Criar y educar a un niño es una experiencia única, pero en algunos momentos puede suponer una fuente de agobio para los padres.
En este artículo trataremos de analizar las principales vías por las que la crianza de los menores puede desembocar en un aumento del estrés en sus progenitores, así como los principales efectos que se derivan de este hecho y que pueden afectar a diferentes niveles.
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¿Qué entendemos por estrés por las labores de crianza de los hijos?
Cuando pensamos en el estrés por las labores de crianza de los hijos, en realidad estamos hablando de un fenómeno un muy general que se da en muchas familias con niños y niñas. Y es que el hacerse cargo de un menor es un concepto tan amplio y que abarca tantas situaciones que se hace necesario analizar en profundidad esta actividad para separar algunos de sus componentes principales.
De esta manera, vamos a poder entender mejor las diferentes vías por las que puede estar apareciendo el estrés por las labores de crianza de los hijos, ya que pueden ser muy diferentes, aunque las repercusiones finales para el adulto que las sufre sean similares. A continuación veremos algunos de estos factores, aunque eso no quiere decir que sean los únicos que existan.
Igualmente, es importante entender que, como tantas cosas en la vida, la experiencia de criar a un niño es totalmente personal y diferente en cada caso, por lo que existirán padres que se sientan identificados con varios de estos factores, otros que lo hagan con todos ellos e incluso que haya algunos que no coincidan con ninguno, y que no hayan sentido nunca estrés por las labores de crianza de los hijos.
Causas del estrés por responsabilidades de crianza de los hijos
Teniendo claras estas consideraciones previas, podemos pasar ahora a enumerar esos factores que pueden estar originando o alimentando el estrés por las labores de crianza de los hijos.
1. Falta de sueño
El primer factor que podemos analizar es el de la falta de sueño. Esta variable se da, especialmente, durante la primera etapa de la crianza, es decir, cuando el niño es aún un bebé y, por sus necesidades fisiológicas, demanda atención de forma reiterada, sin importar si es de día o de noche.
Es un hecho totalmente normal, como también lo es que esto genere dificultades para dormir todo lo necesario en los padres, que han de hacerse cargo de su hijo, como es natural, aunque ello implique despertarse varias veces durante la noche para darle el pecho o el biberón, o cubrir cualquier otra necesidad que tenga en ese momento.
Como es lógico, dormir mal durante una noche puede no suponer un problema para nadie, pero cuando ocurre de manera reiterada, podemos estar ante una fuente de estrés por las labores de crianza de los hijos. Si el bebé recibe lactancia materna de manera exclusiva, el problema de la falta de sueño afectará primordialmente a la madre, salvo que se extraiga la leche previamente para que pueda ser el padre el que le dé el biberón.
Ese es un sistema al que recurren muchas parejas para repartir de alguna manera los turnos o incluso las noches enteras, de manera que el esfuerzo sea compartido y por lo tanto el cansancio y el descanso también lo sea.
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2. Incertidumbre económica
Continuando con las formas en las que puede aparecer el estrés por las labores de crianza de los hijos, no debemos obviar la parte económica de la paternidad. El atravesar un periodo de crisis o inestabilidad laboral, u otra situación que ponga en riesgo la adquisición de recursos económicos, es una fuente habitual de preocupación para muchas personas.
Cuando esta situación ocurre y la propia persona es la única afectada, el estrés será menor que si le afecta a él y a su pareja, y todavía menor que si existen hijos en la relación, que dependen totalmente de dicha adquisición de recursos. Por lo tanto, el hecho de vivir dificultades económicas, unido al factor de contar con menores a cargo, puede estar favoreciendo un aumento de la angustia en los padres.
Esta forma de estrés puede incluso aparecer como una anticipación, durante el embarazo, como preocupación ante situaciones y gastos futuros, que aún no están teniendo lugar.
3. Gestión del tiempo
El tiempo, o más bien la falta del mismo, es una vía de llegada del estrés por las labores de crianza de los hijos. Es obvio que hacerse cargo de un niño requiere una implicación completa y una inversión de todo tipo de recursos, siendo el tiempo uno de los principales. Los padres pronto comprueban que, ante todas las nuevas tareas que implica el cuidado de un bebé, el día parece tener menos horas que antes.
Por ello, se ven obligados a renunciar a algunas de sus actividades previas, o bien a tratar de hacer en menos tiempo algunas rutinas para las que antes no estaban tan limitados. En esta cuestión también es importante el proceso de acoplamiento al nuevo modo de vida, y tras un periodo de más dificultades, muchos padres ven cómo se reduce esta forma de estrés por las labores de crianza de los hijos.
4. Dificultades en la crianza
Incidíamos al principio del artículo en que cada situación es única, por lo que pueden ocurrir hechos muy concretos que supongan una dificultad añadida a la crianza, ya sea por la propia personalidad de los padres o del niño, por el estilo educativo, la forma de apego desarrollada o cualquier otro factor que pueda estar generando algún desequilibrio.
En ese sentido, habrá padres que cuenten con mayores herramientas de gestión emocional de base, o niños que sean más tranquilos que otros y que por lo tanto tengan menos posibilidades de generar una preocupación adicional a sus progenitores por diversas causas. Cuando estos y otros factores se desequilibran, podríamos estar ante otra manera de que aparezca el estrés por las labores de crianza de los hijos.
5. Problemas de salud
Aunque por lo general, las enfermedades que tienden a padecer los niños son frecuentes pero de carácter leve (resfriados, conjuntivitis, etc.) y por lo tanto su salud no se ve comprometida en exceso, no deja de ser una fuente de preocupación para los padres, que obviamente no quieren ver a sus hijos sufrir, por mucho que sea por una dolencia de poca importancia.
Esta angustia es especialmente acusada en los padres primerizos, que por su falta de experiencia e información pueden tener una mayor tendencia a preocuparse ante cualquier situación que escape a lo que consideran normal, como puede ser un ligero aumento de la temperatura, que podrían interpretar como fiebre cuando no necesariamente ha de serlo.
La salud de los hijos es una prioridad para los progenitores, así que no es de extrañar que la preocupación surgida a raíz de esta cuestión pueda hacer que aumente el nivel de estrés en ellos.
Consecuencias del estrés por las labores de crianza de los hijos
En el punto anterior hemos repasado algunas de las posibles causas que podrían estar favoreciendo la aparición o el aumento del estrés por las labores de crianza de los hijos. Ahora nos detendremos momentáneamente para analizar algunos de los efectos que esta cuestión puede tener sobre los padres y madres.
Al igual que apuntábamos anteriormente, estos efectos no son los únicos posibles, y tampoco han de aparecer necesariamente en todos los casos.
1. Irritabilidad
Es lógico pensar que un padre o una madre, como cualquier otra persona, que esté sometido a un estrés constante, pueda ver como aumenta su irritabilidad. En ese caso, estos individuos sentirán cómo se enfadan con mayor facilidad que en otras circunstancias en las que se encuentran más relajados.
La parte negativa de este efecto es que puede repercutir de manera indirecta sobre los propios hijos, por ejemplo al tener menos paciencia con ellos en determinadas situaciones.
2. Sintomatología ansiosa y depresiva
El estrés por las labores de crianza de los hijos es algo totalmente normal. La problemática surge cuando, por las circunstancias concretas del caso, ese estrés es mayor del que la persona puede soportar, y se mantiene en el tiempo. Es ahí cuando pueden surgir dificultades adicionales, como puede ser la sintomatología ansiosa y/o depresiva.
Como en cualquier otra situación de la vida en la que la persona se vea sobrepasada, lo más recomendable es buscar vías para lograr las herramientas de gestión de las emociones que le faltan y que está necesitando en ese momento. Una de las formas de hacerlo es gracias a la ayuda de un psicólogo profesional.
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3. Conflictos de pareja
El último de los efectos del estrés por las labores de crianza de los hijos que vamos a mencionar en esta lista es el de los hipotéticos conflictos de pareja que pueden aparecer. Dos personas sometidas a un estrés continuo, aunque gocen de una magnífica relación, pueden ver cómo aparecen ciertos roces entre ellos.
Lógicamente, cuanto más sólida sea dicha relación y mejor sea la comunicación entre ambos, más probabilidades habrá de resolver sin mayor problema dichos incidentes y aprender de ellos para que en el futuro no vuelvan a aparecer.
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