La relación entre Trastornos Disociativos y trauma por Abuso Sexual

Ciertas experiencias traumáticas pueden dar lugar a la disociación.

La relación entre Trastornos Disociativos y trauma por Abuso Sexual

En la vasta y compleja trama de la psicología humana, existen realidades dolorosas que merecen ser exploradas para llegar a su compresión y empatía; es importante dar voz a realidades minoritarias e incluso estigmatizadas. Uno de los temas más sensibles y trascendentales es el impacto de los traumas por abusos sexuales. En los últimos años, se apunta a la posible relación entre los trastornos disociativos y el abuso sexual.

El abuso sexual, uno de los actos de violencia más dañinos, es una realidad alarmantemente común en todo el planeta. Sus secuelas pueden tener cicatrices invisibles en las víctimas, teniendo dolencias emocionales. El trauma derivado de un abuso sexual tiene un impacto duradero y profundo en la vida de las personas afectadas, generando cargas emocionales abrumadores que pueden manifestarse en síntomas y psicopatologías más complejas todavía.

En este contexto, los trastornos disociativos emergen como un intrigante campo de estudio.

¿Qué son los trastornos disociativos?

Los trastornos disociativos son condiciones psicológicas en las cuales se produce una desconexión de la realidad, un escape de la experiencia traumática a través de la fragmentación de la conciencia. La mente, en un acto de supervivencia, puede separar la experiencia dolorosa de la identidad consciente, dando lugar a síntomas como la amnesia disociativa y la pérdida de sentido de la realidad. A lo largo de este artículo, exploraremos cómo el trauma puede catalizar la aparición de trastornos disociativos y cómo, a su vez, estos trastornos disociativos pueden influir en la experiencia y el proceso de recuperación de quienes han sido víctimas de abuso sexual.

Así, la característica principal de los trastornos disociativos es la aparición de una desconexión temporal de la realidad. Estos nos permiten entender cómo la mente puede protegerse y adaptarse ante experiencias traumáticas tales como el abuso sexual. Esta desconexión temporal de la realidad se caracteriza por interrupciones en la integración normal de la conciencia, la memoria, la identidad y la percepción. La disociación implica una separación entre los aspectos de la experiencia que normalmente están conectados, lo que puede resultar en una sensación de fragmentación o irrealidad que puede suponer mucho miedo y ansiedad.

La disociación se ha considerado un mecanismo de defensa psicológica. Cuando una persona se enfrenta a una experiencia traumática, la mente puede desconectar temporalmente aspectos de la conciencia para reducir el impacto emocional abrumador. Es como si la mente creara compartimentos para separar el dolor del resto de la experiencia consciente. Volveremos a esto para explicar la relación entre la disociación y los abusos sexuales.

¿Qué es el trauma por abuso sexual?

El abuso sexual se refiere a la explotación o violencia de carácter sexual que una persona ejerce sobre otra sin su consentimiento. Esta forma de abuso puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo el acoso, la violación, el abuso infantil y el abuso en relaciones de confianza. Es fundamental comprender que el abuso sexual no solo afecta el cuerpo, sino también la mente y el espíritu de las víctimas. El trauma por abuso sexual puede crear una espiral descendente en la vida de las víctimas, afectando su salud física y mental, así como su calidad de vida en general.

Aquí es donde entra en juego la relación entre los trastornos disociativos y el trauma por abuso sexual. El trauma derivado del abuso sexual puede ser tan abrumador que la mente recurre a la disociación como un medio para sobrevivir a la experiencia. La separación de la realidad puede actuar como un amortiguador psicológico, permitiendo que la víctima navegue a través del dolor sin sentirlo en su plenitud.

Cómo el abuso sexual puede conducir a trastornos disociativos

Como ya venimos comentando a lo largo de este artículo, la disociación relacionada con el trauma por abuso sexual suele explicarse como un mecanismo de defensa psicológica para, de alguna forma, abstraerse del trauma y alejarlo de la conciencia. Esta desconexión de la realidad es una reacción natural e inconsciente en la mayoría de los casos, que ayuda a la víctima a enfrentar el trauma de forma temporal. La mente fragmenta la experiencia para reducir el impacto emocional abrumador, permitiendo que la persona sobreviva la situación.

De esta forma, la disociación actúa como una barrera protectora, permitiendo que la víctima procese el trauma de una forma más “llevadera”. Al dividir la experiencia en fragmentos, la mente puede crear compartimentos donde el dolor y la angustia son mantenidos a distancia, lo que puede ayudar a la víctima a sobrellevar la experiencia en ese momento. Sin embargo, esta separación puede tener consecuencias complejas a largo plazo en la salud mental.

A medida que la víctima enfrenta repetidas situaciones traumáticas o persistentes amenazas, la disociación puede convertirse en una respuesta crónica. Esta adaptación, si se mantiene durante un período prolongado, puede evolucionar hacia trastornos disociativos más complejos, como la disociación disociativa o el trastorno de identidad disociativo (TID). Estos trastornos pueden persistir mucho después de que el abuso sexual haya cesado, influyendo en la percepción de la realidad y la identidad del individuo.

Conclusión

Como conclusión, aunque los trastornos disociativos no siempre tienen las mismas causas, sufrir abusos sexuales y traumas derivados de ellos sí se ha identificado como una causa clave para esta disociación.

Blanca Ruiz Múzquiz

Blanca Ruiz Múzquiz

Psicoterapeuta de Familia y Pareja

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

En estos casos, la fragmentación de la mente y la separación psico-cognitiva de la realidad vivida sirve para protegerse de alguna forma del trauma y evitar caer en el bucle del dolor. Por eso, es importante dar voz a estas realidades tan traumáticas, ya que, con la suficiente información, una persona que experimente abusos sexuales y disociación consecuente de estos, puede ser más consciente de su situación y pedir ayuda con más facilidad.

  • Rodríguez Vega, B., Fernández Liria, A., & Bayón Pérez, C. (2005). Trauma, disociación y somatización. Anuario de Psicologia Clinica y de la Salud/Annuary of Clinical and Health Psychology, 1, 27-38.
  • Vazquez, A. G. (2008). Disociación y trauma. Cadernos de psicoloxía, 32, 63-78.

Psicóloga

Madrid

Blanca Ruiz Múzquiz es psicóloga especializada en Psicología Clínica y terapia familiar y de pareja, y dirige la consulta de asistencia psicológica Psiquilibrium. Ofrece sesiones tanto en Madrid como a través de la modalidad de terapia online.

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