Pese a que la tecnología, el vivir en sociedades democráticas y todo tipo de avance cultural es considerado por la inmensa mayoría como algo inherentemente positivo, fuente de bienestar y de seguridad para la humanidad, hay quienes discrepan muy duramente.
Hay personas que su visión de la civilización, tal y como la vivimos hoy en día, es vista de una forma tan cruda que defienden el volver a un estado primigenio, al estilo de vida de nuestros antepasados los humanos prehistóricos.
El anarcoprimitivismo tiene por seña la defensa de esa idea. Considera que las desigualdades entre las personas se deben, fundamentalmente, al abandono de un estilo de vida nómada para pasar a uno sedentario y, progresivamente, más complejo. Veamos más a fondo en qué consiste esta tan peculiar corriente de pensamiento.
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¿Qué es el anarcoprimitivismo?
El anarquismo primitivista, acortado como anarcoprimitivismo, es una corriente dentro del anarquismo individualista que critica los orígenes y progreso de la civilización. Esta forma de pensamiento se engloba dentro del ecologismo radical y del ecocentrismo, es decir, pone como principal objetivo de su ideología la conservación del medio ambiente a ultranza.
Dentro del anarcoprimitivismo se sostiene que uno de los principales hechos históricos que supuso un gran avance para la humanidad, el paso de una sociedad cazadora-recolectora nómada a una agraria y sedentaria dio lugar a injusticias entre seres humanos, manifestándose en forma de estratificación social. Esta estratificación, sería tanto el inicio de la idea de civilización como el de las dinámicas de poder dentro de la humanidad, con dominados y dominadores.
Los primitivistas abogan por hacer que la humanidad vuelva a un estado primigenio, una época “no civilizada” a través de la desindustrialización, la abolición de la división del trabajo o la especialización en profesiones. También se aboga por un abandono de la tecnología, aunque, dado que la idea detrás de este término es muy amplia, las posiciones anarcoprimitivistas van desde el abandono de la electrónica hasta el abandono por completo de cualquier producto elaborado por el ser humano, por muy simple que éste sea.
Cabe decir que dentro de esta corriente de pensamiento se apunta a varias causas como los males de la civilización: la revolución industrial, la invención del monoteísmo, la escritura, el patriarcado, el uso de herramientas de metal… Sean cuales sean estas causas generadoras de desigualdad, lo que todos los anarcoprimitivistas comparten, tal como decíamos, es el deseo de volver a un estado más simple de la humanidad, una época pre-civilización, siendo algunos defensores del retorno al nudismo y la “resavajización”.
Antecedentes históricos
El anarcoprimitivismo tiene sus orígenes del anarquismo más original, solo que con cambios en la concepción del mismo y la forma de entender la necesidad de que el ser humano viva sin depender de la organización de un estado o jerarquía política.
Esta corriente de pensamiento empezó a tener un enfoque más ecológico gracias a la figura de Henry David Thoreau, un anarquista individualista estadounidense. En su libro más conocido, “Walden” (1854) (no debe ser confundido con “Walden 2” de B. F. Skinner) Thoreau defiende la idea de vivir de forma sencilla y autosuficiente, en entornos naturales, a modo de resistencia al avance de la civilización industrial. Es por este motivo que, si bien en el libro no defiende la idea de volver a la prehistoria, Thoreau es considerado un precursor del ecologismo y anarcoprimitivismo.
Hoy en día, el principal representante del movimiento anarcoprimitivista es John Zerzan, que si bien no defiende una idea tan radical como la que han llegado a preconizar ciertos personajes y grupúsculos violentos, si que defiende la idea de volver a un mundo en el que la tecnología no acapare nuestras vidas, y casi mejor evitar su uso. Zerzan sostiene que, eventualmente, la humanidad verá plausible este retorno a su estado más primigenio.
En cuanto al sector más radical y peligroso del movimiento, existe la figura de Theodore Kaczynski, alias “Unabomber", y grupos ecoextremistas como Individuales Tendiendo a lo Salvaje. Si bien Kaczynski no es anarcoprimitivista propiamente dicho, sí que parte de su pensamiento podría considerarse como tal. El nombre de Ted Kaczynski es conocido por haber perpetrado varios atentados terroristas entre los años 1978 y 1995, enviando paquetes bomba que mataron a tres personas e hirieron a otras 23.
Fundamentos teóricos
La principal idea detrás del anarcoprimitivismo es que antes de la llegada de la agricultura, los seres humanos vivían en tribus nómadas. En estas tribus los individuos no se organizaban en jerarquías o en relaciones de sumisión-dominación; todos ellos vivían social, política y económicamente de forma igualitaria. De hecho, el propio movimiento anarquista más general ve en este tipo de tribus forma precursora de una sociedad propiamente anarquista.
Los primitivistas ven en la aparición de la agricultura el inicio de una mayor dependencia al desarrollo tecnológico, el cual se ha ido agravando con el paso del tiempo. De forma paralela con esta mayor necesidad a los beneficios de la tecnología, la sociedad ha ido fomentando una estructura de poder cada vez más injusta, fundamentada en la división del trabajo y la creación de jerarquías sociales.
No obstante, y pese a que se el dejar de vivir de forma nómada para vivir a base de la agricultura en sociedades sedentarias, dentro del movimiento hay opiniones encontradas sobre la necesidad de rechazar por completo la horticultura. Mientras que unos defienden que la agricultura, en mayor o menor medida, es necesaria, entendiendo sus riesgos en cuanto a que haya individuos que pueden tener más que otros, otros anarcoprimitivistas defienden el volver a una sociedad estrictamente cazadora-recolectora.
1. Rechazo a la civilización
Dentro del anarcoprimitivismo se considera la idea de civilización como un aparato físico e institucional el cual es el origen de la domesticación, control y dominación, tanto por encima de otros animales como de los seres humanos mismos. La civilización es la raíz de la opresión y el objetivo final de los anarcoprimitivistas es su destrucción.
La aparición de las primeras civilizaciones, hará unos 10.000 años, fue el inicio de una desconexión de la naturaleza y de los demás seres humanos que culminó en un estilo de vida individualista, separado del resto, pero en que cada uno de nuestros aspectos vitales está fuertemente controado.
Antes de la civilización los individuos disponían de un amplio tiempo de ocio, autonomía de género e igualdad social. No tenían mayores necesidades que las básicas: alimentarse, descansar, reproducirse, mantener contacto con los demás…
Dado que no se necesitaban muchas cosas para vivir, los seres humanos vivían en paz y armonía. Al ser sociedades sedentarias, no existía la idea de que una tierra era de una u otra tribu y, por lo tanto, no habían conflictos territoriales que acabaran en forma de guerra.
Pero con la llegada de la civilización esto cambió. Se asocia la creación de este tipo de sociedad con la aparición de la guerra, la opresión de la mujer, el crecimiento demográfico, las injusticias laborales, la idea de propiedad y, eventualmente, el capitalismo.
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2. Crítica hacia la cultura simbólica
Los anarcoprimitivistas critican uno de los más grandes, por no decir el más grande, avance de la especie humana: la cultura simbólica. Es decir, se muestran críticos ante la idea de lenguaje, sea este oral o escrito.
Una de las preguntas que se suele hacer ante esta crítica tan particular es la de que cómo pretenden los anarcoprimitivistas comunicarse. Es imposible no pensar en la estereotipada figura del hombre prehistórico, quien para hacerse entender gruñía y gestualizaba.
De acuerdo con el anarcoprimitivismo, y en boca del propio John Zerzan, es la idea de que los seres humanos prehistóricos se llevaban tan bien era porque no existía el lenguaje, que se comunicaban de una forma más directa.
Cabe decir que, pese a mostrarse críticos ante la idea de lo simbólico, no han dado todavía un argumento sólido que permita entender por qué el lenguaje es una mala herramienta de comunicación o qué alternativa existe que sea mejor.
3. Domesticación de la vida
Dentro de la lógica del anarcoprimitivismo, se entiende que la domesticación es un proceso que ha servido para controlar la vida de acuerdo con los designios de la civilización.
Los mecanismos propios de este proceso son varios, y son aplicables tanto a los animales como a los seres humanos (la eugenesia se podría considerar uno de ellos): criar, domar, modificar genéticamente, enjaular, educar, gobernar, esclavizar, asesinar...
Estos mecanismos se imponen por medio de instituciones, costumbres y rituales, sean estos aparentemente inofensivos.
4. Rechazo de la ciencia y la tecnología
Los primitivistas rechazan la ciencia moderna, especialmente aquella que incurra en el uso constante de las nuevas tecnologías en nuestra vida diaria. Defienden la idea de que la ciencia, tal y como se va desarrollando, no es neutral: hay unos intereses, tanto comerciales como de dominancia, detrás de cada desarrollo tecnológico.
Tienen una visión muy fría de la ciencia, viéndola como algo que se ha distanciado de los valores y emociones humanas, siendo extremadamente cuantitativa. Lo científico implica una forma mecánica de ver la vida y, a veces, se comporta como si fuera la religión dominante de nuestro tiempo.
En cuanto a la tecnología, la ven como un elemento que fomenta la alienación del ser humano, y disminuyen las interacciones significativas entre las personas. Esto se hace especialmente patente con los medios de comunicación, que ofrecen una forma distorsionada y parcial de la realidad.
Críticas al anarcoprimitivismo
Dado lo radical que resulta los fundamentos anarcoprimitivistas, era cuestión de tiempo que surgieran fuertes críticas contra el movimiento.
La principal crítica que reciben los anarcoprimitivistas es la de que mantienen una actitud poco coherente. Critican la idea de civilización, pero la mayoría de ellos siguen viviendo un estilo de vida propiamente civilizado, muchas veces occidental. Otra idea es que, pese a rechazar la tecnología, hacen uso de dispositivos móviles, ofrecen entrevistas por Skype, venden libros tanto en formato físico como en digital…
No obstante, cabe decir que el considerar a los defensores de esta corriente hipócritas por defender el abandono de la tecnología y la sociedad tal y como está organizada hoy en día, sin que ellos tomen el primer paso, es una crítica muy simplista. Se tratan de argumentos “ad hominem”, que en vez de criticar las ideas que defienden se limitan a criticar el estilo de vida de quienes las plantean.
De la misma manera que defienden un paulatino abandono de la civilización, los anarcoprimitivistas son conscientes de que muy difícilmente se puede abandonar el estilo de vida actual. Si ocurriera una catástrofe que obligara a la humanidad a organizarse en sociedades nómadas, es muy probable que el apocalipsis estuviera cerca, y esto, autores como Zerzan, lo saben.
Referencias bibliográficas:
- Kaczynski, T. (1996). The Unabomber Manifesto: Industrial Society and Its Future (3rd ed.). Berkeley: Jolly Roger Press. ISBN 0-9634205-2-6.
- Jensen, D. (2000). A Language Older Than Words. New York: Context Books. ISBN 1-893956-03-2.
- Zerzan, J. (1999). Elements of refusal. Columbia, MO: C.A.L. Press/Paleo Editions. ISBN 9781890532017.
- Gagliano, G. (2010). Il ritorno alla Madre Terra. L'utopia verde tra ecologia radicale e ecoterrorismo. Editrice Uniservice. p. 229. ISBN 978-88-6178-595-3.