¿Qué entendemos por “Humanidades” y qué se estudia en este tipo de carrera? En un mundo cada vez más concreto, más especializado, parece que estudios interdisciplinares como las Humanidades están condenados a desaparecer.
Usando una expresión bastante extendida en el mundo universitario, podemos decir que las Humanidades “tocan muchas teclas, pero no dan fuerte en ninguna”. Bien, a priori, puede parecer así.
Los estudios humanísticos son polivalentes y no se focalizan en ninguna disciplina en concreto. Pero, paradójicamente, esa es su mejor carta de presentación. ¿Por qué? Porque la realidad no está compuesta de pedazos autónomos y separados entre sí, sino que es una red orgánica de elementos que no solo se tocan, sino que también se entrelazan y forman una cadena interminable de causas y consecuencias.
Así, profundizar en una materia en concreto y no salir de esta es algo parecido a quedarse encerrado en casa. Sí, conocemos todos los muebles y todos sus rincones, pero ¿qué sucederá cuando tengamos que salir a la calle?
Las Humanidades proponen, de esta manera, una visión abierta y rica, y permiten, por tanto, un conocimiento mucho más profundo y complejo de la realidad humana. Vamos a ver a continuación en qué se basan los estudios humanísticos.
¿Qué se estudia en Humanidades?
En general, las Humanidades hacen referencia al conjunto de carreras que giran entorno al ser humano y estudian su comportamiento y sus manifestaciones culturales, entre otras cosas. Algunas de estas carreras relacionadas con las Humanidades son la historia, la historia del arte, el derecho, la filosofía o la antropología. Todas ellas constituyen estudios autónomos e independientes, aunque, obviamente, están ligados entre sí por su propia naturaleza humanística.
Sin embargo, desde hace años encontramos en el panorama universitario el grado en Humanidades (antigua licenciatura en Humanidades), que supone un estudio interdisciplinar mucho más complejo que el que proponen las otras carreras humanísticas. Y es que, como el propio nombre indica, el grado en Humanidades amalgama todas las variantes del saber humanístico, a saber: el arte, la literatura, la filosofía, etc., con el objetivo de ofrecer al estudiante una visión amplia y, al mismo tiempo, profunda, de todo lo relacionado con el ser humano. Esta visión extensa y rica en matices facilita una mejor comprensión de los comportamientos humanos y sus expresiones artísticas y sociales, al poner en comparación elementos aparentemente tan diversos como son el arte, la antropología y la filosofía.
Veamos a continuación con detalle qué se estudia en Humanidades.
1. Historia
Es una de las disciplinas básicas de estos estudios, ya que se centra en el recorrido del ser humano desde el albor de los tiempos hasta el momento presente. La asignatura de historia se enfoca principalmente en los cambios sociales, económicos y políticos que se han dado en el mundo, no solo desde una perspectiva, podríamos decir, “numérica” y cuantitativa, sino también centrándose en las causas de estos cambios y en las consecuencias que han tenido y siguen teniendo en la comunidad humana actual.
La historia es materia imprescindible para cualquier persona que desee introducirse en las ciencias humanísticas, puesto que los hechos históricos son el fruto del comportamiento y el pensamiento humano. Y no solo eso, sino que, comprendiendo el pasado, se puede entender mejor el presente.
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2. Arte
Es otra de las materias imprescindibles en los estudios humanísticos, puesto que el arte es una de las expresiones más genuinas del pensamiento humano. Absolutamente todas las culturas del mundo han tenido y tienen expresión artística, muy ligada a su percepción del mundo y sus creencias. Por lo tanto, adentrarse en la historia del arte es entender mejor a estas comunidades que utilizaron la creación artística como vehículo expresivo de su yo y de su realidad.
En el grado de Humanidades, el arte queda absolutamente vinculado a las otras disciplinas. Al ser el vehículo de expresión de una cultura y de una época, podemos rastrear en él conceptos filosóficos, religiosos, estéticos e incluso psicológicos. De hecho, es imposible comprender la creación artística de una comunidad o de un periodo histórico sin tener en cuenta los condicionantes, que pueden ser de variada índole. Es más, el estudio de la historia del arte permite conocer qué entendía por bello cada una de las sociedades que han formado parte de la historia; nos damos cuenta, de esta forma, que existen muchas maneras de ver la realidad y que lo que para nosotros puede resultar bueno, para otros, no lo es tanto.
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3. Filosofía
Las eternas preguntas “¿Quiénes somos?”, y “¿De dónde venimos”? son inherentes al ser humano. Toda persona se plantea cuestiones sobre el mundo y sobre su propia existencia; esto es algo común en las culturas de todos los tiempos. Sin filosofía, no podríamos entender al ser humano, porque todos, absolutamente todos sus actos, están motivados por una manera concreta de pensar y de sentir.
La asignatura de filosofía pretende, pues, dos cosas: por un lado, incentivar en el alumno esa necesidad de comprender y de preguntarse, que es la base del ser humano; por otro, una historia, a poder ser comparada, de la filosofía. Para esta última se estudia el pensamiento no solo de las diferentes culturas existentes, sino también de las ya desaparecidas, como puede ser la filosofía medieval. También se proponen autores importantes, como Platón, Descartes y Nietzsche, y se establecen debates que giran alrededor de su pensamiento y su obra.
4. Literatura
La literatura no deja de ser un arte, puesto que se trata de la expresión creativa de una persona o de una comunidad. Sin embargo, es usual estudiarla a parte, diferenciándola así de las artes plásticas. Lo mismo sucede, como veremos, con la música.
Como cualquier expresión artística, la literatura está ligada inevitablemente al pensamiento de su autor, y este, a su vez, al pensamiento de la sociedad y la cultura que lo acoge. El autor traslada a su obra todo lo que es, pero también su oposición a la educación recibida. Es por eso por lo que la literatura representa un documento valiosísimo a la hora de analizar no solo a una persona individual, sino también a una comunidad humana.
Hay que tener en cuenta también que, igual que sucede con el arte, las manifestaciones literarias pueden estar sujetas a una voluntad propagandística, por lo que hay que estudiarlas no solo con placer estético, sino también con la objetividad necesaria con la que se estudiaría cualquier otro documento histórico.
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5. Música
De igual forma que la literatura, la música suele estudiarse en una asignatura a parte de las demás manifestaciones artísticas. Es un vehículo más de expresión de una comunidad, una época o un autor y, como toda creación artística, susceptible también de ser manipulada.
No hay que confundir la asignatura de música que se da en Humanidades con unos estudios propios de ciencia musical. Las Humanidades se centran más bien en la historia de la música, en las múltiples expresiones musicales que se han sucedido a lo largo del tiempo y en las diversas culturas que pueblan el mundo, buscando más bien una relación de esta expresión con el contexto histórico en el que vieron la luz.
6. Antropología
La antropología es una de las materias más “modernas” que se han incluido dentro de los estudios humanísticos. Al ser una ciencia que está a caballo entre las humanidades y las ciencias, no siempre la hemos encontrado dentro del plan de estudios de Humanidades, como sucede también con la sociología. Sin embargo, en los últimos años se ofrece como una de las asignaturas que el alumno puede escoger, y enriquece de esta manera el panorama de los estudios humanísticos.
No solo eso. La antropología, como ciencia relativamente moderna (encontramos sus antecedentes a principios del siglo XX), renueva las formas de estudio de las humanidades al insertarlas en una metodología moderna.
El problema del eurocentrismo en las Humanidades
Uno de los principales problemas que se han venido dando en las Humanidades (y que, por fortuna, parece estar cambiando en la actualidad) es su visión eminentemente eurocentrista, no solo del arte, sino de la humanidad en general. Encontraremos, pues, a muchos licenciados en Humanidades que desconocen por completo todo lo concerniente al arte o a la filosofía orientales. Este problema que, como ya hemos dicho, empieza a solventarse lentamente, tiene cierta lógica si tenemos en cuenta dónde nació el concepto de Humanidades.
No vamos a profundizar demasiado en este aspecto; solo comentar que el humanismo fue una corriente europea, que nació a finales de la Edad Media y se expandió más tarde con el Renacimiento. El humanista (como podía ser, por ejemplo, un Leonardo da Vinci o un Miguel Ángel), era un personaje que dominaba multitud de temáticas, incluidas, por cierto, las de índole estrictamente científico.
Al ser este personaje exclusivo de la cultura europea del Renacimiento, y al vincularse los estudios universitarios con este continente, las ciencias humanísticas se han venido centrando, en exclusiva, en todo lo concerniente a Europa, y se han olvidado por completo del resto de culturas. Insistimos que esto es un problema que empieza, paulatinamente, a solucionarse, puesto que centrar las Humanidades en Europa no solo es injusto, sino que no tiene ningún sentido, puesto que todas las culturas son humanas.
Con este fin, en los últimos años se han incluido en la carrera de Humanidades materias antaño inexistentes en su plan de estudios, como son la antropología, la historia comparada de las religiones o la literatura asiática, que pretenden profundizar en otras realidades más allá de la europea.
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