Trastorno por Estrés Agudo: síntomas, causas y tratamiento

Este trastorno mental está basado en los traumas psicológicos. Veamos cómo se desarrolla.

Trastorno por Estrés Agudo
Un trastorno originado por traumas.

El Trastorno por Estrés Agudo implica la exposición a un evento o suceso traumático, y origina una serie de síntomas intrusivos, disociativos y de evitación, causando un grave malestar a la persona que lo padece.

Dura entre 3 días y 1 mes, y si los síntomas perduran, acaba evolucionando a un TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático). En este artículo conoceremos los principales síntomas de este trastorno, las causas que lo originan y los tratamientos que se utilizan.

Trastorno por Estrés Agudo: características

El Trastorno por Estrés Agudo (TEA) es un trastorno clasificado como “trastorno relacionado con traumas y factores estresantes”, dentro del DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders).

Se trata de una forma abreviada del TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático); así, mientras el TEPT dura como mínimo 1 mes, el TEA dura como mínimo 3 días y como máximo 1 mes. Es decir, cuando se supera un mes de duración de los síntomas, el TEA pasa a ser un TEPT.

Síntomas

Los criterios diagnósticos del Trastorno por Estrés Agudo en el DSM-5 son los siguientes.

1. Exposición a muerte, lesión grave o violencia sexual

El primer criterio incluye la exposición a un suceso tan impactante y traumático como una muerte, una lesión grave o un caso de violencia sexual. Puede ser vivida de forma real o en forma de amenaza.

Las formas de exposición incluyen cuatro variedades o situaciones: puede ser una experiencia directa del hecho, estar presente en el suceso ocurrido a otros, conocer que el suceso le ha ocurrido a un familiar o amigo íntimo, o que hayamos sido expuestos a detalles repulsivos del suceso de forma repetida o extrema.

Este último caso de los detalles, se incluirían a profesiones como policías y bomberos, entre otros, ya que se exponen frecuentemente a la muerte, a la violencia y al maltrato infantil, por ejemplo.

2. Síntomas diversos

El segundo criterio del Trastorno por Estrés Agudo incluye la presencia de 9 síntomas (o más) de entre 5 categorías, siendo éstas: la intrusión, un estado de ánimo negativo, disociación, evitación y alerta. Los síntomas empiezan o empeoran después del suceso o sucesos traumático/s.

Veamos las 5 categorías de síntomas:

2.1. Intrusión

Incluye los recuerdos al propio suceso; estos recuerdos son intrusivos e involuntarios, además de angustiosos y recurrentes (se van repitiendo). En los niños, sin embargo, en lugar de recuerdos pueden aparecer juegos que expresen de alguna forma partes del suceso traumático.

Pueden aparecer también sueños recurrentes del suceso o parte de él, reacciones disociativas y un malestar psicológico importante.

2.2. Estado de ánimo negativo

En el Trastorno por Estrés Agudo otro síntoma destacable es la incapacidad de experimentar sensaciones o emociones positivas.

2.3. Disociación

Además, puede aparecer un sentido de la realidad o de uno mismo alterado, así como una incapacidad para recordar el propio suceso o una parte de él.

2.4. Evitación

La persona con Trastorno por Estrés Agudo intenta evitar recordar o pensar en el suceso, y hace importantes esfuerzos para lograrlo; también evita recordar personas, objetos o conversaciones relacionadas con el suceso (es decir, recordatorios externos del mismo).

2.5. Alerta

La quinta categoría de síntomas incluye alteraciones en el sueño, un comportamiento irritable o furioso, hipervigilancia, problemas de concentración y respuestas de sobresalto exageradas.

Causas

Como hemos visto, las causas del Trastorno por Estrés Agudo son la exposición (en cualquiera de sus variantes) a un suceso o hecho traumático e impactante, relacionado con la muerte (por ejemplo un suicidio, un accidente mortal o un asesinato), una lesión grave (por ejemplo resultar herido de gravedad después de un accidente) y la violencia sexual (por ejemplo una violación).

Es decir, el suceso debe ser de cierta gravedad y muy impactante para la persona que lo vive, lo escucha o lo ve. Así, las causas pueden ser las mismas que originen un TEPT.

Tratamiento

El tratamiento psicológico del Trastorno por Estrés Agudo incluye técnicas de exposición al trauma. Suelen ser técnicas que incluyen entre sus estrategias el entrenamiento en imaginación y la exposición encubierta (imaginada), aunque también se puede utilizar la exposición en vivo, especialmente a detalles, objetos o personas relacionadas con el suceso.

Además, se suelen emplear estrategias para que el paciente escriba o exprese la historia del suceso, que incluye todos los detalles posibles del mismo, para que posteriormente reelabore dicha historia o escrito e incluya elementos tranquilizadores, relajantes o positivos. El objetivo es que el paciente vaya procesando de forma sana lo que vivió o el evento al que estuvo expuesto de una forma u otra.

Otra técnica utilizada para el Trastorno por Estrés Agudo es la reestructuración cognitiva, que permite eliminar o modificar las distorsiones cognitivas y los pensamientos negativos y/o catastrofistas originados por la experiencia traumática.

Tratamiento farmacológico

En cuanto al tratamiento psicofarmacológico, se pueden utilizar fármacos ansiolíticos de forma complementaria a la intervención psicológica, para aliviar los síntomas más fisiológicos y ansiosos de la persona.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que el Trastorno por Estrés Agudo dura como máximo 1 mes, y que por lo tanto no es una duración tan grande como para alargar la duración de la prescripción farmacológica; a veces, incluso, no se recetará ningún medicamento, todo depende de lo que indique el médico o psiquiatra después de una evaluación exhaustiva de la persona.

Referencias bibliográficas:

American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana. Belloch, A.; Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen I y II. Madrid: McGraw-Hill. Pérez, M.; Fernández, J.R.; Fernández, C. y Amigo, I. (2010). Guía de tratamientos psicológicos eficaces I y II:. Madrid: Pirámide.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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