7 estrategias para combatir la hipocondría

El propio cuerpo está mandándonos constantemente señales ambiguas, difíciles de interpretar; no por el hecho de que sea nuestro organismo, sabemos exactamente todo lo que pasa en él. Por ello, es normal el hecho de preocuparnos puntualmente ante la posibilidad de haber contraído o desarrollado alguna enfermedad.

Sin embargo, existen también otro tipo de casos en los que el individuo se preocupa excesiva y constantemente, de manera sistemática, por su propia salud, percibiendo como señales de alarma procesos biológicos normales o, al menos, que no implican patologías de importancia. Este tipo de fenómeno es conocido como hipocondría, y es una alteración psicológica que puede dañar nuestra calidad de vida, incluso si se basa en miedos infundados.

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Consejos para combatir y superar la hipocondría

La hipocondría puede ser entendida como un círculo vicioso apoyado en dos elementos: la predisposición a interpretar cualquier aparente anomalía de nuestro cuerpo como una señal de enfermedad, por un lado, y una tendencia a obsesionarse por ello y pensar una y otra vez en situaciones hipotéticas muy pesimistas y vinculadas por la propia salud, lo cual lleva a hacer autochequeos constantes y a sentir que se necesita asistencia médica una y otra vez, por mucho que ningún profesional diagnostique la supuesta enfermedad. Ese bucle de ansiedad y pensamientos repetitivos da lugar a síntomas de tipo ansioso, que a su vez pueden generar otros síntomas físicos debido al desgaste que esto genera en el sistema neuroendocrino.

Estos síntomas tanto físicos como psicológicos pueden ser inquietud, agitación, estrés constante, angustia, obsesiones por la propia salud, erupciones cutáneas, fatiga e insomnio. Y como la situación empeora con el tiempo, es recomendable hacer algo para combatir la hipocondría y no dejar que se instaure totalmente en nuestro día a día.

A continuación presentamos una serie de estrategias de gran utilidad con las que podrás combatir la hipocondría y que se pueden aplicar en el día a día.

1. Acude a psicoterapia

Acudir a psicoterapia si consideras que puedes estar sufriendo un verdadero trastorno psicológico es la mejor forma de poner nuestro caso en manos de un profesional cualificado en este tipo de intervenciones.

Es importante solicitar los servicios de un profesional de la psicología siempre que nuestro nivel de hipocondría no se quede en un simple malestar, y pueda también acarrearnos problemas a nivel cotidiano e interfiera con nuestro funcionamiento normal. El profesional de la salud mental será quien confirmará si se trata de una alteración psicopatológica y planteará un plan de terapia.

Un profesional de la psicología experto en hipocondría revisará a fondo nuestro caso y nos proporcionará el apoyo personalizado que necesitamos.

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2. Revisa a posteriori tus propios miedos

Una de las características clásicas de las personas con hipocondría es la tendencia a generar pensamientos muy negativos o catastróficos sobre posibles enfermedades que ha contraído la persona o que contraerá en un futuro próximo.

Para combatir estos pensamientos y temores irracionales que no se basan en hechos reales, es necesario acostumbrarse a revisarlos y analizarlos a posteriori, para ver que solo están en nuestra cabeza y no encajan con la realidad.

De este modo comprobaremos que nada de lo que temíamos se ha cumplido y dejaremos de albergar ese tipo de pensamientos y preocupaciones progresivamente con el tiempo.

3. Lleva un estilo de vida saludable

Una de las primeras cosas que se recomiendan a personas con hipocondría por parte de los profesionales de la psicología y de la salud es la de poner en práctica hábitos de vida saludables a todos los niveles. Esto nos expondrá menos a la ansiedad, ya que el desgaste físico nos hace más vulnerable a este tipo de alteraciones al estar menos preparados para afrontar los problemas del día a día o incluso el propio malestar físico, amplificándolo.

Algunos de estos hábitos saludables son: hacer ejercicio físico moderado semanalmente, llevar una dieta sana y equilibrada sin exceso de carbohidratos, caminar un mínimo de 30 minutos al día y realizar actividades que sean activadoras del intelecto como por ejemplo la lectura o los pasatiempos.

Llevando a cabo un estilo de vida activo y saludables basado en estos sencillos hábitos, verás como tu cuerpo puede funcionar perfectamente en su totalidad y que no le ocurre nada malo a tu organismo.

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4. Evita intentar bloquear pensamientos negativos

Como hemos comentado, la hipocondría se asocia a una serie de pensamientos negativos recurrentes que alberga la persona que tiene este tipo de alteración de manera sistemática y diaria.

Estos pensamientos desagradables suelen generar un gran malestar en la persona y para superarlos es necesario que no intentes bloquearlos y que intentes aceptar el malestar ocasional, para que de ese modo no le des más importancia de la que tiene por sí mismo.

De esta forma te familiarizarás con esos pensamientos, podrás analizarlos en tu interior y serás capaz de encontrar otros pensamientos sustitutivos más positivos, optimistas y adaptativos.

5. Recuérdate la diferencia entre lo posible y lo probable

Las preocupaciones que albergan las personas con hipocondría se basan a menudo en una incapacidad para distinguir lo que es posible que pase de lo que es probable que ocurra en su vida diaria.

Para abordar uno de los orígenes principales de la hipocondría es recomendable que te recuerdes de manera habitual la diferencia entre lo posible (lo que puede suceder con mayor probabilidad) de lo probable (es decir, aquello que puede suceder pero con menor probabilidad).

6. Aprende a identificar tus emociones

Identificar las propias emociones es el primer paso para cambiarlas, algo con lo que nos puede ayudar cualquier psicólogo especializado en hipocondría y en gestión emocional.

La identificación de emociones puede hacerse, por ejemplo, llevando un diario personal donde anotemos periódicamente nuestras emociones, con el objetivo de no confundir sentimientos e interpretarlos como la expresión de una enfermedad determinada.

Conocer cada una de las emociones que sentimos y de qué manera se desencadenan nos ayudará a conocernos mejor a nosotros mismo, a conocer nuestros miedos y preocupaciones y a empezar a trabajar para cambiarlos.

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7. Mantén la calma con técnicas de relajación

Algo que debemos recordar siempre para superar nuestro problema de hipocondría es mantener la calma y alcanzar un estado de relajación y equilibrio con el que poder dominar nuestros miedos y pensamientos angustiantes u obsesivos.

Podemos alcanzar estados de calma y sosiego con ayuda de un psicólogo profesional que nos entrene en la aplicación de una de las diversas técnicas de relajación que existen y que están a nuestra disposición.

Algunas de las técnicas de relajación más útiles que podemos encontrar son la meditación, la respiración consciente, el yoga, y la relajación muscular progresiva.

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