando de asistir sin dar explicaciones. Si no se pone remedio a tal situación, esta puede derivar con el despido del individuo y pérdida de trabajo, comportando así una peor situación para el sujeto.
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7. Cambio de rutinas
La persona adicta puede cambiar su modo de actuar y su estilo o ritmo de vida. Podemos observar modificación de su rutina diaria; las obligaciones cotidianas quedan abandonadas y en relativamente poco tiempo pasa a realizar otros comportamientos o actividades que anteriormente no realizaba, como salir más de fiesta o pasar más tiempo en el bar.
El cambio de rutinas comporta conductas de riesgo o desadaptativas. Es decir, el cambio empeora la situación y repercute en la vida del individuo.
8. Cambios conductuales inexplicables
Del mismo modo, que hicimos mención de los cambios repentinos del estado de humor, también son característicos los cambios de conducta sin que haya una explicación clara. Vemos cómo el sujeto empieza a actuar de manera distinta a la habitual, a acudir a sitios que antes no iba o realizar acciones que antes no hacía, sin que haya una explicación aparente. Es más, con el propósito de ocultarnos información, de conocer la situación real, tampoco querrá y evitará responder a las preguntas que le hagamos de dónde va o por qué actúa así.
9. Falta de interés
Otro indicador comportamental que puede ser señal de problemas con la conducta adictiva y necesidad de actuar e intervenir cuanto antes es la pérdida de interés por otras actividades que antes hacía o le gustaba realizar. Ya no hay nada que le motive, solo la conducta adictiva le hace implicarse en algo, todas las acciones que realiza las hace con el propósito de conseguir la sustancia.
10. Continúa consumiendo pese al peligro de la situación
Un síntoma que también podemos percibir en personas con adicción a sustancias es el no abandono de la conducta adictiva, no poder dejarlo, pese a ser conscientes del daño que está causando en su vida y de lo peligrosa que es tanto para su salud mental como física. El sujeto ve los efectos que le produce la droga, pero no es capaz de ponerle fin a la conducta adictiva.
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Alteraciones físicas
De igual forma que podemos observar cambios en el comportamiento que nos indiquen la presencia de problemas con las drogas, también podemos identificar señales físicas del funcionamiento del organismo que afecten a su salud física.
Según el tipo de droga, los signos físicos que podemos observar son distintos. Las drogas estimulantes del sistema nervioso suelen comportar más necesidad de descanso y de dormir; pupilas dilatadas; aumento del ritmo cardíaco; pérdida de apetito o de peso; aumento de la actividad motora, agitación… Todos estos síntomas nos indican que el sujeto muestra una intoxicación vinculada a la droga. En cambio, las drogas depresoras del sistema suele comportar mayor cansancio y somnolencia, disminución de la atención o pupilas en punta, más pequeñas.
Asimismo, en ambos casos vemos cómo hay una falta de cuidado propio, con poca o nula higiene tanto propia, personal, como de su entorno, el sujeto muestra una imagen, un aspecto dejado y un estado o apariencia poco saludable.
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