En el mundo actual, las artes escénicas están adquiriendo cada vez más protagonismo en el panorama artístico. A pesar de que, como veremos, se clasifican en 3 grandes grupos, como todo arte están sujetas a la evolución social, y paulatinamente van apareciendo nuevas formas de expresión, por lo que la clasificación está en constante revisión.
En este artículo haremos un repaso a los 3 tipos de artes escénicas principales, con sus ejemplos correspondientes.
Características de las artes escénicas
Las artes escénicas tienen tres características básicas: primero, que se trata de un arte efímero; segundo, que requieren, sin ninguna excepción, de tres elementos para desarrollarse (público, escenario e intérpretes); por último, y como ya hemos indicado en el apartado anterior, contienen tres elementos principales o, al menos, algunos de ellos: teatro, música y danza. Pero vayamos por partes.
1. Son arte efímero
Las artes escénicas son un arte efímero. Pero ¿qué es un arte efímero? Tal y como la palabra indica, se trata de un tipo de arte que no se mantiene estable ni estático en el tiempo. Así como un texto o una pintura tienen un soporte físico que los “fija” (el papel y el lienzo, respectivamente), la vida de un espectáculo se reduce a los instantes en que este se representa.
Bien es cierto que una obra teatral puede plasmarse por escrito, así como la música (a través del lenguaje musical); incluso la danza puede consignarse mediante los apuntes de la coreografía o al ser grabada en vídeo. Sin embargo, este tipo de arte no está diseñado para ser leído o visto en diferido, por lo que no podemos considerar estos métodos como una expresión completa.
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2. Requieren de 3 elementos: público, escenario e intérpretes
Así pues, las artes escénicas piden tres elementos esenciales para poder expresarse plenamente: público, escenario e intérpretes. Como el sentido de una arte escénica es ser representada, necesita un público que atienda la representación.
También necesita como es obvio un espacio donde desarrollarse, que es lo que llamamos “escenario”. Este elemento ha evolucionado mucho desde los antiguos teatros griegos; ya no es necesario un espacio cerrado y bien delimitado, y en la actualidad nos encontramos con artes escénicas muy variadas que se desarrollan sin problema en un espacio público (las llamadas performances).
Por último, las artes escénicas necesitan intérpretes. Dado que la meta de este tipo de arte es ser visto en directo por el público, este elemento resulta indispensable para cumplir con su misión.
3. Contienen uno o más de estos elementos: teatro, danza y música
La mayoría de artes escénicas combinan alguno de estos elementos; incluso en el teatro podemos encontrar música que acompaña las entradas o salidas de algún personaje o el fin de un acto. Qué decir de la danza: sin la música no es concebible. Así pues, a pesar de que a lo largo de la historia se ha observado un paulatino alejamiento de los tres tipos de artes escénicas, vemos que la separación completa es imposible.
Tipos de artes escénicas
De forma tradicional, se han observado principalmente dentro de las artes escénicas tres categorías fundamentales: el teatro, la danza y la música. Sin embargo, como veremos, la gran variedad de representaciones que existen en la actualidad hace que esta división clásica quede un tanto obsoleta. De cualquier forma, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que toda arte escénica contiene uno o más de estos tres elementos.
Sentadas las bases de lo que son y qué necesitan las artes escénicas para desarrollarse, vayamos al núcleo de este artículo: los tres tipos principales de artes escénicas que existen.
1. El teatro
Posiblemente se trata del arte escénico más antiguo; recordemos que el origen del teatro se remonta nada menos que a la antigua Grecia. Si bien es cierto que en la antigüedad encontramos, por supuesto, danza y música, estas estaban bastante vinculadas al teatro y a otras expresiones religiosas, por lo que no podemos hablar de una independencia total hasta muchos siglos más adelante.
El teatro pone en escena historias y sentimientos humanos a través de los actores. Estos se disponen frente al público e interactúan entre ellos, representando la historia en cuestión a través de diálogos. Lo más importante es el texto, que los actores memorizan y declaman, pero también hay que tener en cuenta otros elementos como la escenografía y la dirección de la obra.
El director es esencial, porque sobre él recae el peso de la representación. Él es el que decide los detalles de la misma, desde los actores que van a representar cada papel a cómo se deben representar estos. A veces, una buena obra de teatro con unos buenos actores fracasa por una mala dirección, o viceversa.
Por otro lado, la escenografía es otro elemento indispensable en las obras teatrales, puesto que es lo que recrea el momento en el que se desarrolla la historia. Será, pues, la referencia que tendrá el público a la hora de sumergirse en lo que los actores le están contando. La escenografía no tiene por qué ser aparatosa y recargada, como era habitual en las representaciones del siglo XIX y principios del XX; a veces, con cuatro elementos situados en posiciones clave se puede transmitir perfectamente un mismo mensaje.
El teatro puede incluir, claro está, música y danza. De hecho, existe un subgénero teatral llamado teatro musical, donde los actores también bailan y cantan. Algunos ejemplos de teatro musical que han gozado de mucho éxito en las últimas décadas son Los Miserables, basada en la novela homónima de Víctor Hugo, Grease o El rey león, esta última inspirada en la película de dibujos animados de Disney.
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2. La danza
La danza es la expresión de emociones, pensamientos e historias a través de los movimientos corporales, que se realizan siguiendo música o percusión. A diferencia del teatro, no requiere palabras para expresar ideas; todo se transmite mediante el cuerpo.
Tradicionalmente, la danza era una parte de la representación teatral; de hecho, hasta el siglo XIX no se empezaron a separar ambos conceptos. Durante el Renacimiento, por ejemplo, las obras solían ser “obras totales”, en las que se recitaba, se cantaba y se bailaba. Tomemos por ejemplo el famoso Orfeo de Claudio Monteverdi (1567-1643), la que está considerada, por cierto, la primera ópera conservada de la historia.
Durante el siglo XIX, pues, las distintas artes escénicas se empezaron a separar, lo que dio pie a la aparición del teatro propiamente dicho y a la danza como manifestación autónoma, personificada en los ballets, tales como El Cascanueces y La Bella Durmiente de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893). Por su parte, la música ya había iniciado un camino en solitario en el siglo XVIII, con la aparición de los conciertos. La ópera, sin embargo, seguirá estando muy vinculada tanto a la música como al teatro.
Actualmente, existen numerosos subgéneros de danza: desde la clásica hasta la llamada danza contemporánea, pasando por la danza-jazz o la danza folklórica.
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3. La música
Este arte escénico transmite experiencias al público casi exclusivamente a través del oído, ya sea mediante instrumentos o con voz humana. Así, a través de sonidos, ritmos, silencios y armonías, se consigue crear una atmósfera auditiva.
Como ya hemos indicado anteriormente, la música no empezó a separarse totalmente de las otras artes hasta los siglos XVII-XVIII, cuando se crean las formas musicales principales: concierto, sonata, sinfonía, etc. Es entonces cuando las artes escénicas se “especializan”, y el público deja de acudir a espectáculos “totales” que combinaban teatro, danza y música.
Sin embargo, en nuestro mundo actual todavía quedan restos de este “espectáculo total”; ya hemos comentado la existencia del teatro musical y de la ópera, que serían los géneros principales en este sentido.
Las otras artes escénicas
Al margen de esta clasificación, digamos, “tradicional”, existen expresiones artísticas que se resisten a ser ubicadas en una categoría concreta. Es el caso, por ejemplo, de manifestaciones escénicas como el circo o los guiñoles.
Por otro lado, en los tres grandes grupos también hay expresiones polivalentes que se nutren de varios elementos. Ya hemos hablado de la ópera y del teatro musical (¿Dónde los clasificamos? ¿En teatro o en música? ¿O quizá danza?). Pero existen otros espectáculos como, por ejemplo, la mímica, que en teoría estaría dentro del grupo del teatro, pero que carece del elemento indispensable: el texto. Además, los mimos hacen mucho uso del movimiento corporal para expresarse; a menudo, con música. ¿Podríamos entonces hablar de danza?
Como vemos, y como siempre que hablamos de arte, las clasificaciones son demasiado generalizadoras. En toda expresión humana encontramos multitud de elementos que se mezclan y se retroalimentan; porque el arte es algo vivo y dinámico y no se puede encajar en una mera clasificación.