Considerados como unos muy antiguos ancestros de los alemanes y los ingleses, los sajones fueron una tribu germánica que habitó Europa entre el siglo II y el XI d.C. Son conocidos por haber recibido poca influencia de la cultura romana e, incluso, desbaratar los planes del Imperio al norte del continente.
El pueblo sajón fue expandiéndose por varios lugares del norte europeo, llegando hasta las Islas Británicas en las cuales establecieron algunos reinos que, con el paso del tiempo, conformarían la semilla que daría lugar a la actual cultura inglesa.
A continuación vamos a ver en profundidad cómo era el pueblo sajón, cómo fueron expandiéndose por Europa, qué tipo de sociedad tenían y cómo era su religión.
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¿Qué fue el pueblo sajón?
El pueblo sajón fue un conjunto de tribus germánicas que originalmente habitaron cerca de la zona donde desemboca el río Elba en Alemania. Con el paso del tiempo, este pueblo fue expandiéndose, llegando hasta otros territorios de Europa continental y las Islas Británicas.
Esta cultura sentó las bases de varios países europeos modernos, entre ellos Inglaterra y Alemania, sobre todo porque lograron reducir la influencia latina de los romanos a quienes consiguieron arrebatarles muchos territorios.
El nombre de “sajón” se cree que proviene de la palabra “seax” o “sax”, una especie de espada característica de este pueblo. Hoy en día, este elemento forma parte de la simbología de quienes se consideran descendientes de los sajones, como es el caso de los condados ingleses de Essex y Middlesex. Los estados alemanes de Sajonia, Baja Sajonia y Sajonia-Anhalt reciben su nombre también de este pueblo.
Historia de los sajones
La primera mención sobre los sajones es del siglo II d. C. y es obra del geógrafo egipcio Claudio Tolomeo. De ellos se decía que vivían en el territorio de Jutlandia, ubicado entre el mar del Norte y el río Elba. Su área de influencia más primigenia limitaba al norte con los jutos, al noreste con los anglos, al sur con los francos y al oeste con los frisios, todas ellas tribus germánicas que compartían la misma religión, costumbres y tradiciones y, además, sus lenguas eran mutuamente comprensibles.
Con el paso del tiempo los sajones se fueron extendiendo. Realizaron incursiones de piratería en la zona del mar del Norte y en los siglos III y IV d. C. se dirigieron hacia el sur de la región del río Weser, lugar en el que se encontraron con los caucos y los angrivarios, dos tribus germanas que consiguieron someter y asimilar. Durante la segunda mitad del siglo IV d. C. los sajones invadieron territorios administrados por los romanos y, ya al final del siglo VI d. C., todo el noroeste de Germania hasta el río Elba era territorio sajón.
Es entre los siglos V y Vi que ocurre un acontecimiento que será trascendental para la historia de las islas británicas. Es en esta época en que algunos grupos de sajones invaden Britania y, allí, se unen a otros pueblos que también habían alcanzado las islas, como los anglos y los jutos. El Imperio Romano había conseguido llegar hasta las Islas Británicas, pero la debilidad de los últimos años hizo que la provincia que intentaron instaurar en lo que hoy es Inglaterra y parte de Escocia acabara colapsando.
A inicios del VII finaliza la conquista anglosajona de Bretaña, estableciéndose los sajones en la parte sur del Támesis y fundando los reinos de Wessex, Essex y Sussex al oeste, este y sur respectivamente. Los anglos también fundaron sus reinos: East Anglia, Northumbria y Mercia. Otra tribu germánica, en este caso los jutos, no quisieron perder la opción de tener un reino británico, creando por su parte el reino de Kent. Estos siete estados serían unificados en una monarquía anglosajona en el siglo X bajo el reinado de Alfredo el Grande.
La forma de hablar de los sajones es considerada la lengua directamente predecesora al inglés y en parte al alemán. Los anglosajones, esto es la combinación de sajones con los anglos y, en parte, los jutos, gobernaron sobre Inglaterra hasta el reinado de Eduardo el Confesor. Su poder decayó cuando, en 1066, se produjo la conquista normanda de la región. Pese al cambio de poder político, el idioma de este pueblo permaneció en la región, evolucionando hasta el moderno inglés.
Organización política
Los sajones tenían una organización política bastante simple, al menos durante los primeros siglos. Se organizaban en torno a la figura del Thane, el cual actuaba en calidad de jefe de la tribu formada por unas veinte familias. A su vez, el conjunto de cien familias sajonas conformaban los “Hundreds” (Centenas), que vivían en las aldeas y correspondía con una tribu de mayo extensión y complejidad.
El sistema de poder político sajón era monárquico, habiendo un rey. El monarca lo era no de forma hereditaria, aunque sí que solía ser un familiar del anterior monarca quien era escogido para desempeñar este cargo. Quienes se encargaban de elegir al nuevo rey conformaban el “Witan” o Consejo de Sabios. Por el otro lado, el poder judicial de los sajones era ejercido por el tribunal del Shire.
Organización social de los sajones
La estructura social sajona estaba conformada por tres clases: los edhilingui, los frilingi y los lazzi. Como aristócratas que eran, los edhilingui tenían privilegios por encima de los demás, gozando de la confianza del rey para hacer valer su autoridad en los Hundreds. En cambio, los frilingui u hombres libres tenían una vida más dura dedicándose a trabajar la tierra y cuidar del ganado, laborando para mantener a sus familias y pagar los tributos a reyes y nobles. Por último, los lazzi solían ser prisioneros de guerra hechos esclavo o personas compradas a otras tribus para realizar trabajos forzados.
Economía
Al igual que con otros pueblos germánicos y, también, como en la mayoría de las culturas de tipo tribal, la principal actividad económica de los sajones fue la agricultura y ganadería de ovinos y bovinos. Trabajaban en la tierra de los latifundios, espacios de cultivo pertenecientes a los nobles en las cuales extraían los tributos que iban a parar al rey, además de quedarse con una proporción para mantener a sus familias. También comerciaban con los pueblos vecinos, intercambiando tanto artesanía como esclavos.
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Religión sajona
Los primeros sajones eran politeístas, rasgo compartido con muchos otros pueblos germanos. Adoraban a distintos dioses de la mitología nórdica, además de creer en las fuerzas de la naturaleza. Estas tribus rendían culto a los cambios de estación, celebrando los equinoccios y solsticios, elemento que era compartido también con los celtas quienes daban mucha importancia a los ciclos de la naturaleza.
Los sajones tenían una institución religiosa, los Ealdormen, literalmente “los hombres viejos” que, por su avanzada edad, eran considerados muy sabios y se les había otorgado un alto rango dentro del Shire. Además de encargarse de los rituales y del culto a los dioses del panteón nórdico, controlaban y administraban las tierras sajonas, teniendo la autoridad suficiente como para arrasar toda región que supusiera un obstáculo.
No podemos hablar de la religión de los sajones sin mencionar a algunos de sus dioses, cuyos nombres han quedado para la posteridad en forma de esculturas, grabados e inscripciones en todo tipo de monumentos y restos de Alemania, Inglaterra y otros países germánicos. Además, los dioses nórdicos son los que dan nombre a los días de la semana en prácticamente todas las lenguas germánicas, entre ellas el alemán y el inglés, como Odín al miércoles (Wednesday), Thor al jueves (Thursday) y Freya al viernes (Friday).
1. Odín
Odín era el dios más poderoso del panteón, padre de todos los demás dioses. Gobernaba en la casa de los dioses nórdicos, el Asgard, y su arma era el “gungnir”, una especie de lanza muy poderosa que solo usaba en batalla. En el campo de pelea no se separaba de su extremadamente veloz corcel, Sleipnir, que tenía ocho patas.
2. Thor
Thor era considerado como uno de los dioses más fuertes del panteón nórdico, descendiente de Odín y guardián del poder del trueno. También tenía aptitudes para la guerra y se le caracterizó por luchar con su martillo, el cual siempre regresaba a su mano no importara dónde hubiera ido a parar.
3. Freya
Freya es de las diosas más conocidas y veneradas tanto por los sajones como por los demás pueblos germánicos. Se la consideraba la diosa de la fertilidad, el amor y la belleza y su función se asemejaba a la de la diosa Afrodita. En la cosmovisión sajona se le atribuía haber creado las artes mágicas y los hechizos que conformaban la magia “seidr” nórdica. Esta diosa perfeccionó y enseñó estos poderes a otros dioses.
Referencias bibliográficas:
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- Jones, Michael E. (1998). The End of Roman Britain. Ithaca, NY: Cornell University Press. ISBN 978-0-8014-8530-5.
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