El Trastorno Delirante, también conocido como Psicosis Paranoide, es un desorden psicótico. Este trastorno se manifiesta con la presencia de ideaciones y pensamientos delirantes, inconexos con la realidad, y sin la presencia de otra psicopatología de base.
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Trastorno Delirante: ¿qué es?
Pero, ¿cuáles son las señales y signos que podemos apreciar en una persona que sufre Trastorno Delirante? El diagnóstico de este trastorno debe realizarlo un profesional de la salud mental, y se guiará por varios criterios diagnósticos:
- Las ideas delirantes deben presentarse durante más de un mes
- El cuadro de delirios no debe ser producto del abuso de sustancias tóxicas, fármacos o de otras patologías
Síntomas y señales
¿Cómo se comportan las personas con Trastorno Delirante? El cuadro de psicosis paranoide suele manifestarse en que las personas que lo padecen están totalmente convencidas de cosas que no son reales. Por ejemplo, pueden creer que son deportistas famosos o cantantes de éxito, y a partir de ahí idear que la gente los persigue y acosa por la calle, o tener paranoias pensando que hay gente que quiere dañarles de alguna manera.
Esta afectación psiquiátrica se suele englobar dentro del grupo de psicopatologías en las que se manifiesta una sola idea delirante, o bien una serie de ideas delirantes muy vinculadas entre sí y que permanecen a través del tiempo, siendo difíciles de tratar y persistiendo, en muchas ocasiones, hasta el final de la vida del individuo afectado.
¿Qué tipo de delirios sufren estas personas?
Exactamente, ¿qué pasa por la cabeza de estas personas? Las ideas delirantes pueden variar mucho de un sujeto a otro. Suelen ser pensamientos paranoides relacionados con delirios de grandeza, hipocondría o persecuciones y acoso.
En otros casos, el Trastorno Delirante puede manifestarse con pensamientos recurrentes y sin base real sobre infidelidad de la pareja sentimental, o la creencia de que otros piensan que el sujeto es homosexual, por ejemplo.
Causas
El Trastorno Delirante puede debutar en cualquier momento de la vida. En los casos en que el delirio hace referencia a deformidades de alguna parte del cuerpo, suele aparecer en el inicio de la edad adulta.
El contenido de los pensamientos delirantes y la edad de inicio de los mismos pueden guardar un vínculo bastante directo con algunas experiencias y vivencias que pueden afectar a su estabilidad psicológica. Se ha descrito que, en ocasiones, las ideas paranoides de persecución son más frecuentes en individuos que pertenecen a minorías étnicas históricamente desfavorecidas. Más allá de las conductas y actitudes vinculadas a la ideación delirante, estos pacientes no suelen tener ninguna afectación en su empatía, en sus habilidades comunicativas ni en general en ningún otro aspecto importante.
Características de la Psicosis Paranoide
Como hemos comentado, las personas que sufren Trastorno Delirante padecen ideas, pensamientos y creencias recurrentes e irreales. A pesar de esto, en ocasiones estos delirios no inciden directamente con su rutina diaria.
- En la mayoría de casos, la vida laboral y social puede no verse influida negativamente por el cuadro psicopatológico, a menos que las ideas delirantes aparezcan en esos contextos. Sin embargo, sí es destacable que los pacientes de este trastorno suelen presentar un estado de ánimo irascible y, en algunos extremos, agresivo.
- En cuanto a su forma de ser, acostumbran a mostrarse reservados y esquivos, y no hablan abiertamente sobre su afectación.
- Pueden presentar ideas inconexas entre sí, pero para ellos todos sus esquemas de pensamiento parecen lógicos y fundamentados.
Tipos de ideas delirantes más frecuentes
Los profesionales de la salud mental describen hasta cuatro grandes grupos de delirios según sus características principales. Son las que describimos a continuación.
1. Delirios persecutorios
Es el tipo de delirio más común. La persona que lo sufre vive pensando en que es víctima de una conspiración, y que es espiado y seguido por la calle, constantemente.
2. Delirios de grandeza
Esta clase de delirio provoca que el afectado esté convencido de ser alguien importante, una celebridad. Por ejemplo, pueden pensar que tienen un talento excepcional o que en su pasado fueron deportistas, cantantes o pensadores de renombre.
3. Delirios somáticos
Es un grupo de delirios que afectan a la percepción sobre el propio cuerpo. Los más habituales son: la creencia de que huelen mal, pensar que una parte del cuerpo crece incontroladamente, etcétera.
4. Delirios erotomaníacos
Se trata de la creencia irreal y mantenida en el tiempo de que alguien les ama perdidamente. Es más frecuente en mujeres, y creen recibir cartas, mensajes ocultos o señales de su “enamorado”, que suele ser una persona importante para ella (un profesor, un futbolista famoso, un cantante, un actor…). Pueden incluso ponerse en contacto con el hombre en el que piensan mediante llamadas, mensajes, regalos, y con correspondencia epistolar.
5. Delirios de tipo celoso
Piensan de forma recurrente que su pareja sentimental está con otras personas. Esta creencia de que su pareja les es infiel se basa en conjeturas erróneas que tienen como base el delirio. Puede suponer un peligro ya que esta creencia, en algunos casos, motiva agresiones físicas.
Tratamientos y terapias
Hemos hablado sobre las características del Trastorno Delirante, pero: ¿es posible que estas personas se curen, o por lo menos mejoren su normalidad psicológica?
Existen una serie de tratamientos psicológicos que ayudan a controlar los síntomas, disminuyendo su impacto y recurrencia y logrando que el paciente pueda pensar y estructurar su percepción de la realidad de una forma no patológica.
El psicólogo clínico puede contribuir enormemente a la recuperación de la persona afectada por Trastorno Delirante. Mediante las sesiones terapéuticas, y de forma progresiva, el psicólogo puede guiar al paciente para que explique sus pensamientos y delirios, explore estos contenidos y emociones y, lentamente, consiga identificar los errores en sus esquemas de pensamiento.
Una de las corrientes terapéuticas más aceptadas es la Terapia Cognitivo-Conductual, que se focaliza en lograr cambios en las creencias delirantes y sus efectos psicológicos, emocionales y comportamentales. Es una buena idea animar a las personas que padecen este desorden para que acudan a un psicólogo o psiquiatra de confianza, que les podrán guiar y orientar a mejorar notablemente su calidad de vida.