Definiciones sobre la psicoterapia hay tantas como libros escritos sobre la misma. Personalmente, yo me quedo con aquello que decía Jerome Frank: “La psicoterapia es una interacción planificada, cargada de emoción entre un sanador socialmente reconocido y una persona que sufre”.
Debido al intrusismo que existe en psicoterapia y en las intervenciones psicológicas en general, conviene interpretar a este “sanador” de Frank, como un profesional colegiado con experiencia suficiente en las teorías y en las técnicas psicológicas.
¿Qué puede lograrse en psicoterapia?
Personalmente, no entiendo la psicoterapia como “un tratamiento” que los pacientes reciben de los terapeutas. Considero que esta visión de la psicoterapia promueve una actitud pasiva del cliente. Por el contrario, la psicoterapia esencialmente es una relación de trabajo entre psicoterapeutas y clientes (pacientes), que resulta más ventajosa y beneficiosa que las estrategias que estos últimos están utilizando hasta ese momento. Esta definición de la psicoterapia implica tres consideraciones fundamentales.
- La primera es el alejamiento del concepto patología como constructo explicativo del problema o asunto por el que alguien acude a terapia. En este sentido, se entiende que el estancamiento de los clientes en sus comportamientos, actitudes y modo de pensar reside en estilos de afrontamiento erróneos o inadecuados.
- La segunda consiste en entender que desde la óptica de la psicoterapia moderna la idea de “curación” es inconcebible. La acción psicoterapéutica, por el contrario, tiene como objetivo la mejoría significativa de las dificultades interpersonales de la persona y, para ello, el proceso terapéutico debe llevar al cliente a un punto de cambio, a una elección libre de aquello que quiere cambiar en su vida.
- Tanto la primera como la segunda consideración, llevan a establecer la relevancia de la responsabilidad del cliente con su proceso terapéutico. Con frecuencia, los síntomas y problemas de la persona que acude a consulta son una forma de expresión de pérdida de control sobre sus vidas, sea por incapacidad o por falta de voluntad. En este sentido, la tarea del terapeuta consiste en desanimar al cliente a parapetarse tras conductas de evitación, expresadas mediante excusas, y por el contrario, animarle a emplear un lenguaje de responsabilidad y afrontamiento sobre sus problemas.
Conviene no confundirse: Averiguar si el cliente es responsable de causar sus propios problemas no es el objetivo de la psicoterapia, recordemos que la aceptación incondicional por parte del terapeuta, de la persona que acude a sus servicios, es fundamental para que funcione la relación terapéutica.
De lo que se trata, lo que es condición necesaria para alcanzar las metas en psicoterapia en la dirección apropiada para el cliente, es el acuerdo terapeuta y cliente para que éste último asuma la responsabilidad de buscar soluciones.
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Las metas de la psicoterapia
Básicamente, lo que se pretende en psicoterapia es que la persona que acude a la misma adquiera autoconocimiento, una buena comprensión de sí misma y de los elementos de su salud mental y emocional. Una relación terapéutica de éxito debe dar lugar a una modificación significativa de aquellos aspectos que condicionan negativamente la vida del paciente.
Naturalmente, las metas en psicoterapia dependen de los problemas y deseos específicos de los clientes, no obstante, podemos establecer algunas metas que, por lo general, suelen ser comunes en muchas de las relaciones psicoterapéuticas que mantenemos los profesionales con nuestros clientes.
A terapia acuden personas que experimentan ansiedad, soledad y depresión como consecuencia de sentimientos de desmoralización y desesperanza, sentimientos de incompetencia y baja autoestima. Con psicoterapia, podemos revertir esta situación ayudando al paciente a experimentar, en primer lugar, sensaciones de esperanza, de fuerza, energía y determinación para alcanzar sus propias metas. Una sólida relación terapéutica es la forma en la que aumenta la voluntad de comprender, aceptar y tomarse en serio las experiencias y asuntos por parte del cliente.
Por otro lado, el trabajo terapéutico en base a la relación terapéutica y la asunción de la responsabilidad de cambio por parte del cliente fortalece la confianza en las propias capacidades y competencias (en eso que yo denomino los talentos de cada uno), y le inculcan energía y determinación orientada desde sus valores, que es una buena manera de vislumbrar diversos senderos para alcanzar las metas que desea el cliente.
Es decir, fortalece el concepto de autoeficacia para ejecutar comportamientos particulares necesarios que puedan ejercer influencia terapéutica sobre los pensamientos distorsionados por los que nos convencemos de que somos lo que pensamos, sobre las percepciones de fracaso, la desmotivación y las dificultades de afrontamiento y, cómo no, sobre los estados de ánimo decaídos y los desafíos de la vida que provocan ansiedad y depresión.
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Superar la evitación
Tenemos miedo a sufrir, probablemente le tememos más al dolor crónico que a la muerte, o asociamos a esta con sufrimiento. Desarrollamos estrategias de afrontamiento para protegernos de esas percepciones y de las ansiedades trastornadas que nos provocan. La evitación, como estrategia de afrontamiento, tiene su utilidad para problemas que no tienen consecuencias a largo plazo; estaremos de acuerdo en que no vale la pena sufrir estrés por un problema que se va a solucionar por sí solo en poco tiempo. Sin embargo, la evitación es un mal plan para problemas que no van a desaparecer en la vida de una persona si esta no hace algo al respecto.
La evitación experiencial es básicamente una forma de negación y escape que requiere distorsiones cognitivas del pensamiento y de la percepción que, por lo general, agudizan más el problema que se pretende evitar. Por eso, controlar las conductas de evitación, aceptar la realidad y desarrollar pautas de afrontamiento son logros terapéuticos y constituyen mejoras significativas en los conflictos de los pacientes.
Blas Ramón Rodríguez Armas
Blas Ramón Rodríguez Armas
Psicólogo, psicoterapeuta. Terapia Breve y de 3a.Generación. Hipnosis clínica.Especialista en Depresión y Trastornos de Ansiedad. Tratamiento de las conductas obsesivas y adictivas. Terapias de Pareja y ruptura sentimental
Superar la evitación y afrontar los problemas para encontrar soluciones o mejoras apropiadas a los mismos es un objetivo principal de la psicoterapia. Existe evidencia en la literatura sobre psicoterapia y por la experiencia particular de los y las psicoterapeutas, que trabajar directamente el dolor o el problema que trae el cliente a la terapia es ineludible para la eficacia de los tratamientos.