“Tenía la sensación de que me estaba dando un infarto”. Es muy frecuente oír decir esta frase a aquellas personas que han padecido una crisis de pánico por primera vez.
Y lo cierto es que tiene sentido que piensen tal cosa, ya que los síntomas son fácilmente confundibles: en ambos casos se observa entre otros síntomas activación somática, hormigueos, dolor en el pecho, taquicardia y ahogos. Pero existen diferencias que nos pueden ayudar a determinar si lo que nos sucede en sólo producto de la ansiedad o estamos ante un problema cardíaco real. En este artículo vamos a observar algunas de las diferencias entre ambas problemáticas.
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Síntomas en común
De cara a establecer las diferencias entre ansiedad y problemas cardíacos deberíamos en primer lugar tener en cuenta a qué se refiere cada término.
1. Ansiedad
La ansiedad es un estado de inquietud, malestar subjetivo de grado variable que se produce por norma general ante la anticipación de un posible estímulo, escenario o situación futuro. En algunas personas, un nivel muy elevado de ansiedad puede terminar por causar una de las conocidas como crisis de ansiedad o de pánico.
En estas situaciones aparecen de manera repentina un elevado nivel de sufrimiento y malestar en el que aparece por lo general taquicardia, dolor en el pecho o en otras zonas del cuerpo, sudoración, temblores, sensación de asfixia, hormigueos, síntomas disociativos como desrealización o despersonalización, aturdimiento y pensamientos sobre la posibilidad de perder el control o morir, creyéndose con frecuencia que se está sufriendo un infarto. Se trata de un fenómeno muy común que no tiene porqué circunscribirse a un trastorno (de hecho, técnicamente la mayoría de nosotros tendremos al menos una a lo larga de nuestra vida), que se origina debido a una hiperactivación del sistema límbico que genera a su vez la hiperactivación del sistema nervioso simpático.
2. Problemas cardíacos
En lo que respecta a los problemas cardíacos, existen una gran cantidad de posibles alteraciones que podrían tenerse en cuenta para provocar síntomas semejantes, pero lo más habitual es considerar la existencia de una angina de pecho o de un infarto. Los síntomas más habituales incluyen dolor en el pecho, sensación de mareo, fatiga y dificultad para respirar, a menudo precedido en el caso del hombre de dolor y adormecimiento del brazo derecho.
En la mujer los síntomas son más fácilmente confundibles con la ansiedad, pues el dolor no suele ser tan localizado en el brazo derecho sino a nivel más general. Las causas por lo general se encuentran en la presencia de obstrucciones al flujo circulatorio, generalmente en las arterias.
Principales diferencias entre ansiedad y problemas cardíacos
A continuación vamos a observar algunos de los principales elementos que nos permiten diferenciar entre ansiedad y problema cardíaco. Sin embargo hay que tener en cuenta que se trata de diferencias generales, siendo en muchos casos necesaria la realización de un electrocardiograma y/o otras pruebas para confirmar la presencia o ausencia de daños cardíacos.
1. Tipo y localizaciones de dolor
Las personas que padecen un infarto, el principal problema cardíaco con el que se confunde la crisis de ansiedad, refieren haber sentido un dolor de tipo opresivo que se presenta en el pecho, cuello y espalda, y en el caso de los hombres en el brazo izquierdo. Sentimos como si estuviésemos siendo aplastados, y normalmente empeora con el esfuerzo.
En la ansiedad sin embargo el dolor se describe como punzante, como si nos clavaran algo en el pecho. Además de en esta zona el dolor puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, y al contrario que en los trastornos cardíacos no se vincula con el esfuerzo que estemos realizando.
2. Duración de los síntomas
Los síntomas de una crisis de pánico o ansiedad tienden a durar unos pocos minutos, si bien en algunos casos se puede llegar a prolongar. Existen diversas consideraciones al respecto, pero por lo general tienden a durar como máximo entre diez y quince minutos.
En el caso de la presencia de daños cardiacos o infarto lo que el dolor tiende a perdurar largo tiempo y si desaparece suele volver a reaparecer al poco tiempo.
Obviamente esto no quiere decir que ante el surgimiento de los síntomas tengamos que esperar para comprobar cuánto duran, ya que en caso de infarto la espera excesiva podría resultar mortal. Es necesario acudir a un centro médico con la mayor rapidez posible.
3. Alteraciones respiratorias
Una de las principales diferencias que pueden permitirnos distinguir entre un problema cardíaco y la ansiedad se vincula a la presencia o ausencia de alteraciones respiratorias. En la ansiedad resulta muy común la presencia de hiperventilaciones y sensación de ahogo, cosa que no es habitual en un ataque al corazón.
En los problemas cardíacos por lo general la respiración sigue funcionando con normalidad o bien se presenta una dificultad para llevarla a cabo, sin que esta se acelere a menos que el propio ataque cardíaco provoca la aparición simultánea de ansiedad.
4. Parestesias y adormecimiento
Otra característica que suele ser distintiva en ambos problemas es la hemiparesia o el hormigueo. (Más información sobre la hemiparesia). En la ansiedad es frecuente que nos encontremos con cierto adormecimiento y hormigueo de brazos y piernas acompañados de pinchazos súbitos. Sin embargo en un ataque cardíaco real tiende a darse un adormecimiento uniforme y sin variaciones, a menudo únicamente en la parte izquierda del cuerpo.
5. Sensación de pérdida de control
Por norma general, a menos que el propio padecimiento del problema cardíaco genere una crisis de ansiedad en quien lo sufre, el sujeto que sufre un infarto no tiende a tener ningún tipo de pérdida de control conductual.
En la ansiedad por el contrario es frecuente que el sujeto tenga sensaciones de extrañeza y síntomas disociativos como la desrealización, así como la sensación de que no puede controlar su propio cuerpo y emociones. También es frecuente el pensamiento de que puede estar volviéndose loco.