Regla de Gloger: qué es y cómo explica la coloración de los animales

Veamos cómo se estudia en Biología esta regla propuesta por Constantin Wilhelm Lambert Gloger.

Regla de Gloger

La regla de Gloger trata de dar una explicación a la curiosa distribución del color de los animales según la zona en la que habitan. Por ello, ha sido estudiada desde la Biología y desde disciplinas asociadas a la Antropología.

Trataremos de descifrar la clave de esta teoría así como las explicaciones biológicas que se encuentran detrás de este fenómeno. Igualmente, conoceremos más detalles sobre la trayectoria de su autor y otras contribuciones de interés a su campo de conocimiento.

¿Qué es la regla de Gloger?

La regla de Gloger, a veces escrita como regla de Golger, es una ley descrita por el autor Constantin Wilhelm Lambert Gloger, con la que trata de explicar por qué los animales que viven en climas más húmedos tienden a tener un color más oscuro o pigmentado, mientras que aquellos que viven en ambientes secos tenderán a contar con una piel, un pelaje o plumaje de aspecto más pálido debido a una menor pigmentación del mismo.

La regla de Gloger sería por lo tanto una regla biológica, es decir, un principio general que se aplica a todos los miembros de un conjunto de animales o al menos a la mayoría. En este caso ese conjunto sería el de los animales homeotermos o de sangre caliente, o sea, aquellos que mantienen una temperatura corporal estable y generalmente por encima de la temperatura del entorno, gracias a una serie de procesos metabólicos.

Las especies animales homeotermas son todas aquellas que se clasifican dentro de las aves y de los mamíferos. Son, por lo tanto, estos tipos de vertebrados los que se verían alcanzados por la regla de Gloger y en los que debería cumplirse la máxima de una mayor pigmentación cuanto más húmedo sea el hábitat natural de la especie animal en cuestión que estamos estudiando.

Gloger, zoólogo nacido en el ya desaparecido Reino de Prusia (hoy, Alemania) en el año 1803, mencionó por vez primera la conocida como regla de Gloger en su publicación, "La modificación de las aves por la influencia del clima", que vio la luz en el 1833. Y es que la mayor parte de las investigaciones de Gloger se fundamentaron en la observación de diferentes especies de aves, pues estaba especializado en ornitología.

C.W.L. Gloger fue un hombre apasionado por la biología y la zoología. De hecho, otra de sus obras más destacadas responde al nombre de Manual sin fines de lucro y libro auxiliar de historia natural, un ejemplo de su devoción por ampliar las fronteras de la ciencia y hacer llegar los conocimientos a todo el mundo, sin buscar un beneficio mientras recorría dicho camino.

Es importante mencionar que, aunque fue este autor el primero en formular la regla de Gloger y sus implicaciones, la relación entre el nivel de pigmentación del cuerpo y el grado de humedad de la zona donde el animal habita, ya había sido mencionada de alguna manera por Peter Simon Pallas, precisamente otro zoólogo prusiano. El autor que se dio cuenta de esta primera mención fue Erwin Friedrich Theodor Stresemann, naturalista alemán.

Fundamentos biológicos de la regla de Gloger

Ya conocemos cómo funciona la regla de Gloger a efectos prácticos y por qué gracias a ella es normal que en los ambientes húmedos encontremos más especies animales con tonos de plumas o pelo negros, marrones oscuros o de otras tonalidades similares, mientras que en las zonas secas será más frecuente que veamos ejemplares de especies con tonalidades más pálidas, amarillas, etc.

El siguiente paso sería profundizar en las raíces biológicas que se esconden detrás de la regla de Gloger para entender el por qué de su funcionamiento. Aunque no es un mecanismo demostrado completamente y por lo tanto tiene una parte de intuición de los investigadores, existe un consenso sobre el objetivo adaptativo que seguiría este proceso para los animales.

Según los estudios de Constantin Golger, las aves que cuentan con un plumaje más oscuro, presentan una mayor resistencia natural a la acción de una serie de bacterias que estropean las plumas o el pelo. Un ejemplo de este organismo es el bacillus licheniformis. La cuestión es que este tipo de bacterias son mucho más comunes en zonas húmedas, formando muchas más colonias en el plumaje y pelaje de los animales que en ambientes secos.

Siguiendo este razonamiento, las aves que vivan en zonas de humedad, probablemente contarán con un plumaje pigmentado con eumelaninas, que aporta tonos oscuros y al mismo tiempo las hace más resistentes al ataque de las bacterias, como ya hemos visto. En contraposición, los pájaros de sectores áridos verán sus plumas teñidas de pigmentos más claros, gracias a las feomelaninas.

Hay una segunda razón que puede hacer que las aves de hábitats secos tengan las plumas más claras, de tonos arenosos o de un rojo pálido. La segunda clave por la que podría suceder la regla de Gloger sería la cripsis, otro mecanismo adaptativo que aporta mayores probabilidades de sobrevivir a aquellos animales que se camuflan con su entorno para no ser vistos, tanto como depredador como posible presa.

Esto explicaría el porqué de esos pelajes y plumajes más claros en zona que habitualmente son desérticas o áridas, pues facilita que el animal tenga colores semejantes a los del entorno por el que se mueve, de manera que en el caso del cazador tendrá menos probabilidades de ser visto por su potencial presa y a su vez las presas serán menos llamativas, por lo que los depredadores tendrán más dificultades para encontrarlas.

¿Se cumple en los seres humanos?

Aunque hasta ahora nos hemos centrado en especies de aves, lo cierto es que la regla de Gloger también se aplica para los mamíferos. De hecho, para ellos, encontraríamos otra potente explicación para este mecanismo, que no es otro que la protección contra la potencialmente dañina radiación ultravioleta del sol.

Según este principio, los mamíferos que habiten en regiones ecuatoriales, donde los rayos del sol inciden de manera casi perpendicular, tienen que estar más protegidos frente a la radiación UV. Esta protección se consigue gracias a tonalidades más oscuras en piel y pelaje. Igualmente, cuanto más nos alejemos del ecuador y nos aproximemos a los polos, esa pigmentación debería descender cada vez más.

No solo desciende porque ya no se necesite esa protección frente a la radiación ultravioleta, sino también para poder adquirir la valiosa vitamina D que los organismos necesitan y que se produce tras un proceso metabólico que esta misma radiación desencadena. De esta manera, adaptativamente las especies necesitan un equilibrio entre la protección frente a una radiación demasiado intensa pero a la vez requieren ciertas dosis para adquirir la vitamina D.

Dentro de los mamíferos, los seres humanos no son una excepción, por lo que la regla de Gloger se aplicaría igualmente para nuestra especie. Siguiendo el mismo razonamiento, las poblaciones humanas que se han desarrollado en zonas más cercanas al ecuador, muestran una tendencia a adquirir un tono de piel más pigmentado. Por el contrario, cuanto mayor es la distancia con estos entornos, más pálida será la piel.

Obviamente, en la sociedad humana moderna, donde cada individuo tiene la capacidad de moverse libremente por prácticamente cualquier lugar del mundo, encontraremos personas con pieles de cualquier tonalidad independientemente de la zona en la que nos encontremos. La regla de Gloger se refiere a una forma de adaptación que ha regido durante miles de años y cientos y cientos de generaciones, antes de que tuviéramos la movilidad de hoy día.

Aún así, existen algunas excepciones a la generalidad de la regla de Gloger en cuanto a la distribución de la población humana por nuestro planeta y el color de la piel de los individuos. Por ejemplo, las personas tibetanas tienen una pigmentación más oscura de lo que, en principio, encajaría con la zona en la que habitan, la meseta del Tíbet. Pero hay una explicación muy plausible, y es que se trata de una zona con gran incidencia de radiación ultravioleta.

Por lo tanto, como ya habíamos visto previamente, el contar con una piel de tono más oscuro sirve como una protección natural y por lo tanto una ventaja adaptativa para contrarrestar los efectos de una radiación UV excesiva. La otra excepción sería la del pueblo inuit, habitantes de Groenlandia y las zonas más al norte de Alaska (Estados Unidos) y Canadá.

Los individuos inuit también tienen un tono de piel más pigmentado de lo que se esperaría de personas que viven totalmente alejadas del ecuador. Igualmente, hay una explicación para esta desviación de la regla de Gloger, y es que la dieta de los inuit ya es de por sí muy rica en vitamina D, por lo que no habría sido necesaria para ellos la adaptación de adquirir una piel menos pigmentada y generar este elemento a raíz de la exposición al sol.

Referencias bibliográficas:

  • Burtt Jr, E.H., Ichida, J.M. (2004). Gloger's rule, feather-degrading bacteria, and color variation among song sparrows. The Condor.
  • Delhey, K. (2017). Gloger's rule. Current Biology
  • Delhey, K. (2019). A review of Gloger's rule, an ecogeographical rule of colour: Definitions, interpretations and evidence. Biological Reviews. Wiley Online Library.
  • Gloger, C. W. L (1833). Abänderungsweise der einzelnen, einer Veränderung durch das Klima unterworfenen Farben. Das Abändern der Vögel durch Einfluss des Klimas. Breslau: August Schulz.

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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