Trastornos alimenticios: cómo afectan a nuestra forma de vernos

Veamos de qué manera los TCA impactan en nuestra manera de percibirnos y valorarnos.

Trastornos alimenticios: cómo afectan a nuestra forma de vernos

Los trastornos alimentarios son psicopatologías que interfieren en la manera en la que las personas se relacionan con la comida y con su autoimagen física. Son un modo en el que los problemas de salud mental nos muestran hasta qué punto el modo en el que nos vemos a nosotros mismos puede contribuir a deteriorar nuestra salud física a través de una de las funciones biológicas básicas.

Existen varios trastornos alimentarios, cada uno de los cuales presenta características propias que los diferencia de otros; pero todos tienen en común una gran capacidad para dañar la calidad de vida de la persona; algunos de ellos se asocian a un alto riesgo de muerte. Por ello, constituyen en la actualidad un problema grave de salud pública, afectando cada vez más a adolescentes y preadolescentes, que no se encuentran a gusto con su cuerpo y ansían verse de otra forma a nivel físico, en parte presionados por las dinámicas culturales de una sociedad que da gran importancia a la imagen física y a unos cánones de belleza inalcanzables.

Con el objetivo de profundizar el conocimiento sobre estos trastornos, a continuación daremos un repaso a los principales síntomas de los trastornos alimentarios, poniendo énfasis en la afectación que estos tienen en nuestra autopercepción.

Síntomas de los trastornos alimentarios

Estos son los principales síntomas asociados a este tipo de trastornos tan autodestructivos, y sus efectos en el modo de percibir nuestros cuerpos.

1. Anorexia

La anorexia es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes que existen y se caracteriza por un miedo irracional a engordar por parte de la persona que lo padece, motivo por el cual evita comer por todos los medios.

Este miedo acaba provocando a la larga una pérdida drástica de peso, y llega a poner en peligro la salud de la persona, propiciando que se produzca la muerte por inanición. A pesar de que no genera alucinaciones ni modifica en ninguna forma el modo en el que la persona ve y toca su propio cuerpo a través de los sentidos, el modo en el que lo valora y su forma de sentirse ante esos estímulos sí queda alterada: el individuo percibe su cuerpo como mucho menos delgado de como realmente está.

Son muchas las conductas que ponen en práctica las personas con anorexia para no engorda y entre las cuales podemos destacar comer en cantidades muy pequeñas, hacer largas jornadas de ayuno; dietas muy radicales o conductas purgativas (vómitos, ejercicio físico exagerado o uso de laxantes).

En cuanto a los síntomas psicológicos de la anorexia podemos destacar el miedo o la incomodidad a la hora de comer en presencia de otros; la ansiedad al estar cerca de comida o al pensar sobre ella y las mentiras que se suelen dar para esconder la enfermedad o para fingir que se ha comido más de la cantidad real ingerida.

Este trastorno suele afectar más a personas adolescentes y jóvenes; quienes presentan casos de anorexia en mayor proporción en nuestro país son las mujeres de 10 a 34 años, quienes pueden presentar casos de amenorrea o ausencia de menstruación debido a déficits nutricionales graves provocados por la falta de ingesta.

2. Bulimia

La bulimia es otro de los trastornos de alimentación más habituales en la sociedad actual y se caracteriza por la tendencia que tiene la persona de atiborrarse de comida sin control y de manera compulsiva, para después vomitarla o a intentar purgarla por otros medios debido al sentimiento de culpa y angustia que le generan estos episodios.

Desarrollan hábitos para expulsar la comida ingerida o evitar que toda ella sea digerida completamente, como pueden ser los vómitos, el ejercicio excesivo y el uso de laxantes u otros remedios o fármacos para perder peso.

La bulimia puede cursar de manera conjunta con otras alteraciones como la depresión o los trastornos de ansiedad, y una de las características clásicas que presentan estas personas es la de ir al lavabo justo después de comer. A pesar de no basarse tanto en una percepción distorsionada del cuerpo como sí pasa con la anorexia, las personas que la sufren tienden a fijarse mucho en su cuerpo, al culparse por los aparentes defectos que ven en él y entrar en una dinámica de autosabotaje e incluso de auto-castigos.

3. Permarexia

La permarexia es uno de los trastornos alimentarios más recientemente estudiados, y se caracteriza por la obsesión que tienen las personas que la padecen por no engordar y no aumentar de peso, y también por contar las calorías que ingieren.

Así pues, están permanentemente siguiendo dietas muy extremas, que normalmente generan malnutrición o incluso desnutrición. Aunque estas personas no se ven mucho menos delgadas de como son, sí tienen una tendencia a fijarse obsesivamente en la grasa que acumulan, y su día a día está lleno de conductas de autochequeo frente a un espejo.

Las personas con permarexia acostumbran a poner en práctica dietas restrictivas para bajar de peso rápidamente y principalmente para no engordar. Estas dietas, a su vez, suelen provocar problemas graves de salud a largo plazo como puede ser el hipotiroidismo, las úlceras gástricas o la hipoglucemia.

La permarexia no se caracteriza por los hábitos de vómito ni por el consumo de laxantes u otras sustancias purgantes, pero sí que se relaciona con alteraciones emocionales y psicológicas, baja autoestima, obsesión con la comida y dificultades de relación.

4. Vigorexia

La vigorexia se caracteriza por una preocupación obsesiva por el propio cuerpo y por el tamaño del mismo, dando lugar a una obsesión por ganar en robustez y/o en masa muscular, hasta tal punto que las personas llegan a realizar ejercicio físico constante a nivel muy elevado o a comer cantidades excesivas de comida.

Aunque es una alteración muy vinculada a los hombres, existen mujeres que también pueden tener este tipo de trastorno debido a unos estándares de belleza actuales poco realistas basados en una gran forma física a niveles inalcanzables para muchas personas.

La vigorexia está fuertemente vinculada al ejercicio físico excesivo y al mantenimiento de una dieta muy poco equilibrada en la que predominan los carbohidratos y las proteínas, con ausencia de lípidos, lo que puede dar lugar a enfermedades y problemas de salud graves. Además, estas personas son más proclives a consumir trembolona u otros esteroides para ganar músculo rápidamente, poniendo su salud en segundo lugar.

Cómo afectan a la autoimagen corporal los trastornos alimenticios

La autoimagen corporal es la manera que tenemos todas las personas de percibirnos a nosotros mismos, ya sea de manera positiva o negativa, cuando nos miramos al espejo o pensamos en nuestro cuerpo. Es un elemento fundamental del autoconcepto, el cual a la vez está vinculado a la autoestima.

Esta forma de autopercibirse contribuye en gran medida a nuestro bienestar emocional y psicológico, así como a nuestra autoestima y a nuestra actitud en la vida, dependiendo de si es positiva o negativa.

Una vez aprendidos los principales síntomas de los trastornos alimentarios, veamos la afectación que estos tienen en la autoimagen corporal.

1. Anorexia

La anorexia es uno de los trastornos con mayor afectación en la autoimagen corporal y que más distorsionan la realidad que la persona cree percibir cuando se mira al espejo.

Las personas con anorexia se obsesionan con la comida para no ganar más peso y aunque habitualmente están por debajo de su peso saludable, tienen siempre la necesidad de perder más peso porque en su mente se ven con un peso mayor del que realmente tienen.

Esta distorsión elevada de la realidad les lleva a hacer todo lo posible para bajar de peso y generalmente les provoca discusiones y conflictos permanentes con las personas que están a su alrededor.

2. Bulimia

Las personas con bulimia suelen tener un peso normal pero verse a sí mismas con sobrepeso, y a menudo pueden haber presentado previamente casos de anorexia.

Esta preocupación por la propia imagen, igualmente distorsionada, les empuja a llevar a cabo conductas compensatorias inadecuadas como el ejercicio excesivo, el vómito o el uso de fármacos para purgarse

La bulimia es uno de los trastornos más difíciles de identificar ya que la persona puede hacer vida normal aparentemente, comiendo con total normalidad y al tener un peso normal no hay indicios físicos de que pueda existir en ella un trastorno o alteración de la conducta alimentaria.

3. Permarexia

La permarexia no se caracteriza por una distorsión del propio cuerpo, pero el miedo exacerbado a engordar lo más mínimo puede hacer que la persona empiece a mantener hábitos alimentarios poco saludables.

Esta obsesión por los alimentos ingeridos se manifiesta en el estudio pormenorizado y enfermizo de las calorías que llevan cada uno de los alimentos que se van a comer, algo que a la larga les proporciona a dichas personas un gran malestar psicológico y también discusiones frecuentes con su entorno.

Ignacio García Vicente

Ignacio García Vicente

Psicólogo especializado en adultos

Profesional verificado
Almería
Terapia online

4. Vigorexia

La vigorexia se caracteriza por una distorsión del propio cuerpo, pero a diferencia de los casos anteriores, la persona se percibe más pequeña o menos musculada de lo que realmente es.

Es por eso que las personas con este trastorno tienen tendencia a realizar ejercicio intenso de manera obsesiva para lograr tener el cuerpo que desean, aunque siempre acaben estando disconformes con el resultado y siempre quieran alcanzar un ideal de físico inalcanzable.

  • Soutullo Esperón, C. (2010). Manual de Psiquiatría del niño y el adolescente. Madrid: Medica Panamericana. pp. 181-194.
  • Smink, F.R.; van Hoeken, D.; Hoek, H.W. (2013). Epidemiology, course, and outcome of eating disorders. Current Opinion in Psychiatry, 26(6): pp. 543 - 548.

Psicólogo

Almería

Ignacio García Vicente es Psicólogo General Sanitario y terapeuta experto en terapias contextuales y terapia cognitivo-conductual. En su consultorio de Almería capital trabaja con adultos y adolescentes con problemas como las adicciones, las fobias, la depresión, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo y otras alteraciones comunes. También realiza terapia familiar y de pareja.

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